miércoles, 26 de julio de 2023

SE TRATA DE VOCACIÓN

 


CINCO PALABRAS DE JULIA OTERO

El pasado 7 de junio, la prestigiosa periodista dio sus cinco palabras durante la entrevista que realizó a nuestra Presidenta, Mar Olayo, en su programa JELO, Onda Cero. 

Sororidad, solidaridad, paparrucha, fruslería y radio.


Trabajé en varias ocasiones con mujeres, aunque no sabíamos de sororidad, todas nos pisábamos para llegar antes.

Así nos lo explicaron en los cursos de formación. ¡La que llega primero será la mejor!, ─nos dijeron.

Cuando terminamos, preferí no ocupar un lugar sino llegar, y apostar por la solidaridad. Mucha paparrucha hubo en las palabras de aquellos monitores que, a la hora de la verdad mostraron fruslería, discursos vacíos para rellenar contenidos, pero que no me llevaban a ningún lugar.

Mi objetivo era ganarme el pan en la radio, en la redacción o en los teletipos. ¡Soy profesional!

 

Nani, julio 2023

domingo, 23 de julio de 2023

CAMPIN

 


Foto subida de la red

Tenía siete años cuando fuimos al campin de Las Muñecas. Le llamaban así, porque una de las actividades que se hicieron en sus comienzos allá por los años 60, era hacer una pasarela de niñas muy monas, acompañadas de sus hermanos y primos, todos muy bien arregladitos tal que si fueran muñecas y muñecos.

Cuando estuve como he dicho con esos siete añitos y con mi familia, conocimos a una familia que acampó a nuestro lado. Fuimos inseparables en los 10 días que allí convivimos.

Ellos eran cinco. Los padres, dos chicas y un chico por cierto, un añito mayor que yo.

Nosotros éramos tres, mis padres y yo, aunque para finales de año, mi familia aumentaría, ya que mami estaba embarazada. Ella decía que “embarazadísima”.

Por entonces acudimos a pasar aquellos días, con una tienda de campaña y lo imprescindible, que papá colocó en su antiguo Seat 127 y todo lo necesario para sobrevivir. Recuerdo que la olla exprés la llevaba a mis pies, así como un hornillo campin gas dentro de su caja, que cuando por la noche ya no se utilizaba para cocinar, sino que cenábamos bocadillos de mortadela o de salchichón de la matanza de la abuela, se usaba como iluminación, cambiando la parte que servía para cocinar por el de iluminar, ya que ambos se acoplaban a una pequeña bombona de gas. El colchón era una plancha de espuma, que enrollada papá llevó bien sujeta en la baca de aquel querido 127.

Todo iba bien empaquetado y no quedaba un solo resquicio en el coche que no estuviera ocupado.

Comprábamos trozos de hielo para refrescar la bebida y el agua, en las neveras portátil y algún día, caía un corte de helado que nos sabía a gloria.

Después todo cambió. Ya no se podía viajar de aquella guisa, además de ser una temeridad, impensable habiendo aumentado la familia. No fue un hermanito lo que llegó, sino además una hermanita que no detectaron los médicos. Andábamos todavía en los años 70 y no había ultrasonidos ni nada parecido, en el consultorio del pueblo.

Hoy sería impensable viajar de esa manera. A mi hija no se me hubiera ocurriría meterla entre tanta caja como fui yo en aquella ocasión.

Así que, a partir de aquellas fechas, el verano lo pasábamos metidos en el barreño de agua soleada en el patio y durmiendo en colchones tirados por el suelo y que compartíamos con los primos en la casa de la aldea, dónde vivían los abuelos. Jugábamos en la plazoleta del ayuntamiento que compartían todos los niños de allí con los que llegábamos. Merendábamos pan con aceite y azúcar y no recuerdo veranos más bonitos y más refrescantes. Cuando volvíamos, mamá nos lavaba con agua que había puesto al sol, para después de la cena ir a contar historias a casa de los abuelos de los amigos y volver a veces cogidos de la mano y muertos de miedo, pero felices como nunca he visto a mis hijos o los hijos de mis amigos hoy en día.

Nuestras manos servían para coger la pelota, agarrarnos cuando jugábamos a la pilla pilla o como ya he dicho, cuando volvíamos a casa muertos de miedo y cogidos de la mano. Hoy todos piden una pantalla y me da pena, porque creo que la niñez y la juventud, se les escurre entre los dedos, como el humo de una chimenea y esas manos están perdiendo el contacto de la piel, por otro más frío a pesar del calor del verano. Claro que aquellas fueron mis experiencias, cuando pase un tiempo tendrán que hablar los chicos de ahora.

Y bueno, no he dicho que seguimos teniendo contacto con aquella familia que conocimos en el campin. Aquel chico, es hoy el padre de mis hijos y mi compañero de vida.

#historiasdeverano


Nani, julio 2023

viernes, 21 de julio de 2023

ESPEJISMOS

 

 


Foto de Carl Warner "Valle de la mujer tumbada"

 

En el desierto con sed y cansancio, todo se convierte en dunas imposibles de sobrepasar.





Nani. Julio 2023

lunes, 17 de julio de 2023

HURTOS IMPERDONABLES

 


Imagen subida de la red

Está sentada en el tranco de casa. Da de comer a la muñeca que le ha tejido la abuela y mientras, mira como juegan sus hermanos y otros niños al futbol, con una pelota que se han confeccionado con trapos del vertedero. Las porterías son quicios de puertas de algún derrumbe. De pronto, se vuelven a escuchar los zumbidos que los ponen a todos en alerta para salir disparados, hasta lugares que creen son más seguros. La niña se ovilla junto a su muñeca en el hueco de la escalera y allí permanece hasta que deja de escuchar silbidos y derrumbes. Cuando se incorpora no sabe si es noche o día, solo ve polvo y humo. Intenta llamar a sus hermanos pero no hace falta. Allí a sus pies están cubiertos de sangre junto a otros tantos niños. Besa su muñeca y se la coloca a uno de sus hermanos entre las manos, mientras dije: “No os preocupéis, ella os va a cuidar a donde os lleven, ya le diré a la abuela si sigue en casa, que me haga otra. Lo peor va a ser decirle que ya no necesitáis a ir a cenar”.

 

Nani. Julio 2023

miércoles, 12 de julio de 2023

DE TURISMO POR SEVILLA

 


Imagen subida de  la red

Nadie saluda a los fantasmas, así como así, ─nos dijo la guía. Cuando en invierno subo a cambiarme y ya es de noche, voy por las escaleras cantando, por si acaso y por si sirve de algo. Al menos, mi voz me acompaña y me siento menos sola. No me gustaría tropezarme con su compañía. Si me sale Sor Úrsula vestida con sus antiguos hábitos de monja huraña, como decían era y su manojo de llaves en una mano y el candil en la otra, puede que la que se convierta en fantasma sea yo.

Todos escuchábamos a la guía con una sonrisa y con cierta curiosidad. Era muy simpática y nos mostró el antiguo hospital de las Cinco Llagas, con una maestría y soltura, que mejor no se podía hacer.

Pero cuando uno de los visitantes preguntó por el fantasma, acostumbrada a esa pregunta, fue dejando caer sus propias inquietudes, con la misma soltura que nos fue enseñando el salón de plenos, la espléndida biblioteca del parlamento, que contiene 50.000 ejemplares especializados en temas de derecho, ciencias sociales y políticas e historia, pero a la que no pudimos acceder, sino verla desde su gran cristalera, o las bóvedas que un día acogieron a los muchos enfermos, sobre todo mujeres de la calle y pobres, que en aquel recinto fueron acogidos para que pasaran sus últimos días, acompañadas y protegidas.

Los más aprensivos, no se atrevían a ir al baño, solos. No creían en fantasmas, ─dijeron─, pero por si acaso, ¡mejor ir acompañados!

Y bueno, una vez más, la historia, los bulos y las fantasías fueron las que rellenaron una nueva página, de esos edificios emblemáticos de siglos pasados que hablan por sí solos en cuanto a belleza, historia y muchas vivencias que quedaron atrapadas en las enormes paredes, piedras, bóvedas, pinturas y todo lo que conforma un edificio lleno de vidas pasadas, construido en 1546 como es el caso y que aún sigue mostrando el motivo de su existencia. Las paredes hablan y no podemos negarnos a la evidencia. ¡O no!

¿Tú que crees?, ─mi dijo mi compañera de asiento, cuando volvíamos del viaje.

 

Nani, julio 2023

viernes, 7 de julio de 2023

LO QUE ME ENCUENTRO ASÍ A LO TONTO

 

 


Imagen subida de la red

Estando comprando en un supermercado de la zona, me he encontrado de sopetón con un inocente niño, que lloraba y pataleaba porque quería que le compraran sus padres un fusil como el que había en una estantería cargada de objetos bélicos, pero enfocados al mundo infantil y sus juegos.

No me quedó más remedio que observar cómo se iba a gestionar el problema.

─ ¡No son objetos adecuados para los niños, aunque estén en la sección de juguetes!, ─dijo el padre.

─ ¿Entonces por qué razón están ahí? Si voy a la guerra tendré que aprender a usar un fusil ─contestó el niño.

─Simplemente, porque se hacen cosas sin pensar o para encaminar a ciertas actitudes bélicas ─contestó el padre─, pero ni tienes edad, ni porqué ir a la guerra.

─ ¡En los juegos, los niños disparan!

─Cuando seas mayor y hayas aprendido lo necesario para defenderte por ti mismo, entonces decidirás si debes ser militar o soldado, que son las personas que normalmente van a la guerra, pero para ello, deben prepararse y decidir si quieren hacer ese trabajo o no.  Pero como personas responsables y se supone humanas, no debemos querer utilizar armas bélicas para usarlas contra otras personas. Para empezar, no deberían existir las guerras y por lo tanto, tampoco el armamento, como estos que ves aquí. Los niños no debéis jugar a las guerras, ya que eso es algo muy serio y los juegos son otra cosa.

El niño callaba desde hacía un ratito y miraba a su padre, que volvió a tomar la palabra:

─En las guerras, unas personas aniquilan a otras, ¿sabes que quiere decir eso? Tú ya eres una personita grande, o eso me dices a veces, ¿no? Pues ahora le pregunto a esa personita grande que tengo delante ¿Te gustaría que matasen a tu hermano, a mamá o a mí?

El niño empezó a abrir los ojos tanto y comenzaron a correrle tales lagrimones, qué más parecía su carita una fuente pequeñita de tan mojada como estaba, dándome ganas de acercarme y abrazarlo. Pero no lo haría, ya que estaba su padre encargado de hacerlo entender y yo, solo era un espectador.

─No papi, no quiero que os mate nadie.

─ ¿Entonces que motivo te impulsa a ti a matar a nadie? ¿Crees que a quienes se matan, no tienen hijos, esposa o mamá, o como en los juegos esos que dices, más tarde salen sin que pase nada o ya no los nombran más? La vida de las personas no es un juego, sino otra cosa.

─Papi, ¿entonces por qué hay juegos de matar, que parecen reales? Cuando vamos a casa de los primos, ellos tienen y todos gritamos: ¡Mátalo, destrózalo! ¿Por qué ellos los tienen y jugamos a las guerras?

─Hijo, las personas mayores hacemos cosas muy raras y equivocadas, pero por eso mismo, no queremos tu madre y yo, que vosotros tengáis de esas cosas que os hacen violentos y mal educados, sin ni siquiera, ser vosotros conscientes de ello. Tampoco queremos que tangáis deseos de matar, ya que lo importante en la vida es la generosidad, el amor y eso es todo lo contrario a la violencia de esos juegos. Preferiría que cuando estéis con los primos, no os suméis a esas cosas y si os aburrís, os quedáis en casa jugando como siempre hacéis, sin necesidad de ser tan agresivos. ¿Has entendido lo que te quiero decir?

─Sí papi. Creo que casi no me gustan tanto y me ponen nervioso y enfadado. No me gusta aprender a dar patadas como dice el Pincho, en el cole. Prefiero ayudar a mami a hacer la lasaña, que dar tiros y ponerme casi verde de enfado. Lo siento papi, ya no quiero esa cosa que mata, aunque esté en la sesión infantil. ¡Es verdad que hay cosas muy raras en algunos sitios, prefiero jugar con mi hermano y no hacer cosas que hacen llorar a mis amigos y sus papás!

Cuando he terminado la compra, he salido pensando. Cuando llegué me enfadó ver tanto personal comprando y apurados por el tiempo y la prisa. Ahora sé que hay papás que le dedican un ratito a sus hijos y los educan para que sean personas. A mí también me ha enseñado, que no siempre son las cosas como parecen y que incluso, tengo que aprender a no enfadarme cuando no consigo lo que quiero y de inmediato.

 

Nani, julio 2023

martes, 4 de julio de 2023

CON OTRA COSA

 



LAS PALABRAS DE EMMA OZORES

Las palabras que Emma Ozores nos dio durante el coloquio son las siguientes: 

Talento, visibilidad, amor, cercanía, y éxito.


Talento, talento no es que tuviera. Simpatía sí, ¡a raudales!, que suplía aquello que siempre dijeron le faltaba. Su visibilidad era tan notoria y el amor que repartía a diestro y siniestro tan grande, que se ganó las envidias de los que carecían no solo de talento, amor y todo lo que el ser humano debe tener, sino de la inteligencia para aceptar que cada cual tiene su carisma, solo que a veces no se tolera.

Aunque no le importaba, sino la cercanía de los suyos y los que iban llegando. El éxito lo dejaba para aquellos otros.


CRECIENDO

No era solo talento lo que se fomentaba en aquel instituto. Los jóvenes que allí acudían a instruirse, bien para aprender a ser adultos o para poder acceder a una formación universitaria, eran animados dando visibilidad a sus valores académicos y humanos, incentivando y aconsejando que ramas escoger, según habilidades personales; siempre con el amor que comparte el profesor de verdad, con cercanía para que no haya rechazo o se cohíba el alumno, ya que el éxito de un adolescente, depende mucho de lo que vive en su entorno y enseñanzas que recibe.




https://fundacioncincopalabras.org/


Nani. Julio 2023

sábado, 1 de julio de 2023

LA CASA HECHIZADA

 


Imagen subida de la red


Aquella casa que decían estaba embrujada, era de los señores del pueblo.

Todos los niños deseábamos entrar a verla. De boca en boca, o de boca en oreja (como parece es más correcto) se corría el bulo o la certeza de que no le faltaba de nada, ni siquiera misterio.

Cuando pasábamos para ir de vuelta del colegio, los chicos más osados se atrevían a saltar la verja y mirar por los ventanales. Husmear en el cobertizo y hasta en la cochera, pero nunca encontraron nada raro, ni brujas, hombres lobo o niños monstruo.

Tan solo Pedrito que era muy atrevido, un día se tropezó con la anciana que habitaba la casona. Ella le amenazó con denunciarlo a la policía, si volvía a saltar. Aunque ahora que ya soy mayor, creo que lo hizo para que no volviera a repetir el salto, ya que era peligroso e incluso en una ocasión se dislocó una mano.

Cuando paso y veo las enredaderas y las hiedras que tapan fachada, ventanas y casi todo el edificio, dándole un aspecto tenebroso, frio y aterrador, sigo con el mismo deseo de adentrarme y averiguar si de verdad hay algo extraño en la casona.

Me contaron mis padres cuando estaba estudiando en la ciudad y volví en unas vacaciones, que encontraron en el jardín casi desfallecida, a la anciana del lugar y que días después falleció en el hospital, tan sola como había vivido siempre. Su abogado y servicio, cerraron pasados unos días la casona y ahí sigue tal cual, solo que, con más misterio, más tenebrosa por la dejadez y bastante más atractiva para mí, que he sido siempre curiosa por naturaleza.

Un día de los que hacía mi ruta matutina en bicicleta y me dirigía al gimnasio, al pasar delante de la casa de mis desvelos, vi como la puerta de la verja estaba abierta y me invitaba a pasar.

Dejé la bicicleta apoyada en los hierros y me adentré como poseída por algo que me impulsaba, sabiendo que estaba profanando una vivienda que no era mía, ni había sido invitada a adentrarme primero en el jardín, más tarde y con cierto temor, empujé la puerta de entrada que también cedió a mi requerimiento.

El recibidor estaba polvoriento y olía a rancio. Me paré para ver por donde seguía husmeando y decidí adentrarme en la salita de la derecha. Era muy coqueta y acogedora, a pesar del polvo que cubría muebles y mesita. Sobre ella, había un libro que recordé haber leído de jovencita. Se trataba de una edición de Tom Sawye, muy antigua pensé al observar la portada, con letras plateadas incrustadas en el lomo. Tenía un marcapáginas marcando la página nº 15. Estaba dibujado a mano con una dedicatoria que decía: “A mamá la más bella de las bellas y las más dulce de todas”.

Al observar estos detalles, la inquietud que tenía al principio se fue disipando. Cerca del libro, había también una tacita de té posado en un platito a juego, con motivos florales, rosas y azules y dentro de la tacita, una cucharita debía de ser de plata, porque estaba ennegrecida por el paso del tiempo.

Todo en aquella habitación, parecía detenido en el tiempo.

De pronto me estremeció un ruido, que no fue ni más ni menos que el cierre de una puerta ocasionado por la corriente de aire, con el consiguiente sobresalto que me erizó el vello.

Miré a todos lados porque el impacto me inquietó, pero pronto me aseguré que por mi descuido y haber dejado la puerta abierta, estas cobraban vida propia.

Salí otra vez al recibidor y pude comprobar efectivamente, que la puerta se había cerrado y no le di la menor importancia.

Como estaba en la casa que siempre me había fascinado, decidí subir las escalitas de mármol blanco y haciendo los ademanes de una gran señora ataviada con miriñaque, comencé el ascenso sin importarme que estaba allanando una propiedad ajena.

El primer rellano se dividía en habitaciones a derecha e izquierda. Me encaminé hacia la izquierda. Una puerta estaba entornada llamándome la atención. La empujé y pude observar que era un dormitorio de chica, ya que había muñecas, decoración muy femenina y sobre el tocador, espejitos, peines, cepillos de pelo y cajitas de música. La cama estaba cubierta por un edredón a juego con las cortinas y sobre dicho edredón, una caja con cartas y un cuaderno, dando todo ello la impresión de haberlo dejado allí por un descuido o un momento de apresurada prisa. Pienso que el libro de la salita bien pudo ser de la chica que habitó esa habitación.

Una vez se escuchó que los señores perdieron una hija jovencita. Había ido a recoger fresas, pero la encontraron ahogada en el rio.

En ese instante comprendí la soledad de los habitantes y el descuido de la casona que los acompañó hasta el final. Pero no encontré nada de casa embrujada o extraña. Soledad y amor desgarrado, nada más y nada menos era lo que allí se respiraba.

Me di la vuelta, sabiendo que ya no debía escudriñar más sobre los habitantes que residieron en la casona.

Emprendí la bajada y me pareció ver como una sombra iba de un dormitorio a otro. No me afectó en absoluto, sino que consideré que me estaban despidiendo y bajé con tranquilidad, deseando que todos en el lugar que se hallen, tengan la paz que no consiguieron en los días que allí vivieron.

 

Os animo a pasar por la página de la Fundación Five Words, que tras haber sido durante 10 años La Asociación Cinco Palabras, desde hoy ha pasado a ser fundación.

Además a todos los que por aquí andamos que somos forofos de las letras, os puede interesar el "I Concurso de Microrrelatos Cinco Palabras 2023-2024.



https://fundacioncincopalabras.org/concurso-literario/

Nani. Julio 2023