viernes, 22 de junio de 2007

LA HORA ESPERADA

Le había llegado la hora. Casi no se lo creía. Eran muchos los días que habían pasado. Primero la sorpresa tan esperada. Después, había que habituarse. Más tarde los normales cambios exteriores y sobretodo, los trastornos matinales. Un día experimentó como, unas manos o algo similar, rozaban su cintura. Se estremeció de asombro, se encontraba a solas. Después, la alegría fue inmensa. Por primera vez, llamaba a su puerta. A partir de aquel día, solicitaba con más insistencia, una caricia, unas palabras, un abrazo, un..., como le anhelaba. Pasaban los días y todo lo compartían. Algunos de esos días, también se inquietaban e incluso sentían temor, pero confiaban en su amor compartido. Y de nuevo, pasaban los minutos, las horas y más días. Creciendo el amor compartido, como crece un globo cuando se va hinchando. Todo crecía. Y más caricias, y más palabras, y más deseos, y más anhelos, más compartir, más..., ya se acercaba la hora. Algunas noches no podían dormir, se las pasaban susurrándose ternuras aunque, hubo veces que incluso lloraron, no sabían a ciencia cierta porqué, lo que si sabían es que estaban llorando.

Ahora si que había llegado la hora. La alegría era más fuerte que el temor. Sabían que se tenían entre sí y si sirgía algún contratiempo, lo superarían.

El taxi corría por la ciudad esquivando la abundante circulación. Las contracciones erancada vez más fuertes. ¡Su hijo, no quería esperar más!

Nani. Junio 2007.

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1 comentario:

  1. ...ufff..., al menos puedo sentirlo a través de tus palabras..., ojalá pueda contártelo pronto. Me he jinchao de llorar, a veces, no puedo evitar esta minilocura que me provoca el querer ser madre...

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