domingo, 13 de julio de 2008

EL MUSEO DE LAS ALEGRÍAS




“Sólo echamos de menos un museo de alegrías”

“MUSEOS Y CAMPAMENTOS”

(Mario Benedetti).

En mi última escapada a la ciudad, decidí pasear por calles que no conocía. Pensé: “Si tengo que venir asiduamente, lo menos que debo hacer es familiarizarme con estas calles”, así que pensado y hecho. Cuando llevaba un rato caminando, me llamó la atención el rótulo en una fachada de mármol negro. Ya no se acostumbra a ver esos adornos en los edificios modernos, - seguía pensando. Me quedé mirando y recordé la esquina de enfrente de mi casa. Era de mármol gris y nos gustaba arrimarnos a ella todos los niños haciendo apuestas para ver quién aguantaba más rato pegado a ella, cuando el sol de agosto le estaba pegando. Recordé como a veces nos hicimos hasta alguna quemadura para poder ganar la apuesta y llegar a ser el ó la más valiente.

Pero a lo que iba. Al mirar la fachada y leer lo que allí estaba escrito, me quedé parado y leí una y otra vez: “Museo de las alegrías”. Como decía me quedé parado y pensando que podía encontrarse allí. Miré mi reloj de pulsera para calcular el tiempo que tenía hasta la hora de vuelta y comencé a imaginar cosas: “Podía encontrar payasos” (a mí me gustan mucho y me encanta reírme), pero claro –pensé de nuevo-, para eso ya están los circos. “Podía haber niños pequeños empezando a caminar y hacer sus primeras piruetas” (a mí, esas cosas me contagian alegría y dulzura), pero para eso, - volví a pensar-, ya están los hogares donde crecen los hijos al cuidado de sus padres. “Podría haber ahí dentro un pequeño país, donde no existan las guerras, ni la envidia, ni los celos, ni el egoísmo, ni…, ufff, tendré que entrar para averiguarlo, ¡es demasiado tentador!”

Volví a echar un nuevo vistazo a la hora y pensando que quizá no tuviese suficiente tiempo, quise convencerme y dejarlo para otro día, pero por otra parte, pensaba que no podría vivir con la impaciencia y la curiosidad que me embargaba, así que sin dar más vueltas, empujé la puerta de cristales relucientes. Al mismo tiempo salió un gentil caballero a recibirme al que pregunté: “¿Es muy entretenido y me llevaría mucho tiempo visitar el museo?”, a lo que el señor respondió amablemente: “Depende mucho de cada persona. Hay veces que en un momento salen los visitantes con una sonrisa y se les nota satisfechos y otras, que a pesar de llevar dentro horas, salen malhumorados y diciendo que no comprenden nada de lo expuesto, como le digo…, depende de cada cual, pero de todas maneras, nosotros no nos vamos de aquí y siempre podrá volver las veces que guste”.

“Claro.., no lo había pensado, -dije-, si no tengo tiempo de verlo todo, prosigo el próximo día”. Y sin darme tiempo para cambiar de idea, empujé la primera puerta que me indicaba el señor de la entrada.

Allí encontré una habitación con mucha luz y en el centro, una mesa y encima de ella, un frutero repleto de frutos muy apetecibles. Esa luz inmensa inspiraba tranquilidad y paz. Sin casi darme cuenta, cogí un racimo de uvas y pasé a la siguiente sala mientras mordisqueaba uva tras uva. Allí no había luz y me desconcerté un poco mientras encontraba la llave para encender. Cuando di la luz me quedé más desconcertado aún. En la sala no había nada y tras quedar parado y pensativo por unos momentos, rompí a reír con todas mis ganas. Cuando me recuperé, apagué de nuevo, me volví por donde había entrado, cogí una ciruela verde, le di la mano al caballero que me había recibido, le agradecí su amabilidad y salí a la calle lleno de gozo.

Nani. Julio 2008.

27 comentarios:

  1. Pues no puedo evitarlo... pero a mi todo esto me ha recordado la hipoteca de Susanita, la de Mafalda.

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  2. Nunca sabe una dónde va a encontrar alegría.

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  3. Deberíamos todos ir algún día de visita a ese museo

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  4. ¿Dónde se metería? ¿No sería su cielo particular?...

    Besazos.

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  5. Creo que el museo de la alegría es un rincón del corazón donde guardamos nuestros mejores momentos, para visitarlos de vez en cuando...

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  6. Juas, que bonito, que tremendo… Me ha encantado, de verdad… Habría que hacer una visita a ese museo, aunque fuera un ratito corto…
    Besos

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  7. Hola! he pasado a agradecerte tu visita.
    Me gustó mucho el museo de la alegría, y creo que cada uno de nosotros que fuera a visitarlo encontraría cosas diferentes...quizá porque la alegría para cada uno es diferente.
    Me puedes pasar la dirección, quisiera darme un paseíto.
    Volveré, Besos

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  8. Eso nos demuestra que, veamos lo que veamos la alegria esta en cada uno y es nuestra mision sacarla...

    Un besitooo

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  9. ¡ostras! este relato creo que es el que más me ha gustado de todos los que has hecho ¡me parece magistral! en serio ( se me ha quitao alguillo hasta esta resaca tonta que tengo) ¡si señora madre! me gusta la idea de ese museo de las alegrías...y es genial lo que encontró dentro de él...si si si si.... Yo sé donde hay uno de esos, pero es un secreto...jejeje
    Besos lindura

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  10. La alegría la podemos encontrar en muchos lados o en nosotros mismos.

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  11. jajaja,Nani. Encima fruta gratis!
    besos

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  12. Me gustaría visitarlo.
    El museo de la alegría, ya no de la risa, sino de la alegría.
    Curioso, sí señor.
    Besos.

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  13. y no se han planteado hacer el museo itinerante?

    :)

    precioso post.

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  14. la alegria juega al escondite con nosotros, cuando la encontramos, que bonita sensacion!!

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  15. lo importante es encontrar la alegría en las pequeñas cosas de cada día...

    muuaks

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  16. Tanto tiempo estando ahí, y no sabíamos que el museo estaba tan cerca... (y tan dentro).
    Besitos/azos.

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  17. Bonita reflexión. Quizá lo idílico esté más cerca de lo que muchas veces pensamos.
    Me gusta visitar esa casa encencida de literatura.

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  18. me sentí pasando por el umbral de la dimension desconocida...esa, a la q le tenemos miedo, pero q muy probablemente nos lleve a lugares reconditos e inexplorados de nuestro ser..

    Gracias por tu visita, ya tienes una nueva lectora.

    Saludos Nocturnos.

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  19. Benedetti, siempre con sus pluma acertada.
    Su obra, una de mis pasiones.
    Me encanta este "museo de la alegría".
    A falta de estos museos, recorramos el nuestro, el interior, y busquemos las alegrías diarias, en las pequeñas o las grandes cosas.
    Gracias por traerlo, un placer heberlo leído.
    Muchos besicoss, muchos.

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  20. por fin he podido volver a leerte. El trabajo este último mes no me permite leer mucho, pero hoy he buscado un hueco y como siempre me ha encantado. Besos

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  21. Hummmmmmmm..... la habitación vacía es nuestro interior y llenamos esa habitación de lo que tengamos dentro. Si la alegría no existe en nuestro interior, difícilmente la encontraremos fuera... Caray.

    Besazos.

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  22. Si te robo una sonrisa, entonces el museo cumplió su propósito... me preguntó quién lo habrá pensado así?

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  23. Sentirse alegre y darse cuenta , porque estas alegre te apetece la ciruela o las uvas o nada y te ries incluso alargas la mano y saludas y todo eso es porque estas alegre pero cuando la tristeza es la dueña de tu corazó no tienes ganas de visitar ningún museo.

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  24. ¡Cómo me deja contenta que les guste y amen a Benedetti!... Me encantó El museo de la alegría.Comer la fruta con fruición, no sentirse defraudado y encontrar alegría donde uno quiere está en uno, no afuera de uno.
    ¡Bien,Nani, me gustó mucho tu relato!
    Todavía nunca te dije que "Nani" es uno de los nombretes con que llamo a mi hija. Le llamo con mucho nombretes diferentes ( milagrosamente siempre -desde pequeñísima- responde a todos), pero "Nani" es el preferido de ambas. No sé por qué.

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  25. Precioso, un museo asi tendria que existir en todas las ciudades,y ser gratuito para poder enrar siempre que te encuentres tristre o deprimido, seria la mejor medicina para todos.

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  26. Si es que todo está en cómo te lo quieras tomar... no?

    Yo posiblemente también me habría reído :)

    Besicos

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  27. Jajajajajá, Excelente trabajo! Y muy al estilo "Nani"!

    La invitación siempre está abierta, y corre como un hilo en todos tus relatos "Busque adentro, allí está la respuesta"

    A veces lo consigo, hoy por ejemplo! Esta mañana decidí sin ponerlo en palabras, estar alegre.
    Los "bombardeos" estuvieron, los problemas también dijeron "Presente", enfrenté tres temas espinosos y conflictos...con alegría.

    Ya casi termina el día y ésto de estar alegre, me está gustando. No sé qué pasará mañana...volveré a comer una uva, mordisquearé una ciruela e intentaré encender la luz. Veremos.

    GRACIAS, inolvidable lección de vida!

    Mi cariño para Vos, hoy la "muertecica" soy yo!

    Besitos Preciosa Amiga!

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