Los ruidos se escuchaban fuera de la habitación o al menos eso quería pensar. Seguía viendo una película de aquellas que vio de niño. Ahora las habían promocionado con la compra de un famoso periódico nacional y se propuso ver una cada noche, cuando todos se iban a la cama para disfrutarla igual que las disfrutó cuando era un pequeñajo. Pero por alguna razón, todo parecía distinto. Ni se asustaba, ni los ruidos eran los que a él le hubiera gustado que fueran. Más bien parecía el camión de la basura que acostumbraba a despotricar y rugir igual que una locomotora. No le producían las mismas emociones ni la concentración era la misma y la que en esta noche estaba viendo, tampoco le producían los sobresaltos que cuando era niño hasta la hacían morderse las uñas.
¿Qué había pasado? Los días y los meses volaban y no se había dado cuenta que ya era grande, como de pequeño soñaba.
Recuerda como se quedaba despierto en la oscuridad de su habitación, después de que mamá le hiciera la casita y le diera el beso de buenas noches e imaginaba como sería de grande. Veía a un hombretón fornido, guapo y famoso con su casco de bombero, o de policía o de agente secreto, pero siempre muy famoso y con muchas chicas a su alrededor, como se veían en las películas del “Agente
Todo esto lo hace mientras apaga el televisor, la estufa y se alarga a la cocina donde se empina la botella del agua que hay sobre la encimera. Pasa al baño, entra en la habitación de sus pequeños diablillos, les besa y en casi un susurro les dice: “¡Soñad, soñad, que puede que cuando despertéis os pase como a vuestro padre, fijaos, hoy me he dado cuenta que ya soy grande y que muchas cosas han cambiado, pero no me importa en absoluto, no ser agente secreto, ni un divo, ni un chico rodeado de bellezas, porque estoy rodeado de vida y eso es lo único que me importa!”
Nani. Octubre 2008.
Nos pasamos media vida queriendo ser mayores y la otra mitad deseando volver a la niñez.Pero si al menos hemos tenido una infancia feliz, la hemos vivido, nos podremos permitir hacer regresiones de vez en cuando en nuestra vida de adultos. Además, la mejor oportunidad, la excusa perfecta, es cuando jugamos con nuestros niños. Qué entrada más cierta. Un beso.
ResponderEliminarSabio pensamiento el de este hombre. No sé si será bueno que te inculquen en la infancia esas ganas de ser lo que nadie llega a ser de mayor, un personaje con poderes, con influencia supina, con magia incluso... Tal vez deberíamos enseñar a los niños en casa, en el cole, en las películas a ser personas íntegras y optimistas.
ResponderEliminarDice una canción que " donde has sido feliz no debieras tratar de volver..." Besitos varios.
ResponderEliminarEl viaje en el tiempo es posible.
ResponderEliminarLos adultos siempre tenemos que dejar un espacio, para colarnos por el, cuando queramos o nos sea posible y regresar a la infancia.
ResponderEliminarLa vida ya nos recordará que adultos somos.
Un saludo
Fíjate que yo me doy cuenta y no he sido mamá...
ResponderEliminarBesicos!
Con ojos de niño las cosas se ven diferentes, lástima que luego crecemos y se pierde gran parte de fantasia y de magia es el precio de hacerse mayor.
ResponderEliminarUn beso
Que extraordinaria lección de moral.
ResponderEliminarLa conclusión final es idónea para que todos la pusiéramos en práctica.
La mayoría no valoramos lo que vivimos en el momento.
Un abrazo
Puede que nuestros sueños infantiles no se hagan realidad... Pero ser felices con lo que tenemos es lo mejor que se puede ser de mayor.
ResponderEliminarUn besazooo
Ains Nani, que perdida he estado en estos días, pero ya estoy aquí.
ResponderEliminarSiempre me pregunto que pasaría si me pasara como en la peli The Kid, no sé si la conoces. Si la niña de mi infancia apareciera, y viera commo soy… lo mismo se decepcionaba jajaja, pero se lo explicaría todo, yo no estoy muy descontenta vaya.
Kisses
Cuando se es pequeño empeñados en crecer, después la nostalgia del tiempo ido.
ResponderEliminarPero se vuelve a vivir, al asomarse donde unos pequeños diablillos duermen, y sueñan con ser mayores un día...
Jo, como agarras el recuerdo, niña!!
besicos grandes.
¡y qué más quiere!...Yo tengo algo claro en mi vida y es que JAMÁS...JAMÁS...me haré grande...como dice la canción: creceré pero no me haré grande, esto es lo que hay...
ResponderEliminarSé que todo saldrá al revés, de echo llevo buen camino, jajajaja... pero será perfecto como vaya sucediendo; sólo le pido a los astros a la hora de alinears, que me permitan ser madre y si puede ser sentir la maternidad física...con eso...¡voy que chuto!
Por lo demás, el relato perfecto pero eso no es novedad. Conciso y con un tema muy de "a diario", la vida y sus avatares sucediendo en menos de lo que dura un chasquido...si, es corto todo esto...habrá que disfrutar...
Wensueño lindura!!!
Creo que lo más importante es que èl tiene vida, pero esa vida en donde se siente la plenitud.
ResponderEliminarY èl la proyecta.
Abrazos linda.
G
Es cierto Nani, las cosas que uno vive o sueña de niño no se ven igual cuando es adulto.
ResponderEliminarHoy sin ir mas lejos acompañé a Marcelo a su ceremonia de 25 años de egresados de su secundario y el cura durante la misa les preguntó si cuando miran el colegio no les parece que es mucho mas pequeño que cuando lo veían en su adolescencia. Todos a coro dijeron SI!! Los que cambian no son los sueños sino nuestra visión de ellos desde la adultes.
Suerte que algunos, como este señor, sabe que su mejor y mas lindo sueño es ver a sus niños soñar...
Besos amiga, hermoso relato.
Jo, estoy especialmente sensible estos días y lo que has escrito hoy me ha tocado bien dentro ... joder.
ResponderEliminarDigamos que esto mismo lo llevo sintiendo desde hace tiempo. Sin niños de por medio, pero ... con las mismas sensaciones.
Sin embargo para mi no es del todo bonito. Pasa el tiempo y las cosas cambian, pero no siempre para bien.
En fin. Chorradas mías.
Un beso muy grande.
Cuantas veces hemos squerido volver atras a aquello años felices de peque que nostalgia...
ResponderEliminarTodos de pequeños sóñábamos lo que íbams a se rde niños; ahora de mayores vemos que no lo hemos conseguido, pero que tenemos otras cosas que nos hacen ser muy felices. El relato precioso, como siempre.Besitos
ResponderEliminar¡no quiero ser mayor¡ pero para vivir necesito ojos de adulto ¿o no?...¡he de pensar¡
ResponderEliminarY con todo a mi es que la mayoría de las películas que me emocionaron de pequeño lo siguen haciendo hoy...
ResponderEliminarDe las ventajas de ser el penultimo en la meta, de la vuelta a la infancia en patineta, que cantaba el Sabina aquel...
No pienso hacerme mayorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!
ResponderEliminarSí, algunos de mis sueños son realidad, es bueno dar a los niños sueños a su alcance.
Besotes
Y ¿no es genial llegar a esa conclusión?....
ResponderEliminar:)
Besicos
Yo no quiero crecer nany.
ResponderEliminarVi vuestra web.
Ojalá pudiésemos compartir esos tomates y algo de música.
La próxima vez que baje, prometo visitar vuestro pueblo.
Un beso.
Los sueños infantiles no siempre conseguimos realizarlos de mayores, pero lo importante es no dejar de tenerlos, y si hace falta, fabricarnos nuestros propios sueños... para no deja de crecer... yo también me niego a ello.
ResponderEliminarPerdona que no te comente tanto como quisiera, pero ya sabes que estoy sin conexión, salvo algún momentillo como este, en el que me prestan linea y teclas, ....pero no te olvido.........un besazo wapaaaaa
Cuando niña, me la pasaba viendo al espejo..preguntandome, tratando de imaginarme como sería de grande...
ResponderEliminarEs obvio que la mayoría quiere ser niño otra vez..yo en cambio quisiera quedarme tal como estoy ahora, quiza convertirme en una Petter Pan.
Por cierto, me encantan las comiquitas..son unas de las cosas que me hacen mas feliz.
Mucho cariño nocturno :)
Bendita inocencia! decía mi madre...
ResponderEliminarDónde quedaron los días en que la mayor preocupación era encontrar la muñeca perdida o qué habrá de cenar esta noche?
Yo de pequeña nunca tuve sueños... menos mal que los tengo todos ahora!
Un besote linda!
Hay que evitar que llegue el día en el cual el adulto que somos pierde contacto con el niño que fuimos. Yo ya estoy salvado: mi hijo me ayuda cada día.
ResponderEliminarBesos.
Sí, señor: la vida del adulto se escurre mientras tiene la mente en veinte cosas a la vez. Pero recordar es tan bueno...
ResponderEliminarNada es igual a cómo lo soñamos de pequeños pero, al menos en mi caso, me siento feliz de que sea como es...
ResponderEliminarBesos
existe otra palabra que diga más que maravilloso.?
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