lunes, 12 de noviembre de 2007

CÓMO DECIRLES QUE.....


Con dificultad se asoma a la ventana. La torpeza es algo natural a sus ochenta y seis años y más, desde que sufrió aquella caída y se rompió la cadera.
Está amaneciendo. Lleva tantos meses durmiendo mal y necesitando ver el renacer del día, con el sol asomando entre las antenas, las tejas y chimeneas o eso que se les parece y que llaman respiraderos, en estas grandes ciudades. Que distinto era allí en el campo, donde ella creció y crió a sus tres hijos junto a aquel hombre rudo, arrugado por el sol pero tan tierno cuando se quedaban a solas. Esto nadie lo hubiera entendido. Todos creían que era un hombre demasiado tosco, demasiado basto, demasiado triste. Algo así, como aquellas manos duras y acostumbradas a coger el arado, la azada, la soga de esparto con la que ataba los serones a los mulos. Lo que nadie podía imaginar, es que aquella fuerza física y toda esa rudeza, se convertía en la dulzura y suavidad más tierna. Que el amanecer le recordaba aquellos ojos azules tan dulces, que le hacían estremecer y sentirse más cerca de él, anhelando cada vez con más fuerza, estar cuanto antes a su lado. Sus hijos nunca entenderían cuanto le echaba de menos y que por eso, necesitaba abrir esa ventana por mucho frío que entrara. Tampoco entenderían, por que la sorprendían con los brazos extendidos hacía fuera, como queriendo asirse a algo imaginario. Ni entenderían, que se quedara dormida en la antigua mecedora donde les amamantó y les contaba aquellos cuentos de la vieja aldea. No podrían entender esos tres hijos, que necesitaba sentirse cerca de la naturaleza, que necesitaba el aire fresco. Que precisaba abrir su corazón a los recuerdos, que necesitaba el beso que él le enviaba con aquel primer rayo de sol caliente, cuando se posaba en su mejilla, sintiendo el mismo estremecimiento que en su día le produjeron los dedos de él, cuando le penetraban por su nuca y se enredaban en su corto pelo. No entenderían por que la sorprendían con los ojos húmedos aún explicándoles que no era tristeza. Como decirles que era emoción, la misma que le hizo temblar aquel día que pudieron distraer y despistar a la carabina que les asignaba su madre, cuando fueron al baile que se hacía en la era, cada catorce de agosto. Cómo decirles, que le seguía queriendo igual que el primer día y que le buscaba a cada instante, con más pasión y más deseo.
Sólo entendieron, aquella mañana cuando le llevaron el desayuno y sonreía llena de paz.


nani. noviembre 2007.

19 comentarios:

  1. ¡coño! ¿se había muerto?uff...supongo que este es el que te inspiro aquel paseo por "La Manrruna"...jejeje...y la explicación de lo que era una era...jejeje
    Me ha gustado como siempre, me lo he imaginado a la perfección, pero mira por donde que la casa era la tuya y la viejita no tenía cara...
    Un besito guapisima

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  2. Es increible como consigues que tus lectores nos metamos en la vida de los protagonistas, en sus vivencias, en sus sentimientos...

    Soy una viejita! soy una viejita! jejeje

    Gracias por hacerme pasar ratos de lectura agradables.
    Me despido por un tiempito pero volveré!!!

    Besis

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  3. Mola
    y mola mucho

    Hay que revisar, como siempre, un poco el uso y abuso de las comas... pero mola.

    Por cierto, que me ha recordado un poco "Levantado del Suelo" de Saramago

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  4. Qué bonito!!!!!
    Yo también me he imaginado a esa viajecita en la ventana.
    Me encanta.

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  5. Se me han empañado los ojos y se me ha encogido un poquito el corazón. No hay más que comentar a esta hermosura de relato.

    Besos

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  6. Joder, Nani...
    Es genial, describes el amor de esa mujer de una forma tan real...tan tierna...me encanta leerte, es muy agradable.
    Besinos y abrazos desde el norte

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  7. Es de esos escritos que despiertan la ternura y el cariño. Precioso. Los ancianos también tienen su punto.

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  8. Básicamente a desearte suerte en el curso...

    Suerte
    (y no me hagas mucho caso en mis críticas; eres una gran escritora)

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  9. qué tierno, como todo lo que he leído de ti...

    ¿ está inspirado en alguien en concreto ?

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  10. Me has hecho recordar a alguien que he querido mucho. Pero mucho...

    Besitos

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  11. La verdad es que estamos dejando los sentimientos, las emociones... lo que mueve al corazón demasiado al lado. Cada día estoy más convencido de que es eso lo que hace que no entendamos muchas cosas. Nos enseñaron a ser demasiado racionales que nos hemos vuelto fríos... demasiado fríos. Por eso se nos escapan tantos detalles que la Vida nos está regalando constantemente: un amanecer, una mirada, una sonrisa... un fuego en donde porder recordar todo lo bueno que se nos ha dado.

    Enhorabuena, Nani, porque en tus letras se desprende el calor de la Vida que nace del corazón.

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  12. Que bonitooo!!! Mi abuelo era igual, jamas quiso venir a vivir con nosotros, necesitaba estar en su casa... revivir todo todo el dia!!!

    Me ha emocionado mucho!

    Un besazooo

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  13. Nani....notaba tu ausencia...me gusta que te gusten mis fotos...
    Por aquí ,decimos: "prestame mucho" tener noticies tuyes despues de tantu tiempu....jejeje
    Besinos reina y un abrazu muy fuerte pa esi papá de Maripan...

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  14. Guauuuuuuuuuuu nani precioso relato. Que tiernos son los ancianos.
    Yo tambien he recordado a los mios.
    Besos.

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  15. Vaya es un bonito texto, aunque un poco triste

    Si maja, sobreviví al martes 13, jajajajajjajaja, pero ojo que diita!!!!

    Un beso

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  16. Joooooooooooooo, no me ponga tristeeeeeeeee!!! snif, snif ...

    Me ha encantado, txiki.

    Hay amores que se quedan para siempre y de los que uno no se puede desprender jamás.

    Un besote y pasa buen fin de semana.

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  17. Esa viejecita, tu viejecita es el reflejo vivo de muchas que alas aquejan los años. Salud para todas!

    Un relato muy delicioso y conmovedor.

    Un abrazo cálido para tí desde Colombia!

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  18. Fantástico, Nani, me encanta que hagas una historia donde la brevedad es la clave para intensificar sentimientos. A mí, que siempre me ha fallado la neurona de la imaginación, me maravilla leer tanto talento concentrado.

    Besazos.

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