martes, 27 de marzo de 2012

EN LA COMPRA








Por la mañana haciendo la compra en el supermercado se ha encontrado con una compañera de colegio. Hacía siglos que no se veían, más o menos desde que estuvieron estudiando bachiller y le ha impresionado verla con sus patas de gallo, sus arruguitas en la comisura de los labios y una tristeza oculta en el fondo de las pupilas. Era alegre como unas castañuelas, carita redonda y preciosa, pelo lleno de luminosidad y una vitalidad increíble y observar tanto cambio así de repente la ha sacudido. Cuando se han despedido y mientras recogía la compra, pensaba que igual le habrá ocurrido a ella, que el paso del tiempo también le habrá dejado su huella, por lo tanto y en el momento que ha llegado a casa, lo primero que ha hecho y de una manera un tanto inconsciente, ha sido mirarse con atención en el espejo que tiene en el recibidor y ha pensado que la fuerza de la costumbre hace que no se vean esos cambios o no se quieran ver. “Nos hacemos amigos de esas patas de gallo y arrugas que nos salen – sigue pensando -, nos habituamos a esos progresivos cambios y nos sorprende verlos en los demás. Es curiosa la vida, la adaptamos a lo que queremos ver o percibir y así nos pasa con todo. Nos acomodamos – sigue pensando-, asimilamos lo que queremos asimilar, conscientemente o no y de alguna manera, nos engañamos creyendo que así sufrimos menos y la verdad y única realidad, es que nos ponemos una venda en los ojos y unos tapones en los oídos. Huimos de la realidad o nos dejamos llevar por las prisas, para no pensar que la valentía está en aceptarnos día a día y sabernos frágiles, vulnerables, no infalibles y seres normales que nos vamos haciendo mayores. Nos cubrimos con una capa de hormigón creyendo que así nos protegemos y la equivocación puede estar en esa misma protección que no nos deja ser seres humanos, amorosos, tiernos y con las manos abiertas para todo lo que se pueda dar y recoger…”
Sigue pensando mientras ordena la compra en el frigorífico, despensa y cuando lleva el detergente al lugar destinado a los utensilios de la lavadora, piensa que un objeto de estos gigantes debería inventarse para lavar los pensamientos erróneos que a veces se apoderan de las cabezas pensantes y hace infelices a muchas personas.

Nani. Marzo 2012

domingo, 18 de marzo de 2012

VACIONES DE PAPÁ

Aquella tarde papá regresó a la tumba entristecido, la oportunidad de su especial vida la perdió cuando dejó escapar al señor que desparramaba aroma a “cero negativo” y que visitaba la tumba de su esposa todos los martes a las cinco treinta de la tarde. Tubo que seguir un curso súper- intensivo para adaptar sus pupilas a la luz solar. Debió aprender a maquillar sus ojeras híper marcadas y la palidez de su rostro adquiriendo un maquillaje de último diseño, conseguir un colirio de lo más sofisticado para mitigar sus ojos enrojecidos y cuando todo lo llegó a dominar a la perfección y estuvo preparado para succionar su carótida derecha, el susodicho “cero negativo” decide acompañar a su esposa en el descaso eterno y va y se le muere. A partir de ese día, papá decidió tomarse unas vacaciones y quedarse por una larga temporada reposando y esperar otra oportunidad más rentable y certera, aunque se tratara de un “A positivo o BA negativo”. Ya decía que ser tan selectivo traía demasiadas consecuencias negativas y no estaba su especial vida para ser desperdiciada.

Nani. Marzo 2012


viernes, 2 de marzo de 2012

TAREAS PENDIENTES



Tenía que hacer el trabajo que le había asignado el profesor para poder terminar la tarea pendiente que  en equipo, debía concluir el grupo AB. No lo pensó más aquel viernes por la tarde, cogió la mochila con todo lo necesario para tomar apuntes, fotos e incluso, los sentidos dispuestos para poder aspirar hasta el aroma que se respirara. Cuando llegó, empujó la enorme puerta y solo pisar aquel suelo, ya comenzó a notar el ambiente denso, el olor característico y todo aquello que hablaba a borbotones pero sin palabras para proclamar a los cuatro vientos, cual era aquel lugar que las suelas de sus botines pisaban.

Se adentró mochila en ristre, cuaderno y lápiz y llegó a aquella sala con poca luz y algo fría, que olía a polvo mezclado con cera y otros que le costaba definir. Ya cuando estuvo allí en otra ocasión, le resultó el lugar un poco extraño, frío y muy, pero que muy denso.

Comenzó a hacer las anotaciones que creía oportunas y cuando ya tenía rellena la hoja con todos los apuntes necesarios, buscó la cámara digital para hacer las fotos que necesitaba. Se colocó de nuevo la mochila y se dispuso a disparar la primera foto, cuando el personaje enfocado al mismo tiempo que él disparaba, le asomaba una lengua enorme, se carcajeaba y le decía: “En los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.

El chico al ver y escuchar a la figura de cera que representaba a Einstein, salió del museo, como alma que lleva el diablo.



Nani. Marzo 2011.