Por primera vez, lo ama y lo admite. En ocasiones le
inspiró pena, compasión o empatía. Lo quiso como se quiere a un hermano o un a
un compañero. Aunque hace días se dio cuenta que estaba equivocada, creyendo sandeces
o dejándose influir. No podría pasar sin él, ni dejar de escucharle defender
las injusticias. Fue su timón sin que se notara. Fue la luz en la oscuridad y
la alegría cuando solo hubo lágrimas y ahora sabe que lo ama, porque ha sido
todo generosidad y apoyo.
Aunque ya no está, su pensamiento se ha disipado y vaga errante.
Nani, junio 2025
Nunca es tarde para reconocerlo, pero la lástima es que la persona apelada, no llegue a saberlo nunca.
ResponderEliminarBesos.