miércoles, 22 de agosto de 2007

LA LLAMADA




Toc, toc. Toc, toc.
Se despereza, se restriega los ojos y presta atención, porque le ha parecido que alguien está llamando.
¿Pero llamando en dónde?
Enciende la lamparita que hay encima de la mesita y se incorpora en la cama, esta vez además, agudizando el oído.
Toc, toc. Toc, toc.
Se intranquiliza y se asusta un poquito. Los golpes parecen que se producen dentro del armario.
Y dentro de este... “¿A ver? – piensa -, si sólo hay ropa, los libros de la facultad, los zapatos, la flauta, la guitarra, ¡pues por poco que me guste, tendré que mirar!”
Y de nuevo, se repiten los toques. “Toc, toc. Toc, toc”
Asustada como está, se tira de la cama y se va no sin un poquito de congoja, hacía el sitio donde parecen provienen los golpecitos. Abre con cuidado una puerta y espera. Después la otra y al mismo tiempo, de nuevo: “Toc, toc. Toc, toc”
Esta vez el corazón bombea más aprisa y un calorcito le sube por la garganta y se detiene en las sienes. Vuelve a escuchar y de nuevo: “Toc, toc. Toc. toc”
Ahora si cree saber de donde proceden los toques, y sus manos se posan sobre la funda de la guitarra. Se sobresalta al percibir, además de escuchar, los puñeteros golpecitos: “Toc, toc. Toc, toc.”
Ahora ya no le queda más remedio que abrir la funda y ver que pasa dentro.
Abre no sin cierto temor, y como siempre, dentro está su querida y olvidada guitarra. Hace mucho que no la toca, ni la saca de su funda. Hace ya algún tiempo, que no la necesita de la misma manera que hace unos meses. Fue su compañera en las alegrías y las penas de la adolescencia y hoy, debido a estos ruidos que la han despertado, se encuentra otra vez con ella entre las manos. La acerca a la cara y al rozarla la besa. De nuevo siente esa llamada que las mantuvo en aquellos días tan unidas, tan necesitadas la una de la otra, y como por arte de magia, vuelve a rozar las cuerdas con sus dedos y a escuchar aquella canción que tantos recuerdos le aportan y sin apenas poder evitarlo, unas lágrimas empiezan a deslizarse por sus mejillas. La canción fue la que estuvo de moda, mientras ella terminaba el último curso de instituto y con ella y gracias a ella (incluidas canción y guitarra), conoció al príncipe azul de sus sueños. Un príncipe, que se convirtió en rana cuando ella le empezó a conocer. Sus sueños habían sido otros y en un principio, le deslumbró aquella sonrisa alegre, aquellos ojitos pícaros y risueños y la simpatía que derramaba a raudales, pero que la falta de sinceridad y de honestidad, fue emborronando y dejando al descubierto, la rana-sapito que tenía dentro. Siempre tuvo claro, que si compartía sus sentimientos con algún chico, este tendría que ser limpio y claro, como el sol del medio día. Por eso tuvo que decirle adiós y para olvidarle, compartió todo con su querida guitarra a la que le contó, cómo le dolía la despedida, hasta que poquito a poco, dejó de susurrarle y dedicar su tiempo a esos libros que fue colocando encima de la funda de aquella amiga del alma.
Y hoy, suena la guitarra, es ella la que reclama su atención, es ella la que hoy está triste y necesita su caricia. Necesita que le acune y le haga cosquillitas, igual que ocurrió, aquellos días que se mantienen olvidados y callados en el cajón de los recuerdos, esperando que llegara un día como el de hoy, para recordar que esta viva y que necesita el calor de unas manos y el rasgueo suave de unos dedos conocidos y apreciados, para hacerla vibrar de nuevo. Y cuando empieza a tocar, por inercia suena aquel estribillo que su padre le enseñó, y que sin querer, tararea con la mayor naturalidad del mundo:


"La guitarra que compré

lleva dentro un corazón,

ni siquiera lo sabía

el que a mí me la vendió..."

nani. Agosto 2008.



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3 comentarios:

  1. jejeje...como te sale la vena flamenca eh??? jajajaj
    Besos

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  2. Hay veces en que la música que llevamos dentro desea salir... O bueno, eso me han dicho

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  3. Hay compañeros de penas y alegrías que se niegan a ser olvidados en el fondo de los armarios de nuestra memoria y siempre encuentran la forma de volver a nosotros :)

    Por cierto, tu correo me llegó, esta vez no fue al spam pero tengo al husband de descanso y no he tenido mucho tiempo.

    Besos

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