sábado, 24 de noviembre de 2018

AMOR AL MINUTO Y AL MILÍMETRO




Han pasado veinte mil setenta y cinco días, cuatrocientos ochenta y una mil ochocientas horas, veintiocho millones novecientos ocho minutos y mil setecientos treinta y cuatro millones cuatrocientos ochenta mil segundos; desde el día que sellamos nuestro amor bajo la tapia donde nos conocimos. Casi consta en acta y supervisados por tu amigo del alma. Todavía cuando entras por la puerta me palpita el corazón, el alma y hasta el alzhéimer que comienza a aflorar. Soy consciente de todo ello y del dolor que voy a percibir cuando me alcances de nuevo, aunque ya mi cuerpo es violeta amarillento al que no le queda un milímetro de piel sin magullar y está acostumbrado al dolor sobre dolor. Ahora, el olvido es la ilusión.

Nani. Noviembre 2018



25 Noviembre. Día Internacional de la eliminación de la  Violencia contra la Mujer

viernes, 23 de noviembre de 2018

NUEVA CABECERA

Todo mi agradecimiento a Rebeca, del blog CRÓNICAS DE UNA LOCA QUE CAZABA NUBES, por su generosidad al ofrecerse de manera desinteresada a arreglar la cabecera de este blog que ya estaba un poco anticuado.

El diseño es de ella y creo que ha quedado como si hubiera blanqueado y pasado la mopa, quitado telarañas y dejado reluciente. La verdad es que me siento como niña con zapatos nuevos o mejor dicho, como si hubiera ido a la peluquería y me hubieran hecho el mejor peinado de la colección y me hubiese arreglado para ir a la fiesta de puesta de largo.

Muchísimas gracias Rebeca, ha sido un placer recibir tu premio. Te lo agradezco infinito. Os dejo dicho diseño, para que podáis apreciar el trabajo.

Besicos muchos bonita. 



Nani. Noviembre 2018

jueves, 22 de noviembre de 2018

COMO ANTAÑO





Llamo con ayuda del aldabón de bronce. Me gusta ese sonido ronco y ancestral. Imagino que soy una de esas señoras con guantes hasta el codo, sombrilla de encaje y traje de miriñaque. No es necesario porque hay timbre, pero cuando voy a casa de la abuela me gusta hacerlo así, es mi contraseña, sabe que llego con mi trozo de tarta de batata y de paso, se prepara para los achuchones y besos que le caen seguro.

Nani. Noviembre 2018

lunes, 19 de noviembre de 2018

TRADICIÓN Y SABOR


Nos comimos a unos cuantos vecinos para no defraudar, por tradición y porque desprendían un aroma irresistible, a veces dulce y otras como a licores varios. Frutas del bosque, membrillo, mandarina y hasta la fruta del paraíso madura. Después de saborearlos no pudimos evitar convertirnos en adictos. Tenían buqué, el color justo y un regusto muy agradable. A partir de esa experiencia, también empezaron a engullirnos con avidez. Nos bautizaron y nos exhiben en escaparates con el nombre de bizcocho borracho.

COMO ATILA

Nos comimos a unos cuantos vecinos para no defraudar, para que vieran que no nos amilana nada y porque éramos bestias, que solo deseábamos que nuestro ego sobresaliera. Después fueron los de otras ciudades y al final, destrozamos como lo hiciera Atila y su caballo. Hoy quisiéramos volver atrás, pero ya es demasiado tarde para que la humanidad vuelva a lo que en un principio se pretendió.

Nani. Noviembre 2018

sábado, 17 de noviembre de 2018

VIAJES SABATINOS



Viernes Creativo: Escribe una historia.

Cuando aún no éramos adolescentes, todos los sábados bajábamos al fondo del mar invitados por el dios Neptuno, donde pasábamos las mañanas en su palacio, primero tomando pastas de algas variadas acompañadas de té, de una de las más preciadas (la alga dorada) que le aportaba un sabor tan realmente bueno, que en la vida hemos saboreado algo parecido. Tanto mis hermanos como yo, aprendimos mucho de aquellas visitas sabatinas, de la sabiduría del dios de los océanos y por supuesto, de su extensa familia. Nos dejaba navegar y gozar de todas las maravillas marinas, a lomos de su ballena blanca Yenayá; llamada así en honor a alguna antepasada según nos contó, (esa historia quedó pendiente para otra visita que  fuera más extensa, ya que no sería suficiente con una de las acostumbradas). Más tarde, nuestros viajes al fondo marino se fueron distanciando; los estudios y las obligaciones nos obligaron a ausentarnos y con el tiempo, la habilidad a resistir bajo el agua (según nos dijo en otro momento, era un privilegio otorgado a los niños), fue una quimera y algo que ya no podíamos realizar. También nos dijo algo que no entendimos del todo, narrándonos que los seres humanos nos descuidamos, adquirimos malos hábitos y eso nos deteriora y es uno de los motivos por lo que ya no podemos gozar de todo lo que la naturaleza nos ofrece, supongo se refería, a bucear por ejemplo con la soltura de entonces. En una de las últimas ocasiones que hablamos con él, le encontramos triste y un poco indignado, explicándonos que los que vivimos sobre tierra firme, no cuidamos nuestro entorno y lo que no nos interesa lo arrojamos a las aguas de ríos y mares, ¡no me quito de la mente su tristeza y al mismo tiempo, la impotencia! Siguió diciendo qué estamos haciendo daño a la fauna y vegetación  marina y eso repercutiría en nuestras propias vidas, así como a ellos les estamos inundando de una tristeza enorme, ya que la luz del sol pasa con dificultad, no traspasa el oxígeno que también necesitan y todo se vuelve suciedad. Ahora al cabo de tanto tiempo, solo pido a los dioses y naturaleza que no se desate la ira de Neptuno, Poseidón y resto de deidades marinas, porque en ese caso lo vamos a lamentar eternamente.

SIN SENTIDO

Hermano, si consigues salir a flote y llegar a la orilla, dile a nuestros padres que me quedé en el desierto. No les proporciones la angustia de saber que me quedo aquí ¡no puedo más!, ya sabes del pánico que les daba el Mediterráneo.

(No lo he podido evitar, demasiadas pateras a la deriva, demasiados robos de sus ahorros para subir a esas calamitosas embarcaciones y vidas perdidas. En estos días veo a muchos chicos (los que lo consiguen) que deberían estar en la escuela y se arriesgan para recoger aceituna, por ejemplo).
Nani. Noviembre 2018

miércoles, 14 de noviembre de 2018

HORIZONTE



Para que luego digan que lo monstruos somos nosotros cuando nos disfrazamos  en un espectáculo e interpretamos a los crueles del guión. Se enojan los que prefieren ondear un símbolo y dejar que los niños, padres y abuelos, se mueran en un descampado, en un estrecho o cruzando para llegar a un país en donde creen encontrarán pan.


DE TRAPO

Para que luego digan que lo monstruos somos nosotros pobres peluches sedosos y mullidos, por muy feos que nos diseñen en los comic o dibujos animados. Solo damos amor a los que duermen con nosotros, somos sus tiernas mascotas, en el fondo seres de trapo como cada cual en manos de los verdaderos ogros. En nuestra escasa inteligencia de pelele, deducimos que monstruo es todo aquel que le corta la respiración a sus semejantes o el que no ve nada más que su ego, sin importarles nada ni nadie y sin recordar que también amaron a un peluche.

Nani. Noviembre 2018

domingo, 11 de noviembre de 2018

SALA DE EXPOSICIONES


#DíadeMuertos
Concurso de historia del Día de Muertos. Zendalibros.com



Para esta semana se programó como actividad con los chicos, ir a la sala de exposiciones de la ciudad. Con motivo de la festividad del “Día de Muertos” en México, los nativos mejicanos han organizado una exposición para los que aquí vivimos con el deseo de mostrarnos tanto a nosotros como a los compañeros de sus hijos, esa costumbre tan llamativa y ancestral que ellos tienen.
Todos los chicos e incluso profesores, hemos ido muy expectantes e ilusionados. Quizá todos estemos influenciados “entre comillas” en los últimos tiempos, por las fiestas que introducimos de otros lugares, como puede ser Halloween y más reciente, alguna película de animación que tanto nos llama la atención.
Para empezar, el señor que ha hecho de guía nos ha dicho que no nos creamos que esta fiesta la dejó la cultura española cuando llegó Colón y les descubrió (…, haciendo un inciso, creo entender que tampoco fue Colón el descubridor de las américas, sino que fueron unos vikingos que entraron por el norte muchísimo antes, pero bueno, eso lo dejaremos para otra clase), sino que ya cuando los españoles llegaron, ellos llevaban haciendo esos homenajes a sus muertos toda la vida, siendo testimonio sus jeroglíficos, dibujos y piedras esculpidas en los edificios milenarios allá en tierras americanas. Es cierto que han cogido costumbres nuestras y de otros países (los celtas también influyeron mucho en Halloween aunque no lo creamos), así como nosotros por ejemplo, hemos cogido y estamos cogiendo costumbres de otros sitios. Lo bueno de la vida es que somos multiculturales y lo mismo que hacemos con las costumbres y celebraciones, deberíamos hacerlo entre nosotros y aceptarnos más, porque lo contrario es antinatural (como ocurre con el racismo o xenofobia, prejuicios históricos o religiosos y muchas otras cosas absurdas). Pero bueno, volvamos a lo que hemos aprendido y disfrutado. Nos cuenta nuestro guía, que los mejores alimentos y frutos (como hemos comprobado), las mejores recetas y con más esmero cocinadas, las dejan para “el día de muertos” y las colocan en los altares llenos de luz, telas coloridas, flores y por supuesto fotos e imágenes de todos los seres que se fueron, pero que con estos actos, lo que quieren significar es que no los olvidan; por lo tanto todas las familias comparten ese recuerdo como el día en que estuvieron juntos y con vida, por eso les da lo mismo ir a la tumba a poner el altar, en casa o cualquier otro lugar que sea relevante para esa familia, ya que el fin como hemos dicho es que sepan los que se marcharon y los que están presentes, que no se olvidan nunca de ellos y que les tienen presentes formando parte de todos ellos. Compartiendo todo lo mejor que poseen e incluso lo que no pueden tener durante el resto del año, haciendo un gran esfuerzo para ese día, demostrando con sus canciones, bailes y toda la alegría que son capaces de expresar, que siguen siendo parte de todos ellos y teniendo un lugar principal en sus vidas, mientras tengan conciencia y un hilo de aliento.

Nani. Noviembre 2018

#DíadeMuertos

viernes, 9 de noviembre de 2018

EL AMOR DE MI VIDA











A la tierna edad de los 14 añitos, quise aprender a escribir a máquina y mis padres todo solícitos me regalaron en mi cumpleaños, una Olivetti Studio 45 de color azul turquesa fuerte. Tenía su maletín, su funda, escobillas para limpiarla y yo me quedé petrificado con mi gran regalo.
En mis horas libres la sacaba del estuche, la colocaba sobre la mesa camilla y allí empezaba a colocar mis dedos sobre el teclado. Aprendí el lugar de cada letra de nuestro alfabeto y comencé ese “Tac, tac, tac…”, seco y rotundo que emitía mi querida Olivetti. Mis padres y hermanos estaban hasta el gorro del ruidito monótono que mis dedos producían al artefacto azul turquesa, y que no conseguía que fuera más aburrido, pesado y con una velocidad tan escasa que quemaba la paciencia del santo Job. Así que viendo el panorama, me fui a una academia dónde me colocaron en un pupitre con una máquina del año de Maricastaña, conseguida en el desecho del ayuntamiento u otros organismos, cuando acabó la guerra civil española y cambiaron el mobiliario. Allí conseguí algún avance (mi empeño era grande), ya que no molestaba a los demás alumnos que estaban en las mismas circunstancias que yo y el tiempo empleado fue importante. A veces nos tapaban los ojos, otras las manos y me familiaricé con el teclado consiguiendo la velocidad “adecuada”, pero como estaba en la edad de pillar palomicas, a veces mis cuartillas eran un sin fin de errores y cambios de “b por v”, “m por n”, “t por r”. La verdad es que no avanzaba gran cosa.
Más tarde, comenzaron los primeros ordenadores a pulular por las academias, colegios etc. Hice algunos cursos e incluso terminé mis estudios de administrativo-contable. Aquello era otra cosa. Cuando terminaba la carta o el documento antes de guardarlo, lo corregía y empezó a crearme una pasión y admiración que incluso daba besos a la pantalla de mi ordenador a la vez de saltos de alegría. Ya no tenía que romper el documento y volverlo a hacer. Se fue pasando aquella tensión que me oprimía el alma cada vez que me enfrentaba a mi Olivetti o a cualquier otro modelo y comencé a enamorarme de mi ordenador, aunque rudimentario me sacaba de todos mis apuros, despistes y agobios que ya siendo más mayor, no eran de recibo en mi puesto de trabajo.
Sentí con el tiempo separarme de aquellos enormes aparatos ruidosos, que me dejaban colgado de vez en cuando a pesar del amor que yo les profesaba. Hoy soy un amante empedernido de cualquier portátil que se precie, no tengo manías y puedo relacionarme con cuatro o cinco al mismo tiempo. Puede que sea un adicto, pero no solo me caso con ellos, sino que los tengo en un pedestal e incluso bailo, cuando alguno me ofrece melodías fascinantes. ¡Son el amor de mi vida!!

Nani. Noviembre 2018

lunes, 5 de noviembre de 2018

PUNTOS DE SUTURA


Era lo único que podíamos hacer por él,  dadas las circunstancias y lo que en apariencia se deducía. Lo que no supimos en aquel momento, era que estaba totalmente roto y nosotros solo queríamos coserle la brecha de la frente.


AQUÍ NO EXISTEN LOS MILAGROS

Era lo único que podíamos hacer por él,  dadas las circunstancias -explicaba el tutor al resto de profesores. El chico tiene algún interés pero cuando llega a casa tropieza con el hermano mayor que es yonqui, la madre tiene que ir algún día que otro a visitar al padre que está en el trullo y a la vuelta, trapichear y venderse para conseguir papelinas y pan. Y para colmo, a los abuelos ya no les quedan fuerzas.

Nani. Octubre 2018

sábado, 3 de noviembre de 2018

UNA CHARLA GRATIFICANTE





Sandra es una  persona a la que le gusta mucho cambiar impresiones con sus semejantes, pero por su trabajo haciendo corre turnos, no coincide con mucha gente de su edad o con quienes estén dispuestos a entablar una conversación. Hoy por ser festivo, haber coincidido con su día de descanso y comprobar que hace un sol espléndido, se ha colocado el vestido de las grandes ocasiones, ha cambiado sus zuecos de trabajo por unos zapatitos de tacón bajo y se ha dispuesto a pasear en un principio; después se ha sentado a tomar el sol en un banco del parque, donde hay un chico joven hablando por teléfono. Ha imaginado que cuando termine podrán conversar, pero la charla se alarga y según va deduciendo, habla con una amiga de la pareja con la que parece ha pasado la noche. Le pide que no le cuente nada a la amiga y que cuando le parezca, pueden repetir ya que la experiencia ha sido muy gratificante. Sandra no entiende como si habiendo estado con ella hasta hace un rato, lo que le está comentando no lo ha hecho en persona. Aunque ella aún se resiste a comprar un teléfono móvil y será por eso -imagina. Creé que hablar cara a cara es mucho más agradable y para las ocasiones necesarias, tiene el teléfono sobre la mesita rinconera del salón. Más tarde y como ya está prejuzgando sin tener verdaderos motivos, decide que es mejor retirarse y seguir caminando, igual encuentra más adelante con quién cambiar algunas impresiones. Se levanta y se encamina hacia el bulevar. Piensa que en alguna terraza de las cafeterías que hay por todo el camino de regreso a casa, puede que haya algún conocido con el que pueda sentarse a tomar una deliciosa infusión y mientras, hablar un buen ratito bajo los rayos solares. Al llegar a su portal,  busca en el bolso la llave para abrir la puerta, comprobando que una vez más ha conversado con ella misma y llegando a la conclusión de que pertenece a otro tiempo, que las personas antes se llamaban para quedar y disfrutar de su compañía y sus cambios de impresiones y hoy, prefieren utilizar un aparatito y huir de lo que verdaderamente compromete o es auténtico. Cuando se dispone a entrar en el portal, se da cuenta que le apetecía tomar una infusión en una terraza y que no lo ha hecho por no encontrar a ningún conocido, así que como no le parece justo, cierra la puerta y retrocede por donde llegó, se sienta en la primera terraza, se pide un té verde con jengibre y se recuesta disfrutando del calor solar y del aroma de su taza humeante. De todas manera conversar como ella lo hace, le ayuda a reflexionar y a darse cuenta de lo que es auténtico o no lo es y se siente feliz de por lo menos, ser libre de escoger cómo vivir y respirar. 

Nani. Noviembre 2018