miércoles, 25 de febrero de 2009

VITAMINA D

Caminaba bajo los rayos del sol. Ese sol que lucía brillante, después de días fríos y llenos de humedad.

Se dejaba acariciar por la tibieza de un calor ya casi extraño. Un calor que hacía meses no se dejaba sentir. Ya casi se había habituado a la humedad y al frío aire que se colaba por las rendijas, las callejuelas y por las miradas de los seres acostumbrados a la luz solar y hoy, miraba la luz, sentía el calor en su espalda, acariciando sus sentidos y dejándose llevar.

El parque lucía resplandeciente y lleno del jolgorio de los chiquillos. Los padres sentados en los bancos, se dejaban adormecer por el calorcito y los abuelitos caminaban torpemente pero con cierta gracia infundida por la caricia caliente ya casi olvidada.

El cielo azul limpio de nubes, dejaba pasar los rayos ultravioleta y la vitamina D cumplió su objetivo.


Nani. febrero 2009.



sábado, 7 de febrero de 2009

ESPERABA




Esperaba al domingo para descansar. Esperaba el fin de semana para ir a visitarla. Esperaba que el sábado y el domingo, le proporcionara un respiro. Esperaba que dos días a la semana, le abrieran el corazón a la luz, ya que el invierno estaba resultando largo y frío y empujar la puerta de aquella casa, era como el sol de primavera. Esperaba tocar el timbre de aquella casa como cuando era pequeña y que aquellas manos ya arrugadas le abrieran (a pesar de tener llave), como cuando volvía del colegio. Esperaba ensanchar el alma, con el aroma a lavanda que siempre tuvo aquella vivienda. Esperaba oler el puchero de los días festivos. Esperaba escuchar los alborotos y discusiones de sus hermanos, deslizarse por el hueco de las escaleras. Esperaba recorrer el pasillo y antes de llegar al despacho de papá, notar el dulzón olor que despedía la cachimba de madera. Esperaba empujar la puerta del patio, y ver los rosales florecidos, las macetas de perejil, albahaca y el lilo en flor. Esperaba subir las escaleras, dejar su chaqueta sobre la cama y sonreír, pensando en la bronca por no guardarla en el ropero. Esperaba acercarse a la ventana, para mirar a través de los cristales y ver a los chiquillos rodilla en tierra, jugar a las bolas y al trompo, mientras las niñas saltaban a la comba entonando una dulce canción. Esperaba todas esas cosas, mientras metía la llave en la cerradura y darse cuenta que todo aquello sucedió hace millones de años.

Esperaba…, mejor esperó en el rellano, sonrió y pensó que era inevitable que acudieran esos pensamientos dulces, cálidos y llenos de ternura, que siempre le hacían el día a día mucho más sabroso y que le cargaban las pilas, todos los fines de semana.


Nani. Febrero 2009.

lunes, 2 de febrero de 2009

AQUÍ ME TIENES




Aquí me tienes. No sé que decirte. No sé que contarte, pero como ves, aquí estoy pronta a la cita. Hay días que son más oscuros que otros. Hay días que las palabras se niegan a salir. Hay días que los sentimientos se adormecen y no afloran. Hay días que la lluvia nos aletarga como a las salamandras que duermen, para asomarse a la luz de las farolas en las noches veraniegas. Hay días que el frío nos hace esperar algún calor que se cuele por alguna rendija. Hay días que no te veo por ninguna parte. Hay días que la esperanza es la única que nos deja caminar. Hay días que el sol se resiste a filtrarse por los postigos de las ventanas, por el ojo de buey de la buhardilla o por el triste ojo de patio. Hay días que me pongo delante de ti y no se me ocurre nada que contarte. Hay días que la página en blanco se me resiste y no tengo nada que decirte.


Nani. Febrero 2009.