domingo, 5 de enero de 2020
5 enero 2020
viernes, 3 de enero de 2020
SIGO CREYENDO EN LOS REYES MAGOS
jueves, 26 de diciembre de 2019
NO HEMOS PUESTO EL BELÉN
miércoles, 4 de diciembre de 2019
¿DÓNDE EL PUNTO JUSTO?
viernes, 4 de enero de 2019
DUDAS
viernes, 14 de diciembre de 2018
ATRACÓN DE NAVIDAD
jueves, 4 de enero de 2018
PAOLA Y SU NAVIDAD
miércoles, 6 de enero de 2010
LA NOCHE MÁGICA

Había tardado mucho rato en dormirse y se sentía cansado. Sabía que si no seguía durmiendo no vendrían y se resistía luchando con el sosiego y la curiosidad que le producía el haber escuchado ruidos cerca. Sabía que lo aconsejable era seguir metido entre el edredón y el colchón pero, ¡era tan tentador cogerles infragantes! Empezó a hacer planes y como hacer para no producir ningún ruido y no ser observado. Lo peor era llegar sin tropezar, puesto que sería impensable encender la luz. No recordaba con exactitud donde dejó tirados los zapatos y probablemente tropezaría con ellos, así que se tiró de la cama y gateó palpando hasta encontrarlos. Los apartó y con sigilo se acercó al picaporte de la puerta, lo giró con mucho tiento y casi de puntillas empezó a bajar las escaleras. Una pequeña luz como la que produce una linterna, se deslizaba en la parte inferior de la casa. Unos susurros se escuchaban y le produjeron una extraña sensación sintiendo un escalofrío por la espalda. Le dieron ganas de salir corriendo hacía arriba y volver a refugiarse en el calor de la cama, pero algo le impedía moverse. El frío de los peldaños y la situación hacían que los dientes le castañetearan y le embargó un miedo enorme, pensando que llegaran a sus oídos el incesante chocar de dientes y el latido frenético de su corazón. Intentó relajarse y en eso estaba, cuando una mano se posó en su hombro. El grito que salió de su garganta fue tan espantoso, que antes de darse cuenta, se encontró rodeado de toda la familia. Su madre le sujetaba y su padre le repetía que la pesadilla había terminado. Cuando se despertó del todo, papá, mamá y sus hermanos mayores, todos a una le decían que se tomara la leche calentita y se volviera dormir, que aún era temprano para que los Reyes Magos vinieran. Que debía estar tranquilo y así ellos pasarían por su cuarto con toda su magia a dejarle todo el amor que ellos saben dar. Se tomó la leche, se acurrucó y lo último que recordaba, fue la mano de mamá cogida con fuerza a la suya.
Deseo que tengais un Feliz Año 2010.
Nani. Enero 2010.
viernes, 2 de enero de 2009
Mi carta a los Reyes Magos

Querido Reyes Magos:
Sé que estoy tardando mucho en escribiros mi carta, pero ya sabéis (porque os enteráis de todo, sé que por los agujeritos de los enchufes me veis), este año me ha cogido el último mes de 2008 un poco descuidada ¡vamos, que no esperaba todo lo que me ha pasado estos últimos días!, y no he tenido tiempo ni para “rascarme” como solomos decir los andaluces que somos ¡más bastos que la paja de habas!, como soy yo.
Este año para empezar quiero daros las gracias por lo que me habéis dejado en el mes de diciembre. Con antelación habéis pasado por casa y he obtenido el puesto de trabajo que llevaba tanto tiempo buscando y, que había perdido ya la esperanza de conseguir, por eso, con ese regalo ya tengo bastante. Voy a poder tapar esos agujeritos que todos tenemos y que el día de la lotería, anhelamos rellenar si nos toca. A mí no me tocó la lotería con el sorteo del día 22, pero si me tocó el día 23 cuando sobre las dos de la tarde me llamaron para confirmarme que comenzaba a trabajar el día 26, por eso de nuevo os digo, que no pido nada más, ya que con esto me siento afortunada. Voy a impartir durante un año, clases de cocina y con todo eso, voy a tener para mucho durante esos doce meses.
Ahora si quiero pedir algo, pero no quiero que sea para mí.
Quiero que paséis por la mente de los dirigentes esos que deciden bombardear los países de Oriente, para que cambien el chips y dejen de morir inocentes. Quiero pediros que los niños del mundo sean niños y dejen de llevar un fusil, cetme o armas y puedan jugar y aprender en el colegio, como corresponde a su edad. Quiero pediros que haya justicia en el mundo y que toda persona sea tratada como tal, sin importar, raza, religión o forma de ser.
¡Quiero pediros UN MUNDO MÁS JUSTO para todos los que pasamos por el planeta!
¡Quiero que todo el mundo respire sin agobios, sin sentirse infeliz y quiero…, “SONRISAS POR DOQUIER, ALEGRÍA Y RESPETO”, de unos para con los otros, empezando por lo que yo pueda dar a los que me rodean.
De nuevo os doy las gracias por lo que me habéis dejado y espero que paséis por casa a tomaros la copita de todos los años, el polvorón o la hojadrina y que los camellos puedan saciar su sed, en la cubeta de todos los años.
Os dejo muchos besicos.
Nani. 2 de enero de 2009.
domingo, 21 de diciembre de 2008
Rosquillas para las grandes ocasiones

Ingredientes por persona:
100 gr. de buen humor.
100 gr. de respeto.
100 gr. de solidaridad.
100 gr. de sonrisas.
100 gr. de confianza.
Un vaso grande de zumo de dulzura.
6 cucharadas de mermelada de alegría.
Modo de hacerlo:
Se van mezclando todos los ingredientes, menos la mermelada que se reserva para el final. Dichos ingredientes, se unen con mucho cuidado, para que no le salgan grumos de desconfianza.
Hay que tener alguna paciencia porque no siempre salen bien, depende mucho del cariño que se ponga.
Cuando está todo amasado, se van haciendo las rosquillas, se rocían con un poquito de calor humano mezclado con la mermelada de alegría, y ya están listas para comer.
Sé que Manu de La Espada Oxidada va a decir que no me puedo despegar de la gastronomía, pero ya sabes tú mejor que nadie, lo que es la deformación profesional, jejejeje.
miércoles, 2 de enero de 2008
LA NOCHE MÁGICA

De pronto se despierta. Es de día. Se tira de la cama y va al comedor. Allí es donde todos los años dejan los regalos los Reyes Magos. No hay nadie. Las copas están limpias y no se han comido el polvorón de costumbre. Va al dormitorio de papá y mamá y están durmiendo tan tranquilos. Sus hermanos también duermen. Muy triste se vuelve a la cama, diciendo: "Mentiroso, mentiroso, has dejado que creyera que puedo ser algo travieso, eres un mentiroso, Yo tenía que haber pedido perdón, en mi carta a los Reyes y ahora, por tu culpa no han venido, mentiroso, mentiroso".
De pronto, siente como lo zarandean. Es papá embutido en su bata de cuadros: "¿Pero que te pasa, porqué gritas, a quién llamas mentiroso? Cómo sigas gritando, vas a asustar a los camellos de los Reyes y no van a venir".
El niño mira el entorno y observa que aún es de noche. Entonces con enorme alegría, abraza a su padre y le pregunta: "¿Papá, que ha pasado?
"Anda sigue durmiendo, le dice el padre, mientras le acurruca. Creo que has tenido una pesadilla y dándole un beso en la frente, sigue diciendo. Seguro que te has puesto morado de tarta y ahora te sale por las orejas. Anda sigue durmiendo, que cuando vengan los Reyes, te llamamos, ¿vale?".
El niño, con todo esto que le dice el padre, se entremete entre las mantas y sigue durmiendo. Ahora, sueña con pajes con turbantes. Camellos sedientos. Reyes cariñosos y sonrientes. Bicicletas que hablan, máquinas de tren que ríen y muñecos que juegan a la rueda y en el centro, está él sonriendo y levantando la ceja derecha, igual que siempre le ocurre cuando está a punto de hacer una nueva travesura.
Nani, Enero 2008.
FELIZ AÑO Y QUE TODO LO QUE LE HABEIS PEDIDO A LOS REYES, ESTÉN DENTRO DE VUESTROS ZAPATITOS LA MAÑANA DEL 6 DE ENERO.
viernes, 21 de diciembre de 2007
FELIZ NAVIDAD


Os deseo todo lo mejor con este menú especial.
1º Plato.-, "SOPA DE CARIÑO, CON COSTRONES DE SALERO".
2º Plato.-, "MEDALLONES DE SOLIDARIDAD, ACOMPAÑADOS DE MENESTRA DE HUMANIDAD".
(TODO ESTO REGADO, CON VINO DE DULZURA).
Postre.-, "FLAN ALEGRE, CON NATA DE TERNURA".
Para celebrar: "VILLANCICOS DELANTE DEL PORTAL DE BELÉN
Y BANDEJA DE DULCES DE RESPETO (para los creyentes y los que no lo son), CON COPA DE BUEN HUMOR".
BESOS MUCHOS DE NANI.
lunes, 17 de diciembre de 2007
ES NAVIDAD

Aunque es Navidad y como un día más, a la salida del trabajo en las altas horas de la noche se encuentra en la esquina de la calle, el camión de la basura y al hombre que recoge papeles y que una vez más, le saluda con una ligera inclinación, sin dejar activo su artilugio.
Más arriba, estarán Bernardo y Pablo en el cajero automático, jugando su habitual partida de "chichón". Seguro se tropieza a Lucas que habrá cerrado el bar, cuando las pesadas de turno le hayan dejado volver a casa.
Sigue caminando y parece presentir que hay algo distinto en el ambiente. Creé que la noche está más luminosa y que las estrellas brillan de forma distinta. Hace un frío de mil demonios, está cayendo una helada impresionante, pero a pesar de todo, la noche parece distinta, menos lúgubre y triste y creé adivinar, que la monotonía diaria va a cambiar.
Al llegar a la altura del cajero automático, le da un vuelco el corazón. Bernardo y Pablo no están solos. Hay una mujer con ellos y por su ropa se podría decir, que es árabe. En sus brazos sostiene a un niño recién nacido. También hay un perro y un gato que dormitan acurrucados uno junto al otro. La mujer tiene abrigadito al pequeño con el velo que le cubre el cabello y aunque se le ve poco el rostro, se adivina que es muy bonita y joven.
De repente, aparece un hombre también joven. Viene jadeante y entra en el cajero, diciendo: "Miryan, no me dan alojamiento en el hostal, porque somos marroquíes. Tendremos que pasar la noche aquí, donde estos señores nos han ofrecido cobijo".
El trabajador, vuelve a casa pensando que la historia se repite. Que Jesús nace todos los días y que los seres humanos, volvemos a cometer todos los días los mismos errores, que seguimos mirándonos el ombligo y que seguimos siendo igual de egoístas. Pero que también, sigue habiendo pastores que ofrecen lo poco que tienen, animales que dan calor a los recién nacidos. Y seguro que pasados unos días, podrían aparecer un "Melchor, Gaspar y Baltasar", que les ofrecieran unos papeles en regla, les proporcionaran algún trabajo medio digno y alguna habitación resguardada del frío, para acoger a esta familia, tan parecida a aquella de Belén.
NANI. Diciembre 2007.
martes, 31 de julio de 2007
NOCHEBUENA EN BAGDHAD
BAGDHAD, 25 de Diciembre de 2006.
Queridos padres y hermanos. Os pido me perdonéis por no haber hecho preciso el escribir a casa en estas fiestas, yo he recibido todas vuestras cartas y felicitaciones, a veces se retrasan porque los emisarios tienen que ingeniarse como llegar hasta aquí, pero como os decía, todo ha llegado, incluido el paquete con las conservas. De verdad que lo he intentado infinidad de veces. No ha sido por falta de tiempo, sería una injusta excusa, pero lo único que veía cuando cogía el folio, o intentaba poner un email, era al chico del anuncio ese que dice: "Vuelve a casa, vuelve...", y se me empañaban los ojos siéndome imposible seguir. Después creía estar, entre Alicia y Paco montando el Belén, ¿te acuerdas mamá, cuando rompimos la vaca y pusimos la de la granja "play móvil”? A papá colocando las luces intermitentes, la bandeja de polvorones, los bombones tuyos, cubiertos de virutas de chocolate y... ¡Cómo os estoy echando de menos, aquí tan lejos, con tantas desgracias en las casas, en la calle, tantas miserias, tantos destrozos, tantas tristezas y resignación, en los ojos de los niños, de las mujeres que para colmo, es lo único que se les ve. De los hombres de bien, que lo único que desean es que todo esto acabe, poder ir al trabajo por muy mísero que sea el puesto, y poder llevar a casa un pedazo de pan, unas galletas o un poco de leche para alimentar a sus familias! Lo que veis en los informativos, no es nada comparado con lo que aquí está ocurriendo, no os podéis imaginar la impotencia y la rabia que sentimos cuando pasamos por una casa derruida, sacando cuerpos inocentes (casi siempre, mujeres y pequeños), o cuando vamos a visitar a los niños del hospital infantil y ves tanto cuerpecito mutilado, privados para siempre de lo más vital para hacer una existencia normal. Es muy doloroso saber que no podrán jugar con sus manos, caminar cuando lo deseen o deleitarse con una puesta de sol, cositas tan simples y normales que para ellos, les estarán vedadas para siempre.
No os podéis imaginar como estoy recordando mi época de niño, la facultad, mis juegos y juguetes, los paseos con las chicas, los días de cine, mis primeras salidas nocturnas, a vosotros y tantas y tantas cosas; que me han hecho feliz día tras día. Cómo evoco estos días la cena de Nochebuena y la comida de Navidad, con toda la familia, primos, abuelos, en fin; todo lo que huele a hogar, terruño y paz. ¡Cómo se aprecia aquí, la sencillez, lo cotidiano e incluso, los momentos de aburrimiento que tan poco nos gustan, cuando vivimos de forma normal y feliz!
Como os decía, no me sentía con ganas de escribir, pero he visto a un chico de ojos tristes que al mirarle, es lo que me ha hecho reflexionar y ponerme ahora a contar lo que me pasa.
Antes de nada os tengo que decir, que no os apenéis por mí, ya que cuando termine de contar todo, os daréis cuenta porqué lo digo.
Sabéis, que cuando el director del periódico me envió a cubrir las noticias y sustituir a Fernández en estas fiestas, no me sentó nada bien, pero claro: ¡No puedo exigir, estoy empezando y además tendré que demostrar, que no solo he terminado periodismo! Apreciareis que me sigo enrollando como siempre, deformación profesional, ¡y no te rías papá, que me parece estar viéndote!
Lo que os voy a contar es mi Nochebuena, la de anoche. Como os decía al comenzar la carta, desde que empezó diciembre, he andado mortificándome con las luces de la avenida, los escaparates, el turrón, pero sobretodo "el Belén", los dimes y diretes con mis hermanos, tus peleillas mamá y que además, las empezabas tú siempre, reconócelo. La mirada de papá por encima del periódico, mientras aparenta leer la carta al director, en fin, otra vez estoy divagando y de nuevo, se me está yendo el santo al cielo. Bueno a lo que iba. Anoche, me encontraba junto a unos soldados con los que he hecho bastante amistad. Nos reunimos en mi habitación, si a esto se le puede llamar habitación, tiene grietas por todos lados, pero no os preocupéis, no pasamos frío ya que el clima es cálido y aunque está todo muy mal, al menos tenemos un techo, los ordenadores están fuera de peligro y las fotos están a salvo de que sean estropeadas o robadas. Aquí pasamos más inadvertidos y nos encontramos más seguros, ya sabéis que desde hace tiempo, no es conveniente estar en hoteles, puesto que de esa forma se les facilitaría los posibles atentados, y hacer daño a las distintas naciones, valiéndose de los enviados a cubrir noticias, así como pasa en los consulados y en todos sitios, donde los terroristas sepan hay alguien, que les sirvan para chantajear y crear más pánico del que ya existe.
Todos trajeron algo: "Una lata de sardinas en escabeche, una lata de leche condensada, un chorizo de la matanza de Juan, un poco de bacalao envasado al vacío y un pan que Daniel, el teniente, ha conseguido con miles de estratagemas. ¡No tuvimos aceite para el pan, que pena, cómo lo echo de menos!
Nos disponíamos a cenar, cuando llamaron a la puerta. Nos quedamos de piedra. Era ese niño que tantas veces hemos visto por los alrededores y al que me he referido antes. Es un niño delgado, de pelo muy oscuro y ojos negros con ojeras muy pronunciadas, que aún le hacen más triste y demacrado. No hablaba, solo miraba. Después, desvió sus ojos hacía la mesa donde se encontraba nuestro improvisado banquete. Se notaba que tenía hambre y le hicimos pasar. ¡Cenaría con nosotros! Pero me cogió de una mano y tiraba de mí: "¿Qué quieres chico?, -le dijo Pérez. ¡No sabe nuestro idioma!, -contestó Daniel. ¡Tendremos que ver que desea, igual pasa algo en su casa, si el que la tiene!
Nos pusimos las cazadoras y le seguimos. Cómo a doscientos metros, entra en una casa en ruinas, y ¡me quejaba de mi habitación! En una mecedora rústica, está sentada una anciana con la cabeza y el rostro cubiertos. En una cunita también de madera, duerme un bebé. En los ojos también negros de la anciana y que por desgracia es lo único que se le ve, se palpa la impotencia, la desesperación. Nos alarga un documento donde Daniel lee y después comenta: "En el último atentado, murieron un hombre y su esposa, deben ser los padres de estos niños, ella probablemente es la abuela". En ese momento, si que nos dio frío, semejante al que hará ahí en España, pero además aumentado por la impotencia y la mala sangre que le da a uno, cuando ves estas barbaridades y despropósitos. Me quedé helado y rabioso, porque cada día entiendo menos estas guerras y estas muertes injustas de tantos seres que tan solo han venido al mundo a sufrir, morir de miseria y de espanto, sin saber porque les toca a ellos. ¡Me cachi, otra vez me estoy yendo por los cerros de Úbeda, os pido disculpas, pero es que estoy indignado y tengo que desahogarme! Pues como decía, de nuevo Daniel nos volvió a la realidad diciendo: "Hasta mañana no les podremos llevar a los albergues de la ciudad, y mirándome. ¡Ve por tu coche, nos los llevamos a tu casa, tenemos que celebrar la Nochebuena, y están muy débiles para hacerles dar un solo paso, además, el pequeño necesita su cunita y la poca ropita que posea!".
Papá, mamá, hermanos. Os aseguro que ha sido mi mejor Nochebuena y creo, anoche nació de nuevo Jesús en mi habitación. Un Jesús de verdad. Sin luces, sin turrón, sin nada, como aquel que durmió en un pesebre. Un pesebre compuesto de tres soldados, una anciana, dos niños y un periodista que tiene mucho que aprender y que no olvidará en la vida, su mejor “Nochebuena”.
Os quiero mucho. No puedo decir más porque creo, me habéis entendido.
Os envío todo mi cariño.
Jose.