viernes, 25 de julio de 2008

HABITACIÓN 408



Las lucecitas parpadeantes del árbol de navidad colocado en el pasillo, la entristecen. Siempre pensó que esas luces que colgaban del árbol, eran las sonrisas de los seres queridos que un día se marcharon, al menos, eso le hizo creer mamá cuando era pequeña y le ayudaba a colocar los preparativos navideños, pero colocado en este pasillo, resulta muy distinto, -piensa.

Le parece que el pasillo está triste y frío a pesar de los adornos navideños, el suelo brillante y pulcro y la calefacción en su justa medida. Sobretodo, esta sensación la nota aún más, cuando se dirige a la habitación del “chico de los atributos”, como así lo habían bautizado sus compañeros y compañeras, el día que ingresó en la 408.

Llevaba allí cuatro días y no se habituaba al lenguaje de sus colegas. Ellos estaban hechos o más bien, lo disimulaban con esas bromas naturales de lo cotidiano. Con ello, procuraban que no les afectara el dolor, la desolación o la falta de vitalidad, de las personas que pasaban por todas aquellas habitaciones. Cuerpos bellos a veces, pero mustios y en declive, cuerpos camino de un final próximo o cuerpos como en esta ocasión, del “chico de los atributos”.

Sí, parecía grosero y casi obsceno, pero había que hacer del dolor, la frialdad y la soledad, algo ameno y cotidiano, algo que resultara normal para los seres que trabajaban, además, cuando se ve todos los días lo mismo, el ser humano llega a habituarse, a bromear con lo que fuera del recinto, podría paralizar de asombro por la impotencia y la tristeza que producen.

En los pocos días que lleva en la planta, no se hace a todos estas cosas que la descolocan e incluso, hacen que se sonroje delante de los compañeros. Todo fue distinto en las prácticas y en el anterior contrato. Primero, tuvo la suerte de estar en la planta de recién nacidos. Todo era tierno allí, y aunque había que prestar mucha atención a los pequeños de las incubadoras y los que estaban malitos, todo se hacía con otro espíritu, con otra esperanza y con otra ternura. Por muy dura que resultara la jornada, se pasaba sin apenas darse cuenta, pero aquí…, aquí todo es más monótono, más duro, más frío, más…, nunca creyó que le afectara tanto la impasibilidad del “chico de los atributos”.

Nada más pensar en él se sonroja.

¡“Mira que es burra esta gente, pero es que de no ser así, como soportarlo”! Este chico tiene casi mi misma edad -piensa -, un año o dos más en todo caso y ahí, pegado a la cama, a unos tubos y a una máquina, que le mantienen con vida. Una vida que, ¿quién sabe que pensará al verse así, cuando le limpiamos y le lavamos, si nos escuchará, si…?, -sigue pensando la chica. De nuevo nota que se sonroja cuando piensa en el precioso cuerpo inerte del muchacho de piel joven y suave, boca perfecta, manos de dedos largos y los pies como a ella le gustan en un hombre.

Su compañera sabe poner apodo a todos los enfermos, -sigue pensando. A todos los bautiza y con acierto. Es muy borricona para decir las cosas, pero cariñosa y dulce cuando se acerca a los enfermos. Casi les acaricia cuando les cambia o les asea. Lo hace con tanto amor, respeto y delicadeza, que la compasión se derrama por sus cuatro costados, a pesar de las palabras que salen de su boca, le va a las mil maravillas la frase esa que dice: “Por la boca muere el pez”.

Sigue haciendo sus tareas y se sorprende, cuando se escucha a sí misma, hablar en voz alta y preguntar al chico: “¿Qué sientes y como te encuentras, como soportas esa quietud y esa impasibilidad, cómo consigues pasar tantas horas y cómo...?”

Al ser consciente de lo que está haciendo, se vuelve a ruborizar al darse cuenta que su mano está posada sobre la del chico. Es una mano de dedos de pianista, cálida y delgada y vuelve a preguntarse: ¿Qué sentirá al notar mi mano sobre la suya? Me da mucha pena saber que nadie viene a visitarlo. ¿Recordará que es un emigrante, uno de tantos que vienen a nuestro país a ganarse el pan? Según me dijeron los compañeros, salía con una chica que al saber de su accidente, vino a confirmar sus datos personales y le visitó, pero a partir de aquel día no ha vuelto, igual está asustada y le aterra hacerse cargo de un ser en estas condiciones, o igual ha dejado de importarle. Parece ser que su familia reside en un país del este, sin posibilidad de desplazarse, aunque de todas maneras, tampoco han demostrado interés alguno, ya que no se han registrado ninguna llamada interesándose por él. Es verdaderamente triste y desolador, saberle ahí, acompañado solo y exclusivamente de su soledad y sus recuerdos, ¡si los tiene!

En este instante recuerda a sus hermanos, abuelos, tíos, primos y como no, a sus padres con los que dentro de unos días se reunirá al pie de la chimenea en el cortijo de los abuelos, allí pasaran las Navidades todos juntos. Comerán y cantarán, celebrando un acontecimiento que a todos les acerca y les hace felices. Al menos en estas fechas conseguimos reunirnos, -sigue pensando-, porque ya con estar cada uno desperdigado en sus tareas, cada vez nos vemos menos, pero aún conseguimos unos días al año, para besarnos, abrazarnos y eso, a mí al menos me hace feliz.

Ahora vuelve a fijar su mirada de nuevo en el chico postrado en la cama. ¿Quién pensará en él estos días, quién le echará en falta, quién le besará y le felicitará estas Navidades?, -dice casi susurrando.

Después de haber tenido tantos deseos y recuerdos, siente unas inmensas ganas de tener guardia el día de Navidad. Ella podrá estar con su familia otro cualquier día y acercando su rostro al del chico, dice: “No te preocupes, la noche de Navidad estaré aquí contigo, para cogerte la mano, para que no estés tan solo, para que tengas a alguien que te felicite, para que podamos brindar por tu salud”.
Todo esto sale de sus labios en un semitono y muy cerca del oído del joven, como si le pudiera escuchar, como si esperara una respuesta por su parte y al incorporarse, mirando el rostro de la cama, creé percibir una dulzura distinta, e incluso alguna sonrisa y creé notar algún movimiento en la mano que hay bajo la suya. Retrocede un poco impresionada sin apartar la mirada del chico, que sigue inerte, pero si con aspecto relajado. Piensa que todo ha sido producto de su imaginación y continúa con el arreglo personal “del chico de los atributos”

Nani. Julio 2008.

34 comentarios:

  1. Joder, que poco me gusta la Navidad; al menos tu historia tiene humanidad, de la buena, no de esa de plástico, de esos Felíz Navidad que están escritos en las bolsas de las tiendas… Bueno, viniendo de ti es normal una historia así.
    Kisses

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  2. A mi tampoco me gusta la Navidad... y la verdad es que textos como el tuyo melo ratifican... texto precioso, por cierto...

    Besos

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  3. Como corresponde a la Navidad, un tópico: juventud, divino tesoro. Y, en este caso, tierno.

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  4. He sentido mucho este relato. Empezando por el chico, por su situación, tan semejante a alguien de mi misma sangre, rozando la adolescencia, (no hijo), que desgraciadamente tuvo un trágico final (aunque de ésto me he propuesto no escribir). Lo mismo con la labor y los pensamientos de la joven, idénticos a los que pasan por la mente de alguien también de mi sangre, que realiza una labor similar, y luego por la navidad en la infancia, cuando nos dicen que las lucecitas del árbol son las almas de los que no están.
    He encontrado semejanza en todo.
    Me ha gustado mucho.

    Un abrazo

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  5. Yo no voy a despotricar contra la navidad, ahí está y que la celebre quien la quiera celebrar y que despotrirque contra ella quien contra ella quiera despotricar...

    Por cierto que tu relato me ha recordado enormemente a una pelícual (que recomiendo ver más de una vez, aunque es un poco pesada) Llamada "Jonhy tomó su fúsil"... También va sobre alguien que sólo es conciente del mundo a través del tacto y de una enfermera que muestra una inusitada compasión por él... AUnque, claro, puestos a tomar, ella toma de él algo más que la mano... Y debo confesar que cuando leía "El chico de los atributos", pense que esto terminaría en algo muy semejante... Si llegasa ver la película que te comento me entenderás (y te enojarás un poco... Tal vez)

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  6. Los sentimientos enfrentados a la frialdad del oficio. Un contraste interesante para reflexionar

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  7. jijiji los atributos...jejeje....bueno, como te he dicho me ha recordado a HABLE CON ELLA en otro contexto pero no se...veo a Javier Cámara aseando a Leonor Wathling...fijate las vacaciones me tienen con la masa gris derretida...¡disfrutemos de elloª!jajajaja besos

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  8. He recorrido con cierta angustia esta historia, por razones personales a mi los hospitales siempre me recuerdadn momentos dificiles . Aquel dicho que dice que a los amigos se les ve en los hospitales o en la carcel es muy muy ciero.
    Un abrazo

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  9. Conmovedor, contado en su justa medida, con la delicadeza y sensibilidad habitual en tus relatos.

    Un abrazo.

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  10. Buen argumento para pensar y tomar conciencia de la realidad del que está solo y del que puede mitigar esa soledad.
    Beso iluminado.

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  11. holaaaaa :D

    por fin tengo un ratillo para pasarme por los blogs...jijiji

    muchas gracias por la página, he estado cotilleando las receta sy oye alguna caerá estos días porque se me acaban las ideas...

    este mediodía he ido a comprar y mañana haré salmón (que sardinas otra vez no es plan xD) y también he comprado pimientos rojos para hacerlos al horno, rellenos...así que cuando no se me ocurre nada me voy al super a dar alguna vuelta y se enciende la bombilla...y sino siempre puedo acudir a la tortilla de patatas xDDDDDDD


    muaaaaaaaaaaks

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  12. Hacen falta personas asì como la historia que narras, personas que tengan la sensibilidad a cuestas, que se sacrifiquen en dìas importantes o festivos o comerciales para estar dando a quien lo necesita.

    Abrazos

    G

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  13. Uuuff....


    Incando mi rodilla en tierra se presenta un caballero, para lo que desee.

    Un saludo con calor seco granaino.

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  14. Tienes una sensibilidad especial para describir maravillosamente sensaciones a veces indescriptibles. Me encantan tus historias...
    Un besazooo

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  15. Muy duro, pero real Nani. Yo trabajo algunas veces con enfermos y se que en algún lugar o desde algun lugar ellos sienten.
    Benditos los que por alguna causa resignan su navidad para estar con ellos, que están pero no están.
    Los arboles de navidad son tristes en estos lugares. Pero dan su luz, aunque nadie pueda verlo...
    Besos

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  16. Yo no voy a hablar mal de la navidad, prefiero desproticar de los hospitales: no soporto los hospitales (vamos, imagino que nadie los soporta)... y últimamente, mucho más...

    Eso sí, tu historia me ha encantado pero eso ya no es ninguna novedad.

    Besos

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  17. Hola.
    Soy Rosa Silverio. La escritora dominicana que Graciela entrevistó. :)

    Leí tu mensaje en mi blog. Cuando puedas me escribes a mi e-mail rosasilverio@hotmail.com y me mandas tu dirección postal. Será un placer para mí enviarte un ejemplar del poemario.

    Un gran saludo.

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  18. Gracias Nani, por tu visita y por tus comentarios...Voy viendo en ti que eres de las que predica con el gesto. Eres de las que no fallan con tus palabras alentadoras. No estoy en el hospital, pero sabes encontrarme.
    Un abrazo

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  19. Preciosa y conmovedora historia,ahunque situaciones como esta o parecidas yo he conocido muchas

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  20. Nani, bezitos.
    Cuánto dolor, verdad?

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  21. hay que ser de una pasta especial para trabajar en un hospital. Yo desde luego, reconozco ser muy cobarde.

    Felicidades linda por tu premio del post anterior! Y un beso muy muy grande!

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  22. Muy bonito Nani. Deberían hacer un estudio para eliminar las navidades poco a poco sin provocar traumas en el ser humano. Podrían comenzar por los árboles, luego Papá Noel, Los Reyes y por último los belenes. Besos.

    Manu

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  23. Qué relato más dulce. En tus relatos siempre hay un montón de sentimientos encontrados. En este caso dulzura y pena a la vez ... ¿de dónde sacas esa inspiración?

    Hacía tiempo que no pasaba por aquí ... aunque bueno, eso no es del todo cierto, porque os he estado visitando aun sin dejar ninguna letra ...

    ¿Hay vacaciones dentro de poco?

    Besotes.

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  24. en mi imaginación tu historia continua..y proyecta un final feliz, que el chico de los atributos se recupera..q la vida de ella gana un punto mas de satisfaccion y de alegria..q las navidades pueden ser bellas...

    pero cruel es la dura reflexión..para mi tambien las navidades son muy tristes..los hospitales tambien (obviamente)..y una historia asi no deja mas q la enseñanza de valorar lo que se tiene, al momento q se tiene..disfrutarlo y vivirlo lo mejor q se pueda.

    Un abrazo.
    P.D Gracias por pasearte por mi noche oscura y hermosa.

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  25. Un recuerdo y un beso fuerte desde las orillas océanicas.
    Ye en el campo os escribiré y entraré a leer.
    lucía

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  26. Toda la falsedad que derrocha estas últimas navidades tan cooperantes y llenas de "amor fraterno" y de "ayuda a los demás" (ya que parece ser que el resto del año, cómo que no pega realizar dichas tareas), no tiene nada que ver con la belleza del relato que acabo de leer, pero cómo dice Mercedes, es que viene de tí...
    Un besazo grandote.

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  27. este relato nos recuerda la terrible situación que viven aquellos seres olvidados en los hospitales. La inclusión de la Navidad en la trama, es muy acertada pues añade un sentimiento extra de soledad enmedio de una fecha que celebra un nacimiento ante un ser a las puertas de la muerte. Muy bien.

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  28. Que bonita historia! Me ha gustado un montón, sobre todo la dulcura que desprende...La humanidad que se lee entre líneas.

    Lo único que me ha chocado, ha sido leerla en verano! Jeje!

    En serio, me ha gustado mucho! ;)

    Besitos guapa!

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  29. Con los años y las pérdidas la navidad va peridiendo encanto.Pero igual sigue siendo un tiempo pa reempezar.

    Me gustó mucho tu relato. besitos.

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  30. Absolutamente conmovedor.
    Un beso.

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  31. AY, no sabes cómo te entiendo...

    Recuerdo que de pequeño mi madre me dijo que la navidad era la peor fecha del año porque uno se acordaba de los que ya no están. Yo en un principio no le dí mucha importancia, pero ahora lo entiendo perfectamente... En fin...

    Y respecto al testo; me ha conmovido y me ha hecho pensar... y recordar...

    BESAZOS

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  32. y cuantas veces estamos solos e inertes en una cama, sin que nadie se interese por nosotros, aunque no vengamos de ningún lugar....bellísimo relato , me imagino que el despierta y la conoce y se enamora, se consigue un buen trabajo y de algún modo hacen una vida juntos, con risas y con llantos, pero siempre con amor, sobre todo al poner las luces en el árbol de navidad

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  33. Hospitales, soledad, dolor,tristeza, ternura, esperanza y gratitud.
    Todo en tu relato bien hilado.
    Felicidades.
    Besazos.

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  34. Para cuándo un libro? yo lo compraría sin dudarlo, me encantas!!

    Un besazo,

    Enigmática

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