jueves, 30 de agosto de 2007

LA MUERTE DE UN FUTBOLISTA

Hay cosas que por más esfuerzo que haga, no consigo entender.
El día 28 de agosto, ha muerto un futbolista de 22 años por paro cardíaco, perteneciente a un club de fútbol que creo va en cabeza en estos instantes (no entiendo mucho, aunque en casa algunos miembros de la familia, siguen esta afición y algo tienes que implicarte, guste más o menos).
Mientras hacía algunas tareas, escuché la noticia por la radio autonómica andaluza, serían las 15,30 de la tarde. La verdad es que cuando escuchas una noticia de este calibre, te da mucho sentimiento. Saber que alguien que tenía toda una vida por delante, así de sopetón se vea interrumpida su existencia, tiene que ser un bloque de mármol el otro que escucha, para que no le afecte. Piensas en su familia, en todo lo que ha dejado de hacer, en ese hijo que nacerá dentro de dos meses, y deseas que tanto sus allegados sufran (y haya sufrido), lo menos posible.
Pero a lo que me refiero y por eso al principio, decía que no consigo entender, es el despliegue informativo. Tenía puesta como anteriormente dije, la emisora de radio autonómica andaluza, donde a esa hora comienza un programa variado y de entretenimiento, sin grandes perceptivas (parece que en verano, todos nos volvemos tontos y se hacen programas para tontos, seguramente que la intención tanto en prensa, radio y televisión, es rellenar espacios, tiempos y páginas) y como no suele haber otras cosas, los escuchas (seguramente por tontos, mejor es poner música, pero como tampoco en casa está una sola y convive con más personas...)
Ya creo que estoy divagando y se me está yendo el santo al cielo.
A lo que iba es que a partir de esa hora, la programación habitual se interrumpió y no se ha hablado de otra cosa, en todo el día (me acosté ya entrada la noche y seguía la historia), a otro día era el funeral y que puedo contar..., televisiones nacionales, autonómica, prensa y radio, seguían con el tema y supongo que esto dará para un montón de días que rellenar.
Es verdad que podía haber apagado el aparato (en ocasiones lo hice), pero vuelvo a repetir, no estoy sola en casa y como andas para acá y para allá, en el coche y en mil sitios, vas escuchando lo mismo.
Y ahora pregunto yo, y es a lo que voy: ¿Si se muere o mejor, le conceden una medalla a un Novel de la Paz o de Investigación (personas que están aportando unos beneficios a la sociedad), nos afecta y nos preocupamos de informar que han hecho y porque se les concede esa medalla? O para que resulte más cercano: Día 29 (un día después), al mismo tiempo que se organizan los preparativos del funeral del que nos estamos ocupando, muere un tractorista en su puesto de trabajo, de la misma edad más o menos y otro trabajador por una emanación de gas. Estos son dos ejemplos, seguro que ha muerto un montón de gente en sus puestos de trabajo y ya no recordemos a los que están muriendo bajo las bombas o tiroteos en esas interminables guerras. Pero bueno, otra vez divago, me voy a centrar en esos dos trabajadores. ¿Quién le va a dar una medalla a sus madres, esposas e hijos. ¿Quién les va a mandar una corona de flores o les va a reconocer que ellos también han muerto en su puesto de trabajo?
¿Quién le va a dar un escarmiento a las empresas que permite que los trabajadores se arriesguen sin las medidas óptimas?
Conclusión:
¿Se pretende que seamos todos unos borregos (si no lo somos ya), o es eso lo que demandamos? Ya me planteo además, que clase de gente estamos poblando este puñetero mundo, que parece que solo nos interesa la carnaza ¿Será que así nos sentimos mejor y tapamos de esta manera nuestras propias miserias?
De verdad que no sé que nos está pasando. Sí creo, que estamos un poco fuera de contexto si no es, que estamos dejando de ser “seres humanos”.

P.D. Hoy día 30, según los informativos ha muerto otro futbolista por el mismo problema. Deseo de corazón que descansen en paz, pero que también lo hagan el resto de fallecidos en el mundo entero (que además mueren de causa antinatural) y que por desgracia, a nadie nos preocupan demasiado.

NANI. Agosto 2007.


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martes, 28 de agosto de 2007

SIEMPRE LES QUEDARÍA PARÍS

Se le ha echado la hora encima. Alberto la espera a la entrada de la sala quinta para ver la película "Casablanca". A las cinco y media, es pase único dedicado a la tercera edad, por lo tanto es conveniente aprovecharlo. Además de que es la película por excelencia de los dos, los precios son más económicos. Se tiene que dar prisa, porque ya son las cinco menos cuarto y aunque no le coge muy lejos, sus pasos ya no son tan ágiles y coger el autobús no le interesa, a veces, sobretodo en horas puntas no le conviene. Un taxi tal vez, pero habían decidido evitar gastos supérfluos, la pensión de viuda no da para tanto y le daba mucho apuro que Alberto corriera con alguno de sus gastos. Él también tiene a sus nietos, sus hijos y aquella esposa atrapada entre tubos, probetas y olor a hospital. Además, un paseo es bastante recomendable.

"Por Dios, no encuentro los guantes, si creo los dejé en el cajón de la cómoda, o ¿quizá los metí en el del centro?.

Todo esto lo hace la mujer, de forma mecánica y un poco precipitadamente. Al urgar entre las ropas colocadas con mucho primor, tropieza con algo que la paraliza. No puede evitar sacar un objeto, envuelto en un cernadero blanco. Lo destapa y aparece una muñeca de china muy pálida, de labios rojos ardientes, un vestido de jacona salmón, calcetines y zapatitos blancos y pamela a juego con el vestido. Con las prisas, no recordó que estaba terminantemente prohibido, abrir el cajón del centro, sin estar predispuesta y evitando tropezar con aquella muñeca, que nunca se atrevió a regalar o tirar. No podía evitarlo, había sido la que tanto meció su pequeña. Había sido aquella que quedó sobre las sábanas, después de la dichosa meningitis que destrozó a todos. Sin poderlo evitar, besa una y otra vez la fría muñeca, hasta que el sonido del teléfono la vuelve a la realidad. De pronto, recuerda qué buscaba y porqué tiene aquella muñeca entre sus manos. La deja sobre el mármol de la cómoda y coge el auricular del teléfono, que hay sobre la mesita de noche.

"Si, ¿dígame?. Ah...., eres tú. Alberto, no encontraba los guantes, perdona, ya no es hora. Buscándolos, he tropezado con la muñeca de china, ya sabes, te prometí regalarla, pero... no pude. Vale te espero. Te agradezco que te pases por aquí, te necesito. De acuerdo, hoy sí te la llevas y se la das a tu amigo el coleccionista. Bueno.... vale, preparo un chocolate caliente y tú te traes los pasteles. Veremos "Casablanca" aquí en casa, aunque la versión está muy pasada y tiene anuncios de la tele, podremos al menos volver a escuchar una vez más a Humphrey Bogart decir,"Tócala otra vez Sam" y creer que aún, nos queda París.

Mientras saborean el humeante chocolate, los dos muy juntos sentados en el sofá del saloncito, absortos como están en su película favorita, piensan en el fondo de sus corazones, que por lo menos, "Siempre les quedará París".

nani. Agosto 2007.



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viernes, 24 de agosto de 2007

¿TIENES MALA LECHE?

Con el grandísimo atrevimiento por mi parte y homenajeando a GLORIA FUERTES:





¿Qué si tengo mala leche?
Si hijo, si que la tengo mala,
y no solo mala,
sino que a veces,
hasta se me pone agria,
cuando me hierve por dentro,
tanta injusticia, tanta sinrazón
y tanta destrucción.




Como creo hubiera dicho ella y digo yo hoy.

nani, Agosto 2008.


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miércoles, 22 de agosto de 2007

LA LLAMADA




Toc, toc. Toc, toc.
Se despereza, se restriega los ojos y presta atención, porque le ha parecido que alguien está llamando.
¿Pero llamando en dónde?
Enciende la lamparita que hay encima de la mesita y se incorpora en la cama, esta vez además, agudizando el oído.
Toc, toc. Toc, toc.
Se intranquiliza y se asusta un poquito. Los golpes parecen que se producen dentro del armario.
Y dentro de este... “¿A ver? – piensa -, si sólo hay ropa, los libros de la facultad, los zapatos, la flauta, la guitarra, ¡pues por poco que me guste, tendré que mirar!”
Y de nuevo, se repiten los toques. “Toc, toc. Toc, toc”
Asustada como está, se tira de la cama y se va no sin un poquito de congoja, hacía el sitio donde parecen provienen los golpecitos. Abre con cuidado una puerta y espera. Después la otra y al mismo tiempo, de nuevo: “Toc, toc. Toc, toc”
Esta vez el corazón bombea más aprisa y un calorcito le sube por la garganta y se detiene en las sienes. Vuelve a escuchar y de nuevo: “Toc, toc. Toc. toc”
Ahora si cree saber de donde proceden los toques, y sus manos se posan sobre la funda de la guitarra. Se sobresalta al percibir, además de escuchar, los puñeteros golpecitos: “Toc, toc. Toc, toc.”
Ahora ya no le queda más remedio que abrir la funda y ver que pasa dentro.
Abre no sin cierto temor, y como siempre, dentro está su querida y olvidada guitarra. Hace mucho que no la toca, ni la saca de su funda. Hace ya algún tiempo, que no la necesita de la misma manera que hace unos meses. Fue su compañera en las alegrías y las penas de la adolescencia y hoy, debido a estos ruidos que la han despertado, se encuentra otra vez con ella entre las manos. La acerca a la cara y al rozarla la besa. De nuevo siente esa llamada que las mantuvo en aquellos días tan unidas, tan necesitadas la una de la otra, y como por arte de magia, vuelve a rozar las cuerdas con sus dedos y a escuchar aquella canción que tantos recuerdos le aportan y sin apenas poder evitarlo, unas lágrimas empiezan a deslizarse por sus mejillas. La canción fue la que estuvo de moda, mientras ella terminaba el último curso de instituto y con ella y gracias a ella (incluidas canción y guitarra), conoció al príncipe azul de sus sueños. Un príncipe, que se convirtió en rana cuando ella le empezó a conocer. Sus sueños habían sido otros y en un principio, le deslumbró aquella sonrisa alegre, aquellos ojitos pícaros y risueños y la simpatía que derramaba a raudales, pero que la falta de sinceridad y de honestidad, fue emborronando y dejando al descubierto, la rana-sapito que tenía dentro. Siempre tuvo claro, que si compartía sus sentimientos con algún chico, este tendría que ser limpio y claro, como el sol del medio día. Por eso tuvo que decirle adiós y para olvidarle, compartió todo con su querida guitarra a la que le contó, cómo le dolía la despedida, hasta que poquito a poco, dejó de susurrarle y dedicar su tiempo a esos libros que fue colocando encima de la funda de aquella amiga del alma.
Y hoy, suena la guitarra, es ella la que reclama su atención, es ella la que hoy está triste y necesita su caricia. Necesita que le acune y le haga cosquillitas, igual que ocurrió, aquellos días que se mantienen olvidados y callados en el cajón de los recuerdos, esperando que llegara un día como el de hoy, para recordar que esta viva y que necesita el calor de unas manos y el rasgueo suave de unos dedos conocidos y apreciados, para hacerla vibrar de nuevo. Y cuando empieza a tocar, por inercia suena aquel estribillo que su padre le enseñó, y que sin querer, tararea con la mayor naturalidad del mundo:


"La guitarra que compré

lleva dentro un corazón,

ni siquiera lo sabía

el que a mí me la vendió..."

nani. Agosto 2008.



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domingo, 19 de agosto de 2007

LA SALA DE ESPERA

El humo del cigarrillo sale de su boca muy pausadamente. Ella lo mira sin ver, con los ojos medio entornados. La cabeza apoyada en el respaldo del sillón. La mano que sostiene el pitillo, caída sobre el brazo del asiento. El tabaco se consume entre sus dedos y el calor tan próximo, es el que le hace reaccionar. Busca un cenicero para apagarlo, aunque la ceniza ya ha caído al suelo. Mira a su alrededor, está sola y apenas se ha dado cuenta, de que han ido pasando todas las personas que con ella, esperaban en la salita. Muy pronto le tocará entrar en el despacho. No entiende, por qué hay que esperar tanto. Son muchos los días, los meses, los..., los tres años casi. Como tengan que seguir esperando aún más , no sabe si podrán soportarlo. Su marido, no quiere apenas hablar del tema y ella..., ella se va hacer polvo los pulmones por tanto fumar, pero no puede evitarlo, es lo único que le calma la impaciencia, la ansiedad. Cuando todo parece que va a llegar a su fin, de nuevo la llaman y allí se encuentra, fumando como un carretero y con el corazón en la garganta. Seguro que cuando hable con esa señora que dentro la espera, vuelve a salir, aún peor que entró. Esta espera es interminable -se decía- ¿y por qué les tenía que tocar a ellos? ¿por qué tenían que ser ellos los que esperaran tanto?. No sabía si merecía la pena, el tiempo pasa y las inquietudes cambian así como los deseos. Lo había comprobado en otras personas que al final, acabaron renunciando. Pero no, a ellos no les pasaría igual, esperarían lo que hubiera que esperar, aunque él le haya dicho que no la acompaña ni una vez más. Por eso no está en la salita con ella. Hoy está más asustada que otras veces. Se encuentra sola y le echa de menos. No puede evitar que los ojos se le llenen de lágrimas.
De pronto, la puerta se abre. Sale una señorita y anuncia que pueden pasar los señores de Osorio. "La directora les está esperando"- dice.
Se limpia las lágrimas con los dedos, cuidando de no estropear el maquillaje.
La directora la recibe con un abrazo. No dice nada, tan solo le entrega una fotografía. En ella, hay dos niños. El más mayorcito tendrá como dos años, otro más pequeñito y acostado en una especie de capacho de mimbre, tendrá como seis meses escasos. Son muy morenitos y tienen rasgos peruanos. Ahora, no le importa estropear el maquillaje. Llora, llora como cualquier madre cuando acaba de dar a luz a su hijo. Su parto ha costado. Ella las estrías las va a llevar en el corazón.
Él, siempre lamentará no haber estado allí, para cogerle la mano con la última contracción. De todas maneras, el embarazo ha merecido la pena. ¡Vaya si ha merecido la pena! -se dice- mientras besa una y otra vez la fotografía.

Nani, Agosto 2008.

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viernes, 17 de agosto de 2007

PERÚ LLORA

Hoy es de esos días que te levantas un poco aturdida y te quedas casi en blanco. No sabes que pensar y menos que decir.
Ayer criticaba el masacre de Irak y hoy, cuando escucho los datos oficiales del terremoto de Perú, me quedo casi estupefacta, por no decir "estupefacta o estúpida" de aturdimiento.
Espero los comentarios y disculpas de unos y otros y por supuesto, la pregunta que siempre nos hacemos: "¿Porqué permite Dios estos destrozos, en estos países?", y a continuación el comentario: "Al perro chico, todo se le vuelven pulgas". Pero que poquitos nos preguntamos: "¿Qué les habrá pasado a las familias de los dirigentes de este país, o a los que tienen una vivienda construida en el sitio adecuado y de manera idónea? ¿No será que los muertos y las casas destruidas, son los que viven y se construyen al pie de volcanes, montañas peligrosas, orillas de ríos o al borde del mar? De construcción no entiendo nada, pero si sé, que la gente que muere en un terremoto o maremoto, siempre es la que vive en el lugar que el poderoso no quiere para él. Ellos, (los muertos y los heridos), están o estuvieron ahí, porque no pueden hacerlo en otro sitio y además tienen la certeza, que cuando se van a la cama a descansar, no saben si al otro día despertarán o lo harán entre escombros.

nani. Agosto 2008.


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jueves, 16 de agosto de 2007

¿TIENES HERMANOS?

Con el grandísimo atrevimiento por mi parte y homenajeando a "GLORIA FUERTES".
¿Tienes hermanos?
De sangre tengo tres,
a los otros los estoy perdiendo...
unos se mueren de hambre,
otros muchos me los están matando en la guerra
y al resto,
me los mata la prepotencia
.
Como creo hubíera dicho ella, al enterarse del gran masacre de Irak.
nani 2007.

lunes, 13 de agosto de 2007

CARTA A UN PODEROSO

Sr, D Dinero:
Le agradezco a la vida la oportunidad que me ofrece. Siempre tuve ganas de escribirle una carta, pero por ser usted un señor con tan alto estatus y yo, una simple habitante de este mundo, nunca me atreví a hacerlo. Temía ofenderlo y le necesito, para que a mi casa llegue la nómina de final de mes. Bien sabido es, que esa nómina la gano yo, pero también es sabido, que usted está relacionado con mi trabajo y con esa nómina, por ello como le comentaba, no me atreví nunca a escribirle.
Hoy le ruego me explique: “¿Porqué intentó mi primer jefe, apretujarme y sobarme? ¿Qué tenía que ver el cargo de este jefe y que él le poseyera a usted (era director de banco), con que yo estuviese dispuesta a dejarme sobar? ¿Cómo tiene una mujer que demostrar que sabe trabajar y ganarse su sueldo, sin que venga alguien que está por encima en el cargo, y la humille de esta manera, y tan sólo (digo yo), por que se siente superior la gran mayoría de la veces, gracias a usted? ¿Porqué mi familia pasó tantos apuros económicos, debido a que un tercero se introdujo en nuestras vidas y le necesitó a usted, para pagar sus grandes deudas, que ni comimos ni bebimos, pero que nos salpicó a todos? ¿Porqué señor, pasan hambre muchísimos niños de este mundo y muchos seres humanos, que su pecado (por llamarlo de alguna manera), ha sido nacer en determinados lugares del planeta? ¿Por qué tiene usted que estar siempre en medio de los conflictos nacionales, políticos, familiares, personales y nunca ha hecho nada para remediarlo? ¿No le afecta a usted, ser tan codiciado, tan odiado, tan apreciado, tan necesario, tan….? Claro que, ¡yo creo que si le ha afectado, pero para sentirse superior y el rey del universo! Es verdad que yo sin usted, no puedo ir al supermercado, pagar el recibo de la academia de mi hijo o tener la alegría de poder ver una buena película, pero me parece, y permítame que le diga, que si usted se mostrara menos poderoso, menos brillante, más cercano y…, no se. ¡Le agradecería tanto que me contestase a esta carta! No ha sido mi intención ofenderle, solo pedirle que me explique porque es usted así y se comporta de este modo. Creo que si usted pudiera hablar y tan solo, me dijera que no le gusta su manera de ser, o que es distinto a como lo hemos idealizado, o que daría todo su poder, por hacernos comprender que le usamos mal y que usted también está cansado, yo me sentiría más cerca de usted e incluso, intentaría comprenderle.
Como le digo, me encantaría contestase a esta consumidora de usted.
Quedo en espera de sus gratas noticias y reciba un cordial saludo de,
una afectada.

nani. agosto 2007.
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jueves, 9 de agosto de 2007

NO LE BAILO EL AGUA NI A......

No le bailo el agua ni a mi padre,
bueno sí,
a las musas,
porque necesito reposar mi cabeza,
en su almohada.

Nani. Agosto 2008.
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viernes, 3 de agosto de 2007

MI QUERIDO PROFESOR

Ayer tuve el grato placer de saludar a un compañero suyo y por él supe, que otra vez ha estado indispuesto. Esta vez según me dijo, el inconveniente no ha sido tan importante, pero si lo suficiente, para retirarle por un tiempo de su normal actividad. No era mi intención importunarle, ya sabe lo persistente que suelo ser (eso me dijo usted en una ocasión), yo diría que soy “cabezota”, aunque en realidad lo que no me gusta es ese mal sabor de boca que surge, cuando creo que debo hacer algo y que por vanidad, orgullo o incluso a veces rencor, no haya llegado a realizar, pedir disculpas si hubiese que hacerlo, interesarme por alguna persona en concreto, o Dios sabe en este caso, que es lo que debería hacer. He sentido la necesidad en muchas ocasiones, de darle de nuevo las “gracias por todo” y ahora, por distintos motivos, mucho más. Darle las gracias, por los consejos, los contactos, la acogida de mis chicos, la paciencia, la escucha, la complicidad, la lectura y principalmente: “La valoración, la enseñanza (conocí a Pedro Salinas, Luís Rosales, Gloria Fuertes, Claudio Rodríguez, por ejemplo), y la forma callada de hacer que me encontrara y al mismo tiempo, me topara con mi autoestima” ¡No se si fue suficientemente consciente! Por todo ello, siempre tendré una deuda pendiente con “mi querido profesor”. Siento mucho que ocurrieran aquellos malos entendidos en unos días que después, el tiempo ha demostrado, que tanto usted como yo pasábamos por una época un tanto difícil, ¡como dirían nuestros jóvenes allegados, unos largos días, algo “chungos”! Como no se que hacer, y con la esperanza de que pase usted en alguna ocasión por la “LA CASA ENCENDIDA”, esta que también descubrí gracias a usted, aquel día que pidió leyéramos el párrafo (y para ello tuve que leerme toda LA CASA ENCENDIDA de Luís Rosales):" .... y al mirar hacía arriba, vi iluminadas, obradoras, radiantes, estelares las ventanas, - sí, todas las ventanas; Gracias, Señor, la casa está encendida". Cuando terminé aquella lectura, quedé atrapada. Después y más despacio, volví a leerla. En esta ocasión, me contagió su luz y ahora como puede comprobar, como si de un “ocupa” se tratara, me he quedado en ella (con el beneplácito supongo, de D. Luís Rosales). Como le decía, si alguna vez pasa por esta “casa encendida”, como se hace en el argot taurino, quiero levantar mi mano y brindarle el relato que al final de este escrito voy a dejar en su honor. Ha sido un relato seleccionado en el “II certamen de relatos”, convocado por la Editorial Ábaco y editado en la publicación "PEQUEÑOS GRANDES CUENTOS" (la portada se ve al principio). No he ganado. Hubo dos primeros premios, pero he sido seleccionada junto a muchos más concursantes, (todos pertenecientes a distintos países de habla hispana). Esto jamás lo hubiera imaginado esta humilde alumna suya, que gracias a las primeras oportunidades que usted me brindó hace unos años, en aquellos programas que organizó tan excelentemente, pude expresarme, ¿se acuerda cuantas faltas de ortografía tenía?, ¡ya tengo algunas menos! Para terminar y como le decía anteriormente, igual que si fuesen las cinco de la tarde y me encontrara en el centro del coso taurino y usted en la tribuna, le lanzo mi montera (relato) y se lo brindo. Mi esperanza es que esté usted rondando por estas páginas (sería una gran casualidad, pero a veces la vida se compone de grandes casualidades, o "causalidades", incluso provocadas) y sin más dilación, le brindo este toro y espero pueda recoger esta montera (relato) que le lanzo. Ah, los pitones de este toro, son suaves como la seda y van cargados de agradecimientos:
¡“VA POR USTED”!

DE NUEVO EN CASA

Vuelve al pueblo de su niñez. Las calles son las mismas, pero algo ha cambiado. ¿Es el asfalto, la decoración de las fachadas que es más moderna, o es su propia persona? No sabría decir qué, pero algo se percibe distinto, hasta el sol del atardecer que se cuela por las estrechas calles parece haber cambiado. Si, su corazón es más viejo y un poquito más triste, por lo tanto, seguro que su mirada también es distinta. Está llegando a la casa que le vio crecer y se busca una llave de hierro forjado, que guardó en el bolsillo de la americana. La introduce en la cerradura y el olor que percibe tras empujar la puerta, le golpea la cara dando un salto el corazón en el pecho. Sí, huele del mismo modo que entonces. Hay mucho polvo acumulado pero en el sitio de siempre, sigue la cómoda de seis cajones, la percha con el sombrero negro y el bastón del abuelo, la silla de nogal y encima de ella, un viejo periódico. Lo coge y le sacude el polvo, están sus hojas rubias y descoloridas. Se acerca a la ventana, abre el postigo y la luz que penetra de fuera, se fija justo encima del titular que dice: “Hoy 20 de noviembre de 1975, a las 5,25 horas, ha fallecido el general Franco….”, y en el centro de la noticia narrada, la foto ya descolorida, de un señor con cara de primate triste, que parece es el que está dando la información por televisión. Entra en la cocina y deja el periódico sobre la mesa que hay en el centro. El florero aún tiene restos de unas flores que debieron ser hermosas en su día y el cristal, delata el agua seca que sin duda retuvo. La taza de café sigue dentro de la fregadera de loza, esperando que unas manos quiten los pozos resecos y la devuelvan a la vitrina donde se encuentra el resto de la porcelana de la abuela. Todo parece que esté detenido en aquel frío día de noviembre. Decide salir de nuevo al pasillo y empuja la puerta del salón. Huele a polvo viejo, pero aún así y después del tiempo transcurrido, se nota el perfume de la abuela. Descorre la enorme cortina de cretona y abre el postigo derecho. Al volver sobre sus pasos, se paraliza al encontrar algo familiar. Sobre la mesa, está el libro abierto por la página 325. ¡Qué cotidiano es aquel libro y la ilustración de aquella página! Si, es la reproducción de la “Mona Lisa de Leonardo da Vinci”. Era el recuerdo constante que la abuela tenía de su querido esposo. Siempre que le echaba de menos lo abría, lo miraba y decía: “A los pies de este cuadro, allá en el museo, el abuelo me dijo que quería que fuera la madre de sus hijos. ¡Cómo lo añoro, y añoro su buen humor y su sonrisa!" Debió quedar allí encima, el día que tía Lola la encontró casi desfallecida. La llevaron inmediatamente al hospital y desde entonces, no quisieron volver más a casa. 

Le habían enviado la llave a la residencia de estudiantes, porque estaban seguros que él volvería algún día. Si, había tenido tantos momentos dulces entre aquellas paredes. Los primos, los tíos, las vacaciones, las navidades, las escapadas de la residencia para visitar a los abuelos y de paso, ver de nuevo a la tía Lola. Sonríe cuando la recuerda. ¡Cómo llegó a enamorarse de ella! Era preciosa. Había llegado a ser su musa y su inspiración mientras terminaba los estudios, a ser todo para él hasta aquel día que le llegó la carta de mamá, en la que le anunciaba la triste noticia de su fallecimiento: “Hijo - le decía -, había salido a pasear a caballo, con su novio de toda la vida. El potro se desbocó y la dejó tirada al borde de un precipicio. No pudo hacer nada y se despeñó”. Eso había dicho él y todos lo aceptaron. Nunca le había gustado aquel novio y cuando lo encontró en los grandes almacenes de la ciudad, sus miradas se cruzaron y no se la sostuvo. Él siempre intuyó que aquel hombre no supo querer a su amor imposible. Y hoy ha vuelto. Hoy encuentra olores, libros, recuerdos y hasta si se queda quieto, le parece percibir los pasos pausados del abuelo. ¡Cómo se quisieron y cuantos paseos por las alamedas, la rivera, cuántas vivencias y cuantos días felices! Hoy, decide desempolvar todos los recuerdos, sacudir cortinas y alfombras. Ha decidido montar su oficina en la casa de su niñez. Se siente seguro entre estas viejas y familiares paredes. Intuye que todo le va a ir bien en el pueblo que le vio crecer y sabe que a su esposa, no le disgusta compartir su vida en el sitio que le hizo a él tan feliz. Se dirige al despacho del abuelo. Allí siguen los muebles de nogal. La librería repleta de libros donde el comenzó a amar al Quijote, a emocionarse con Neruda o Miguel Hernández, a conocer las aventuras con Julio Verne y…. ¡Madre de Dios!, todavía siguen en el estante que el abuelo le cedió, sus cuentos de aventuras, de “Mortadelo y Filemón”, “El Capitán Trueno” y “El Jabato” y como no, “Los siete”, “Pipi Calzas-largas” y tantos otros. Los acaricia y se siente el niño de siete, diez y doce años. Allí mismo, seguirá colocando los libros que le compre a su pequeño. Allí, seguirá colocando sobre tantos y tantos recuerdos, vivencias nuevas, experiencias, ilusiones y como no, un día tras otro, con el anhelo de que todo sea, la vida que tanto ha deseado en los últimos años. Y al mirar la enorme foto que hay sobre la gran chimenea, nota una dulce caricia en su mejilla y una ráfaga de viento cálido. No sabe como, pero de sus labios salen unas palabras que apenas podría escuchar alguien de estar allí: “Gracias abuelo, gracias por todo tu cariño, tus enseñanzas y por ser quién fuiste. No te preocupes, todo irá bien y se, que podrás disfrutar de todo lo que aquí siga ocurriendo, da muchos besos a la abuela y cuídanos”.

nani, agosto 2007.

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¡CREES EN LOS DIRIGENTES?

Con el grandísimo atrevimiento por mi parte:
¿Crees en los dirigentes?
¡No hijo, no!
no creo en ocasiones,
ni en mí,
ni en mi gato,
ni en el hijo de la portera,
que me roba a ratos,
y como te decía,
en lo dirigentes,
que solo hablan y hablan,
y cuando deben solucionar un conflicto,
sacan la lengua viperina,
y disparan hasta que muera de aburrimiento,
el mismísimo gato.
¡Qué no hijo, que no!
¡Qué me voy a comprar al mercado!

Como diría la mismísima Gloria Fuertes (creo), y digo yo en su homenaje.


Nani. Agosto 2008.

Safe Creative #1103028619519Nani. Agosto 2008.