Mostrando entradas con la etiqueta La huella de otros poetas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La huella de otros poetas. Mostrar todas las entradas

sábado, 29 de mayo de 2010

LA CASA ENCENDIDA, Luís Rosales




El día 31 de mayo “LA CASA ENCENDIDA” hace un homenaje a Luís Rosales, para celebrar su centenario.

Luís Rosales fue un poeta granadino al que yo debo el nombre de este blog. Adopté el título de unos de sus libros. Un libro de poemas de la posguerra española, con el que me identifiqué muchísimo cuando lo leí, así que me quedé en “La Casa Encendida” supongo que con el beneplácito del autor. Cuando comencé esta andadura lo comenté aquí y dejé esa parte que más me gusta. Más tarde volví a hacerlo cuando os contaba que uno de los relatos con el que había participado en un concurso, fue seleccionado para una publicación a cargo de la Editorial Ábaco.

Hoy, por haber llegado a ser "Okupa" no quiero ser menos y os dejo mi homenaje particular y el deseo de que le conozcáis un poquito quienes no sepáis de él. Por diferentes motivos y todos como consecuencia de esa guerra civil que sufrieron nuestros padres y abuelos, se conocen más unas personas u otras. Otro motivo más por el que me identifico con el poeta y su obra. En casa fue una constante esas consecuencias que todavía colean en muchos lugares y ocasiones. Y yo me pregunto, ¿hasta cuando? ¿Cuándo vamos a poner un poco de cordura en el día a día?


Simplemente, os dejo unas pinceladas, mi recuerdo y este vídeo que se ofrece con motivo del mencionado homenaje.


Nani. Mayo 2010.






lunes, 9 de julio de 2007

EL DESAYUNO

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata,
cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase que lo resume todo,
o cuando ríes (tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más,
tanto que casi no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida,
te despiertas y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
Luis Alberto de Cuenca
"El hacha y la rosa" 1993
Un poema que acabo de encontrar y que me ha resultado precioso.

jueves, 5 de julio de 2007

TARDE CALUROSA


AUTOBIOGRAFÍA
Como el náufrago metódico que contase las olas
que faltan para morir,
y las contase, y las volviese a contar, para evitar
errores, hasta la última,
hasta aquella que tiene la estatura de un niño
y le besa y le cubre la frente,
así he vivido yo con una vaga prudencia de
caballo de cartón en el baño,
sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
sino en las cosas que yo más quería.

LUÍS ROSALES.

Pesa el calor de este jueves por la tarde del mes de julio, igual que pesan las equivocaciones que cometes a lo largo de tu vida, y que algunas son losas de mármol blanco, muy luminosas y bonitas en apariencia, pero que si se cogen al peso, son imposibles de soportar, por lo que pesan y el sudor que producen. Ya que cuando miras de frente esa equivocación, siempre ves el dolor del otro, de ese otro al que quieres y al que arrastras, porque está junto a ti.

sábado, 30 de junio de 2007

DE "LA CASA ENCENDIDA"

SIEMPRE MAÑANA Y NUNCA MAÑANAMOS

Al día siguiente,
-hoy-
al llegar a mi casa -Altamirano, 34- era de noche,
y quién te cuida, ¿dime?; no llovía;
el cielo estaba limpio;
-«Buenas noches, don Luis» -dice el sereno,
y al mirar hacia arriba,
vi iluminadas, obradoras, radiantes, estelares,
las ventanas,
-sí, todas las ventanas-;
Gracias, Señor, la casa está encendida.
LUÍS ROSALES.

Has llegado a tu casa/ y, al entrar,/ has sentido la extrañeza de tus pasos/ que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,/ y encendiste la luz, para volver a comprobar/ que todas las cosas están exactamente colocadas como estarán dentro de un año.
La casa es donde se está, donde se vive. No hay más que una casa, como no hay más que un mundo, el de uno. Esto es lo que nos quiere decir Luís Rosales con este libro. Es un canto a lo cotidiano, a la amistad y al amor que va a influir en las generaciones posteriores de poetas. Vi iluminadas, obradoras, radiantes, estelares,/ las ventanas,/ -sí, todas las ventanas-,/ Gracias, Señor, la casa está encendida.