martes, 28 de octubre de 2008

EL TANGO

Mientras suena la música,

me susurras palabras.

Mientras seguimos los compases,

tú me miras y me incitas.

Mientras te miro y escucho,

tú me palpas con el ritmo castaño de tus ojos

y nuestros cuerpos se entrelazan

en una danza sin fin.


Nani. Octubre 2008.



Hoy os quiero dejar unas de las obras musicales que me acompañan muy frecuentemente, desde que la descubrí.



viernes, 24 de octubre de 2008

LA PELÍCULA




Los ruidos se escuchaban fuera de la habitación o al menos eso quería pensar. Seguía viendo una película de aquellas que vio de niño. Ahora las habían promocionado con la compra de un famoso periódico nacional y se propuso ver una cada noche, cuando todos se iban a la cama para disfrutarla igual que las disfrutó cuando era un pequeñajo. Pero por alguna razón, todo parecía distinto. Ni se asustaba, ni los ruidos eran los que a él le hubiera gustado que fueran. Más bien parecía el camión de la basura que acostumbraba a despotricar y rugir igual que una locomotora. No le producían las mismas emociones ni la concentración era la misma y la que en esta noche estaba viendo, tampoco le producían los sobresaltos que cuando era niño hasta la hacían morderse las uñas.

¿Qué había pasado? Los días y los meses volaban y no se había dado cuenta que ya era grande, como de pequeño soñaba.

Recuerda como se quedaba despierto en la oscuridad de su habitación, después de que mamá le hiciera la casita y le diera el beso de buenas noches e imaginaba como sería de grande. Veía a un hombretón fornido, guapo y famoso con su casco de bombero, o de policía o de agente secreto, pero siempre muy famoso y con muchas chicas a su alrededor, como se veían en las películas del “Agente 00” y…, sonríe cuando vuelve a la realidad y mira hacía el televisor. La película ha terminado y no se ha dado cuenta. Sus ojos se fijan en el reloj que lleva en la muñeca derecha y comprueba que son las tantas, mil y una de la madrugada y recuerda que mañana toca el despertador para ir a la sección de discos de los grandes almacenes, donde se gana la nómina mensual. Y recuerda que debe acostarse sin hacer ruido para que Marieta no se despierte y…

Todo esto lo hace mientras apaga el televisor, la estufa y se alarga a la cocina donde se empina la botella del agua que hay sobre la encimera. Pasa al baño, entra en la habitación de sus pequeños diablillos, les besa y en casi un susurro les dice: “¡Soñad, soñad, que puede que cuando despertéis os pase como a vuestro padre, fijaos, hoy me he dado cuenta que ya soy grande y que muchas cosas han cambiado, pero no me importa en absoluto, no ser agente secreto, ni un divo, ni un chico rodeado de bellezas, porque estoy rodeado de vida y eso es lo único que me importa!”


Nani. Octubre 2008.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Si yo fuera rico, yubby, biddy, biddy, biddy, dum...

Hoy Noemí Pastor de “BOQUITAS PINTADAS” me ha pasado la bola (palabras textuales), para que os cuente que cinco cosas haría si consiguiera ser rica, así que para no defraudarla, ahí van:

1º Compraría un terrenito, no hace falta que sea muy grande pero si suficiente, para sembrar unos tomatitos, unos pimientos, unas patatitas y melones en verano, para que estuviera entretenido mi media naranja el día que se jubile, jejeje.

2º Me jubilaría de las tareas domesticas.

3º Me haría una especie de oficina-casita en el mirador de San Marcos, donde allí daría vida a los dioses menores y compañeros de aventuras que pululan a mi alrededor.

4º Compraría los yacimientos que hay en África de Coltán , para que los niños dejaran de picar allí y haría escuelas para ellos.

5º Viajaría para ver como viven otro pueblos y denunciaría donde se deja que los niños trabajen y se prostituyan.


Se que a muchos os parecerá que estos dos últimos puntos son una utopía. Iba ha hacer este meme en plan cachondeo, pero he pensado a mitad de camino, que podía aprovechar para decir estas dos cosas que me escuecen.

Esta pelota, os la paso a todo es que me lea y tenga ganas de hacerlo.

Y ya os dejo con esta preciosa canción "Si yo fuera rico", de la película "EL VIOLINISTA EN EL TEJADO", con besicos muchos para todos vosotros.

Nani. Octubre 2008.


viernes, 17 de octubre de 2008

EL ESPEJO






Algún día se enterarían de quién era el que movía el espejito, ¡costara lo que costara!

El reflejo del azogue se movía mil y una vez a lo largo del día, provocando en el gato un continuo querer atraparlo.

Llegó el día que tuvieron que mantener las persianas bajadas después del destrozo ocasionado por el minino, tras el continuo movimiento producido por la luna.

Hoy han decidido ir a la casa de enfrente. Llaman y les recibe un espejo parlante que les pregunta: ¿Quién es el ser más guapo del mundo, Richard Gere o yo?


Nani. Octubre 2008.


Hoy queiro dar las gracias a Lucía "ENTRE MIS JARDINES", que me ha enseñado como hacer que mi canción favorita de otoño esté hoy aquí. Muchísimas gracias guapa.







martes, 14 de octubre de 2008

JUEGOS Y DESCUBRIMIENTOS




Por la rendija de la ventana se filtraba un pequeño rayo de sol, dando a sus pequeñas manitas distintas tonalidades. Ellos agarraban el colorido y les divertía cerrar sus puños, pero se desconcertaban al observar que no quedara dentro atrapado. Cerraban y abrían sus puñitos y se quedaban perplejos al verlos de nuevo vacíos. El juego duró toda la mañana y se retaban a adivinar los diferentes colores, que a pesar de ser muy pequeños ya conocían.

Cuando llegó la media mañana, la madre les escuchó llorar y al acercarse y preguntar que les pasaba, entre sollozos dijeron que lo cogían pero no se quería quedar con ellos.

La madre con una sonrisa les explicó que la luz que se filtraba por la ventana, no se podía atrapar. Que solo veían motitas de polvo tan pequeñas que era imposible retener en los puñitos.

Los llevó al lavabo y dejó correr el chorro de agua. Después les dijo que la atraparan. Cuando vieron que no quedaba entre sus deditos, de nuevo les explicó que a la luz le pasaba lo mismo. Siempre se va y vuelve cuando de nuevo sale el sol, igual que el agua sale cuando se abre el grifo pero si la querían retener en la mano, nunca será posible.








Nani. Octubre 2008.







jueves, 9 de octubre de 2008

EL ÁLBUM




Había llegado de la calle con la idea de buscar aquella vieja carpeta.

Cuando pasó por delante del escaparate de la librería de viejo, se quedó paralizado. Uno de los objetos mostrados era un libro que le resultó familiar. Sí, era un ejemplar de la edición para niños de “D. Quijote de la Mancha”. Las pastas gruesas de cartón con bordes amarillos y en el centro, el hidalgo caballero manchego sobre su rocín, lanza en mano y celada sobre su cabeza. El lomo de tela verde algo deshilachada y el recuerdo rondando su cabeza. La niñez se instala en su frente, acaricia su interior y casi percibe el aroma del puchero, la lavanda en el brasero, la ropa de la cama recién lavada y planchada y el inolvidable olor de mamá. Pero lo que lo detuvo y más avivó el recuerdo, fue un álbum de cromos del “Guerrero del Antifaz”. Estaba seguro que era el suyo y por eso fue como loco a buscar en su vieja carpeta. Pero…, no podía ser el suyo porque, ¿quién podía haberlo cogido? Apresurado tira de la carpeta y como está apiñada con otras muchas, (libros y objetos que no se usan desde hacía infinidad de meses), más de un objeto cae al suelo incluido el tarro de canicas multicolor, que rebotan por el piso y que parecen no tener fin. Todo está esparcido y mezclado con cartas, otros álbumes, comic y entre todo lo derramado, asoma una carita dulce y preciosa, que en blanco y negro le sonríe con ternura. La sonrisa le paraliza, lo derrumba hasta donde está todo desperdigado y como cuando era un niño, cruza las piernas y empieza a recoger comenzando por esa foto que guardó entre tantos recuerdos hace ya un montón de tiempo. Pasa los dedos por la dulce sonrisa y se le humedecen los ojos, mientras dice entre dientes: “Dulce niña ¿porqué te fuiste? Cuando así te apareces es porque algo quieres de mí. Cuando tengo estos impulsos muy de tarde en tarde, siempre algo has tenido que ver. Antes me daban miedo estos arrebatos y presentimientos, pero ya sé que es todo un cúmulo de cosas que deben pasar, que como si se tratase de mi ángel de la guarda intentas tenerme alerta, estoy seguro que algo va a suceder, estoy seguro que algo quieres decirme”.

Y entre recuerdo y recuerdo, álbumes, cómics y olores, termina de recoger todo lo que ha caído al suelo, se incorpora y con una curiosidad ahora crecida, mira entre todo lo que hay en el estante ya que en la carpeta que lleva en la mano, no está el álbum que busca. Empieza a apartar libretas de apuntes y libros de texto. La caja donde se encuentran los cromos, el trompo y la cuerda toda deshilachada, las púas de la guitarra y algún objeto más. La coge, la mira con cariño y vuelve a depositarla en un lugar seguro para que no se vaya a volcar y vuelva a suceder lo mismo que con las canicas, que aún debe recoger, de lo contrario los vecinos de abajo subirían todo enojados como la vez que vinieron “los sobri, -se dice.

Comienza a guardar todos los objetos, de paso va por el plumero para quitar algún polvo acumulado y al retirar otra carpeta que no recuerda que contiene y la abre, vuelve a repetirse la sentada en el suelo. Cruza las piernas de nuevo y comienza el recorrido por los nuevos recuerdos: “Libro de notas de primaria y secundaria. Libro de bachiller y… ufff, aparece la foro de un chico con toda la cara llena de granos, (sonríe pensando en como le afectó por aquellos días y la poca gracia que le hacía mirarse al espejo). Unas fotos de Claudia Schiffer, Pamela Anderson y Julia Roberts. Sonríe recordando como disfrutó cuando ya estuvieron en su poder dichas fotos, sigue repasando la carpeta que está llena de recortes de periódicos y revistas y sonriendo aún la cierra, se levanta y la vuelve a colocar en su sitio. Termina de quitar el polvo por libros y carpetas restantes y por último, entre dos blog de tamaño folio, encuentra lo que busca. Esta vez como cuando era niño, se tumba boca abajo en la cama y hojea ese álbum tan querido y zas, allí mismo entre las hojas está la rosa que él le regaló y que ella le devolvió con un beso de despedida el día que su hijo llegó y ella se marchó.

Besa la rosa y mirándola dice: “Ya sabía yo que estabas detrás de todo esto. Es bueno saber que sigues cerca. Si, ya ha cumplido ocho añazos y pronto empezará con las espinillas, a no querer mirarse al espejo y deberé estar cerca. No te apures. Sé que cometeré muchos errores, pero intentaré no fallar demasiado. De todas maneras, espero que tú me sigas ayudando”. Deposita de nuevo la flor seca con mucho mimo, esta vez en el joyero que aún sigue encima del tocador. Da igual donde la coloque, sabe que aparecerá de nuevo en el momento más oportuno.

El álbum lo deja sobre la cama, porque cuando vuelva su chicazo de la escuela lo mirarán. Sabe que no le prestará mucha atención porque al niño estas cosas le parecen de la edad media, pero servirá para echar un ratito de cháchara.




Tengo que dar las gracias una vez más a Ana Ortiz de LAS HIJAS DE PRISIA, la chica con más fantasía de la blogosfera, por concederme este premio que como es habitual en mí, otorgo a todos vosotros los que pasais por aquí y dejais vuesgtra huellas.
Muchísimas gracias por ser tan cariñosa conmigo.






viernes, 3 de octubre de 2008

CAFÉ AVENIDA II



Y claro, ya en la calle y de camino a casa, he vuelto a meter la nariz en el bolso y les pregunto: ¿Quién puñetas os ha mandado meteros en el bolso y venir conmigo? A lo que contesta el que más cerca tengo: “Bueno ejmmm, como mientras almorzabais le comentaste a tu hijo que te ibas a tomar café, pues que…, pues que queríamos nosotros también salir un ratito y como el otro día contaste que el café te lo tomabas con un pastelito que hace tu amiga “mu riquito”, pues que nosotros también queremos y… ejemmmm, pues que…., ufff Nani, ¡no me mires así que no me gusta, que me da susto, que te pones muy fea y se te arruga la nariz y la frente y…, venga porfaaaa, la próxima vez te pedimos permiso!

- ¡Permiso, permiso, permiso!-, contesto algo más serena y ya con una casi sonrisa. ¡No puedo resistirme, son unos puñeteros y saben ablandarme! Ponen esa cara de pillastres, saltan a mi escote, al pelo y a los pendientes que al mismo tiempo les sirven de mecedero y se balancean en los que llevo de aro y… ¡ea, la Nani hecha unas natas!

Cuando hemos recorrido tan solo unos metros, pasamos por una tienda de chuches y como sé que todo esto lo han formado por querer comer pastel, pienso que si les doy hoy un poquito a ellos, corresponderán a la próxima, así que les pido que se refugien y entro con ellos al establecimiento.

Hay un montón de niños con sus mamis comprando chiles, pipas de girasol y gominolas.

Una vocecita en mi oído me chiva algo así como: “¡Porfa, unas nubecitas de fresa, regalí y gominolas de mora, porfi, porfi!!!

…y, ¿el último por pavor?, -digo dirigiéndome a la inmensa cola.

¡Sí, tengo que hacer cola!, acabo de entrar en la tienda de chuches que hay en el mismo parque y además al lado del colegio infantil, así que está abarrotado porque es la hora de salida del horario de tarde.

Mientras que llega mi turno no puedo estarme quieta, ¡pensarán todos que tengo el “mal de san Vitor” o algo parecido. Pero no puedo estar relajada porque estos diocesillos están saltando de alegría al ver que les voy a comprar chucherías. Pero claro, el que tengo en la cabeza entre mi pelo me hace cosquillas así como el que se ha metido en mi escote. El que se mecía en mi pendiente ha saltado dentro del oído y me susurra algo que no logro entender, ya que lo que ha conseguido es que me pique tanto que por inercia casi lo espachurro al ir a meter mi dedo índice que se ha quedado a medio camino al escuchar un: ¡ALTOOOOOOOOOO!, tan alto que por pocas me deja sorda y es que el pobre se veía todo estrujado en mi pabellón auditivo, pero ¡puñeta, con los susurritos yo solo tenia un picorcito insoportable!

Evitado el accidente, intento aguantar las cosquillas y a estas, escucho a mis espaldas: “¡Señora si se está haciendo pipí (lógico que piense eso la pobre señora), a la izquierda hay un servicio, yo acabo de salir con mi niña que no aguantaría hasta llegar a casa!”. Le doy las gracias por la amabilidad, ruego me guarde la vez y me dirijo a dicho servicio en picado. Entro y sin poderme contener, grito: “¡Por favor!, ¿no podéis quedaros quietos? casi con el fin de mi grito, se escucha la voz de un niño que procede del waters y que solloza y grita a su vez: “¡Mamiiiiiiii ven, que hay aquí una bruja que chilla!”

¡Encima me llaman bruja -vuelvo a decir-, si nunca he pisado una hormiga!

Volviendo a gritar ahora para adentro y con la boca apretada: ¡Como tengáis la dicha de ponerme otra vez en evidencia, cuando lleguemos a casa os vais a la cama sin cenar y además os pasáis un mes solos en el desván, sin las chucherías prometidas y a pan y agua, he dichoooo!

¡Medicina santa, todos en silencio y quietos como si no estuvieran! Salgo y por pocas pierdo mi vez. La señora pretende contarme que su hija lleva un chichón porque un niño se ha pegado con ella, se ve que tiene ganas de charlar, pero con una escusa hago mi pedido y salgo a todo trapo del establecimiento.


Con el nerviosismo de todo lo acontecido, he salido tan rápida y sin mirar a mi alrededor
que tropiezo con un chico que lleva la cara tapada con una torre de regalos, que de paso van todos al suelo. Yo pierdo el equilibrio y voy a parar de boca a un charco, que en ese momento me parece la piscina olímpica al recordar a mis amiguitos caídos en el agua. Les llamo, los busco y me faltan tres.




Mientras tanto escucho el vocerío del chico de los paquetes. Le pido disculpas al mismo tiempo que paso mi mano por el agua. Recoge sus mojados paquetes y se va diciendo que los locos deberían estar encerrados y es que no es muy normal ver a una mujer tirada en plancha sobre un charco buscando algo imaginario. Ojalá no me lo vuelva a encontrar en la vida –pienso-, porque de lo contrario puede que al descubrirme se cruce de acera o llame a los loqueros.

Por fin, tengo a mis tres amigos subidos en la palma de mi mano y empapados. Busco mi paquete de clínex, saco unos cuantos y les meto en el bolso pidiendo que se desnuden y se sequen para que no vayan a coger un catarro. Intento hacer todo de forma discreta porque ya todo es bastante anormal y las personas que me han ayudado a levantarme del charco, se han ido cuchicheando al ver que quería despacharles enseguida, pero es que ya todo se pasa de castaño oscuro y entiendo que es un poco raro hablarle al bolso y buscar cosas invisibles en el agua, ¡No, no es nada normal y es de lógica que piense que estoy más “pallá que pacá”l!


Apresuro el paso, llego a casa y me voy directa al baño. Dejo caer el agua caliente en el lavabo y les ordeno que se bañen antes de cenar. No han dicho ni “muuu”, ¡saben bien cuando Nani está que muerde!, pero cuando me doy media vuelta, los tengo apostando a ver quién llega antes nadando al otro extremo del lavabo. Lo que ellos no sospechan es que me encanta verles hacer deporte, ¡son unos atletas en toda regla y también sé que deben hacer ejercicio, así que no me importa que de paso se entrenen! Me hago la distraída ordenando la repisa y cuando lo creo conveniente les ordeno que se sequen y se pongan los pijamas. Se meten en los bolsillos de mi bata muy sumisos y nos dirigimos a la cocina.




Saben que hoy hay ensalada de lombarda (les gusta más la de lechuga y tomate), pero también saben que como rechisten se van a la cama sin nube y ninguna gominola y todo educados y atentos, se toman su ración y cuando terminan, van todos juntos y se asoman por detrás del servilletero que les hace las veces de balcón y a una comienzan a cantar: “Asómate y asómate al balcón carita de azucena”.


Jajajajaja, -no puedo evitar reírme y decir: “¿Pero no sería yo entonces la que tendría que estar asomada al balcón? ¡Sois los más zalameros que hay encima de la tierra, vamos a repartir las chuches que se nos va la noche y mañana toca el despertador a la hora de costumbre!


Antes de que termine, los tengo a todos encima y me besan en las orejas (con el consiguiente cosquilleo), en el pelo haciéndome masajes y el resto se meten en mi escote, porque dicen que me dan besitos más cerca del corazón, así que con este panorama me los llevo a sus camitas y les dejo con unas “¡Buenas noches y hasta mañana!”, pensando en el fondo, que no está mal tener una compañía semejante. ¡La verdad es que no me puedo quejar, todas las noches me voy a la cama con una sonrisa y eso es algo que debo agradecer a la vida!





Nani. Octubre 2008.