viernes, 28 de julio de 2017

LA MAR DE LOS DESEOS



Aunque nació en una casita de pescadores, nunca había pisado la mar ya que sus padres tuvieron que salir de aquel lugar después que terminara aquella infame guerra y buscar trabajo en los viñedos franceses primero y más tarde, en las fábricas alemanas. Sabía mucho de humo, de salchichas y cerveza, de tardes muy cortas y de prisas para ayudar en casa y llegar a punto al colegio. A pesar de todas las estrecheces en aquellas tres habitaciones del principio, consiguieron sus hermanos hacer carrera y ella aprender varios idiomas, lo que aprovechó para en casa hacer trabajos de traducción. En la editorial donde llegó a tener merecida reputación, siempre le ofrecían obras infantiles donde tradujo a los mejores, tanto en italiano, francés y castellano. Siempre estaba muy ocupada y no conseguía tener tiempo para cumplir su mayor deseo. Se hizo mayor, formó una familia y seguía con la literatura entre manos y sólo viajaba con el libro que le tocaba traducir, por eso ahora que ya ha cumplido los sesenta y cinco y se jubila, no quiere dar lugar a que pasen más años y en casa lo ha propuesto. Este año se van todos a visitar la playa donde nacieron su familia y ella. Verá ponerse el sol en el horizonte y sus pies se refrescarán en la mar de sus sueños. Después la vida seguirá, pero habrá cumplido el deseo que toda la vida había guardado entre páginas, historias y cuentos.

Nani. Julio 2017

lunes, 24 de julio de 2017

CREÍ HABERLO ENTERRADO



Imagen recogida en la red

Mientras conduzco por la llanura manchega voy escuchando un programa musical, que de pronto es interrumpido por una desagradable noticia ocurrida precisamente en el pueblo de mis padres a donde me dirijo. Han encontrado en un viñedo bastante conocido a un niño desnudo, desnutrido, magullado y parece ser que con lesiones extrañas. Me recorre un sudor frío por la espalda y me acuerdo del señor oscuro como le llegamos a llamar. Revivo las amenazas, las vejaciones y todo lo que nos hizo sin poder contarlo nunca. No sé si volverme o terminar el camino, hablar y cerrar el ciclo.

Para relatos con banda sonora, inspirado en la canción: Cold Blooded Old Times de Smog.

Nani. julio de 2017


viernes, 21 de julio de 2017

UN HELADO DE NARANJA








El niño sabe que debe sonreír. El que más tiempo dure con su bonita sonrisa se ganará un polo de naranja o eso les han prometido, ¡total, por probar…! Él sabe que debe ganar porque no tendrá otra oportunidad de comerse esa golosina que tanto le gusta. En cualquier momento cae otra bomba y se lleva el hueco de escalera que ha quedado en pie, donde duerme con su prima y el hermano de esta o igual, también son ellos los que caigan como el resto de familia.  Por otro lado, ya se sabe el camino y ha conseguido esquivar los escombros de la casa de su tío y la de los abuelos. Sería duro buscar otro sitio y allí está calentito pegado a los primos; pero sobre todo, ahora le resulta fácil mantener la sonrisa, es lo que le queda desde que sus ojos dejaron de ver.

Nani. 21 julio 2017

martes, 11 de julio de 2017

VIENDO PASAR LA VIDA



Imagen recogida en la red

Cuando voy para el trabajo o a otro menester, siempre le encuentro ahí. Le doy los buenos días o las buenas tardes y no me contesta. Ni levanta la vista del punto en el suelo que mira, si no es que mantiene los ojos cerrados. Creo que ya por su edad no me escucha, o bien a estas alturas no le merece la pena ni responder, porque sus pensamientos lo ocupan de manera que distraerse le hace perder minutos que necesita antes de su partida, o igual tiene recuerdos tan bonitos que observando cómo van surgiendo los acontecimientos de nuestra era, no le interesa en absoluto levantar la mirada o hacer el mínimo esfuerzo.
Me llama la atención cada una de sus enormes arrugas en ese rostro marcado por la vida y la lucha en la faenas del campo y al aire libre. ¡Cuánto habrá arado con ayuda de su yegua, en esa era ya destrozada y donde ahora hay una piscina! ¡Cuántas haz de paja habrán atado sus manos ahora temblorosas, y cuántas pleitas habrá confeccionado en los días de lluvia a la luz del candil! Su vida debe haber sido tan intensa y le habrá dado tantos momentos sencillamente…, sencillos e intensos, que no cambiaría nada ¡ya pudiera caerse el sol a sus pies! No le interesa variar la postura que tiene día tras día sentado en su silla de enea, con las manos apontocadas en la vieja garrota que motivo más, fue de su padre y le da el aliento que ya le va faltando.
Me quedo con ganas de hacerle una foto para guardar el recuerdo y los sentimientos que me produce verle, pero creo que sería faltar al respeto a esa sabiduría, esa reflexión continua y a la intimidad que intuyo al pasar a su lado. Esa fragilidad podría romperse con el clip del disparo de mi cámara y prefiero que siga en su pequeño o gran mundo, donde debe habitar un alma enorme que sin querer, se va apagando como la luz del candil que utilizó los días de antaño.

Nani. 11 julio 1017

martes, 4 de julio de 2017

APRENDIENDO A CRECER





Imagen recogida de la red

No conseguía entender lo que pasaba. Más tarde les notaba distintos. Después era ella la que tenía mala cara y a él le vi llorar en el baño. Siempre creyó que no lo veía, pero no he olvidado la pena que se le colgaba a la espalda, lo mismo que una mochila cargada de piedras. Después les escuché decir que desde que Virtudes vino la primera vez, todo cambió. A ella le gustaba mucho salir con Virtu, ir al cine o a tomar un café por las tardes. En ocasiones y mientras él trabajaba, ella venía y la ayudaba para que le quedara más tiempo y ambas se sentaban en el salón a charlar, reír e incluso cogerse las manos. A él le escuché decirle que se iba a casa de los abuelos, mientras ella decidía que era lo que de verdad quería. Ella decía que nunca se lo había planteado y yo no entendía nada. Triste él, también ella y yo no sabía que pasaba. Un día les pregunté y me dijeron que no me preocupara, que nos querían mucho y que no deseaban que lo pasáramos mal, pero cuando no se entiende,  todo resulta obscuro.
Otro día mientras preparaban la ensalada, Virtudes le dijo que debía salir del armario, que no vivía así, ni tampoco los demás. Que sabía que no tuvo la oportunidad de ver lo que realmente se escondía dentro y como una loca, me fui a mirar, pero en el armario solo había ropa y zapatos, además de las sábanas que bordó la abuela. Ellas nunca se enteraron de que escuchaba cuando creían que miraba la televisión, jugaba con mis muñecas o hacía los deberes.
Cuando volvió de estar con los abuelos, escuché decirle que no era posible seguir juntos y que todo debía hacerse de manera que a nosotros no nos afectara. Lo hicieron muy bien para que lo pudiéramos entender…, con sus enormes dudas al principio.  La satisfacción de tenerles como padres hoy me llena de orgullo, pero al principio fue trabajoso y muy lamentable en ocasiones con el resto de mortales, pero supimos crecer. Las dificultades nos enseñaron a respetar, valorar y procurar no hacer juicios sin más.


Nani. 4 de julio de 2017