viernes, 21 de diciembre de 2007

FELIZ NAVIDAD







Veréis, por deformación profesional os felicito esta fiestas con una de las cosas que sé hacer mejor, que es meterme en la cocina e improvisar platos para la familia, para quienes me los encargan o para los amigos, y como ya a todos los que pasáis por esta CASA ENCENDIDA os considero de la familia, os deseo unos días llenos de… todo lo que a vosotros (cada uno en particular) os llene de paz, cariño y felicidad junto a vuestras familias, amigos y allegados.
Os deseo todo lo mejor con este menú especial.


1º Plato.-, "SOPA DE CARIÑO, CON COSTRONES DE SALERO".


2º Plato.-, "MEDALLONES DE SOLIDARIDAD, ACOMPAÑADOS DE MENESTRA DE HUMANIDAD".
(TODO ESTO REGADO, CON VINO DE DULZURA).


Postre.-, "FLAN ALEGRE, CON NATA DE TERNURA".


Para celebrar: "VILLANCICOS DELANTE DEL PORTAL DE BELÉN
Y BANDEJA DE DULCES DE RESPETO (para los creyentes y los que no lo son), CON COPA DE BUEN HUMOR".






BESOS MUCHOS DE NANI.












NAVIDAD 2007.

















lunes, 17 de diciembre de 2007

ES NAVIDAD



Aunque es Navidad y como un día más, a la salida del trabajo en las altas horas de la noche se encuentra en la esquina de la calle, el camión de la basura y al hombre que recoge papeles y que una vez más, le saluda con una ligera inclinación, sin dejar activo su artilugio.

Más arriba, estarán Bernardo y Pablo en el cajero automático, jugando su habitual partida de "chichón". Seguro se tropieza a Lucas que habrá cerrado el bar, cuando las pesadas de turno le hayan dejado volver a casa.

Sigue caminando y parece presentir que hay algo distinto en el ambiente. Creé que la noche está más luminosa y que las estrellas brillan de forma distinta. Hace un frío de mil demonios, está cayendo una helada impresionante, pero a pesar de todo, la noche parece distinta, menos lúgubre y triste y creé adivinar, que la monotonía diaria va a cambiar.

Al llegar a la altura del cajero automático, le da un vuelco el corazón. Bernardo y Pablo no están solos. Hay una mujer con ellos y por su ropa se podría decir, que es árabe. En sus brazos sostiene a un niño recién nacido. También hay un perro y un gato que dormitan acurrucados uno junto al otro. La mujer tiene abrigadito al pequeño con el velo que le cubre el cabello y aunque se le ve poco el rostro, se adivina que es muy bonita y joven.

De repente, aparece un hombre también joven. Viene jadeante y entra en el cajero, diciendo: "Miryan, no me dan alojamiento en el hostal, porque somos marroquíes. Tendremos que pasar la noche aquí, donde estos señores nos han ofrecido cobijo".

El trabajador, vuelve a casa pensando que la historia se repite. Que Jesús nace todos los días y que los seres humanos, volvemos a cometer todos los días los mismos errores, que seguimos mirándonos el ombligo y que seguimos siendo igual de egoístas. Pero que también, sigue habiendo pastores que ofrecen lo poco que tienen, animales que dan calor a los recién nacidos. Y seguro que pasados unos días, podrían aparecer un "Melchor, Gaspar y Baltasar", que les ofrecieran unos papeles en regla, les proporcionaran algún trabajo medio digno y alguna habitación resguardada del frío, para acoger a esta familia, tan parecida a aquella de Belén.

NANI. Diciembre 2007.



martes, 11 de diciembre de 2007

CARTA A LOS PESADOS DE TODOS LOS AÑOS



Hola familia: Os extrañará recibir hoy día 23 de diciembre, esta carta. No quiero que pasen estas fechas sin desearos feliz Navidad, pero sobretodo, el motivo es para deciros que este año no pasamos las fiestas juntos, ya que no estaremos en la ciudad.
Os pido que no hagáis los preparativos para veniros a casa puesto que no estaremos. Como veis, me he tomado la licencia de escribiros y tengo la intención de dejaros la carta en el buzón. El motivo no os lo preguntéis, es muy sencillo y paso a explicaros. No quiero dar tiempo a que reaccionéis, puesto que si averiguáis que pretendemos hacer, seríais capaces de pedir un préstamo y entramparos un vez más, para venir con nosotros, y no deseo nada de eso. El otro motivo, es que cuando el pasado año salíais por la puerta, me prometí a misma que era la última vez que cocinaba para vosotros, que dormíais en nuestras camas, que mis hijos a su vez dormían apretujados, que os bebíais el reserva que voy comprando para estas fechas, el cava que nos regalan en el trabajo y que según vosotros, no está nunca bueno ni lo suficientemente frío, ni tiene la calidad del que tenéis en casa. Además pretendemos comer pollo relleno, ese que a vosotros no os gusta y que por eso debo cocinar el cochinillo, rasurarle para dejarle como el culito de un bebé, verme celeste para que entre o entren enteros en el horno, porque encima con uno solo no tenéis bastante.
Si me da pena dar este paso, es por vuestros hijos (aunque creo que cuanto antes, mejor para ellos) Creo son los únicos días que lo pasan medio bien junto a su familia, y ya se dan cuentan de las túrdigas y atranques que coge su padre y los delirios de grandeza de su madre. Cuanto antes acepten la realidad, mejor será.
Sois mi familia, pero ya no soporto vuestras estupideces, mala educación e imposiciones y menos aún, las caritas de dolor de vuestros hijos. Os deseamos feliz Navidad. No os molestéis en buscarnos, como os decía, no estaremos.
Recibid el afecto de vuestra nueva familia.
Besos.
Los López (a mucha honra, y nada de tonos despectivos)
NANI. DICIEMBRE 2007.

martes, 4 de diciembre de 2007

UNA MAÑANA DE SEPTIEMBRE II





(SEGUNDA PARTE DE UNA AVENTURA)

Jejejeje, ¡que de tebeos he leído, con lo fácil que le resultaba al Capitán Trueno, a Roberto Alcázar y Pedrín o al Hombre Araña! Ese día hubiera querido ser Mary Noticias, porque seguro hubiera aparecido así de repente y por detrás de algún mausoleo el abnegado Bruma y hubiese resuelto el problema de esa forma tan bonita y romántica que solía hacerlo. Pero como ni era Mary Noticias, ni Bruma se iba hacer presente y ante la imposibilidad de poder dar la vuelta a la escalera o saltar hacía fuera si no era rompiéndome la crisma, decidí ya que estaba arriba y esa tapia daba a una carretera no muy retirada, con todos los apuros del mundo y montada a caballo sobre la dichosa tapia de las narices, me quito el forro que le había puesto a mi falda blanca de piqué y cual bandera al viento, la ondeo cada vez que pasa un camión o coche para que puedan detectar mi presencia allá arriba en mi improvisada caballería ¡parecióme y disfruté tanto como el Caballero de la Triste Figura! Pero como toda aventura acaba (ahora cuando lo recuerdo y pienso jajajajaja), imagino que si algún ser de los que pasaron me detestó, pisó con frenesí el acelerador y salió zumbando de aquellos alrededores como alma que lleva el diablo, así que nuevamente cuando me cansé, volví a bajar y opté por el último recurso que me quedaba que era ni más ni menos que coger un pico (sí, ese martillo de mango largo con dos púas largas también, que utilizan los albañiles para trepar paredes o similares) y empecé a romper lo que me imaginaba sería nuestra salvación, porque haría un agujero y por él saldríamos. Por entonces ya eran las doce y media y me tendría que dar prisa, ya que la niña se pondría chinchosa, le daría hambre y entonces si que sería un horror. Los habitantes del lugar no se molestarían de eso estábamos seguras, pero a nosotras nos podía dar un infarto pensado que le daríamos de comer a la niña, así que me gustara o no, me puse pico en mano y de nuevo ¡sorpresaaaaaaaaaaaaaa! Con tantas ganas empecé a picar que a los tres o cuatro golpes, ¡zás, el mango se parte!... pero yo cual heroína de cuento de aventuras (ese día estuve pletórica, jejejejeje) y mostrándome muy valiente ante el personal (mi hermana y mi hija, los otros seguían en sus lugares de descanso), digo: “No te preocupes, hay otro pico” jejejeje, que valiente, ¿no podría haber dicho otra sandez mejor? De nuevo me encamino para lo que había sido capilla, ahora almacén de herramientas (insisto) y abierto. Cojo el otro pico y ya de camino rezo a todos los santos para que no se vuelva a romper ya que no quedan más instrumentos de estos…., y de nuevo manos a la obra (nunca mejor empleada la frase) y tras, tras, tras y más tras y por fiiiiiinnn cae un trocito de cemento y otro, y otro más y yo rezando por lo bajini (rezando al mango del pico por supuesto), ¡por favor no te rompas, no te rompas que tenemos que salir!, pero como soy tan retorcida, a la vez pensando, ¡mira que si debajo de todas estas filigranas geométricas hay un armazón de hierro! ¡Por favor que no haya hierros, que no haya hierros! Tras, tras, tras y más tras y ahora ya cae un trozo más grande de cemento y otro, y uno mas grande que descubre el interior y compruebo que no hay armazón de hierro, así que sigo picando con más ganas y más optimista y diciendo a mi hermana: ¡Ves, ya se va abriendo, ya mismo estamos fuera!, así que picando y picando, la niña llorando, mi hermana meciendo y cantando, hasta que a las dos de la tarde, mi hermana sale la primera por el hueco abierto, le doy a la niña y salgo yo (esto no hubiera pasado hoy, porque seguro en el bolso o bolsillo hubiéramos llevado un móvil, pero hace veintitantos ni había móvil ni na de na). De esta guisa, salimos zumbando hacia la civilización y turnándonos porque la niña pesaba lo suyo, llegamos al lugar de trabajo de mi marido que nos cogía de paso y el pobre a vernos aparecer toda sucia yo (mi falda veraniega de piqué y blanca, llevaba tizne, polvo y sangre porque las manos me sangraron un poquito) y sudosas ambas dos, la niña emberracada y sofocada; se asustó por no decir otra cosa. Se tranquilizó algo cuando le contamos pero a la misma vez, se indignó tanto o más de lo que yo estaba. Seguimos nuestro camino y me llego al ayuntamiento y cuando termino de narrar toda nuestra aventura quijotesca, me dicen todo tranquilos que ha pasado más veces, solo que el susodicho señor ha vuelto enseguida. Pero para rematar y poner la guinda al pastel, cuando llegamos al negocio de mi padre, este está todo enfadado porque dice que nos hemos pasado la mañana de parranda o al menos eso había pensado. En ningún momento le había pasado por la cabeza que nos podíamos haber quedado encerradas o que nos hubiera pasado algún percance, ¡hay que joderse de parranda!
A otro día y cuando mi marido va al cementerio a recoger el cochecito de la niña, el encargado del recinto ¡si, el señor gracioso que en paz descanse!, estaba todo indignado, porque no le habíamos buscado, le habíamos roto un pico y para más INRI, le hicimos un agujero a la fachada y además nunca se bajó del burro, ni nos dirigió en lo que le quedó de vida la palabra.
Desde entonces, pusieron en la entrada un cartel con un horario, pero ¿creé Sr. Aquilino que no se quedó nadie más encerrado? ¡Mentira podrida! Cuando a este señor le apetecía, cerraba y santas pascuas, así que hubo algún caso más, creo que ninguno con tanta aventura como el de esa famosa mañana de Septiembre, pero ya le digo, las hubo ¡vaya si las hubo!
Como ve Sr. Presidente, tengo motivos para adherirme a su asociación, por lo que quedo en espera de sus gratas noticias.
Atentamente,
Nani.



FIN de esta aventura tan verdadera y cierta, como que me tengo que morir y que supongo mi hermana recordará de distinta manera, ya que estas cosas todos las vivimos de forma distinta.


nani. Diciembre 2007.