lunes, 9 de febrero de 2015

MALDITA GRACIA





Le faltarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar la barra del trapecio, comunica el siempre meticuloso instructor al metódico padre.

¡Y mucho es lo conseguido, maldita la gracia que me hacen esos balanceos allá arriba, si tengo vértigo y me da grima ir con estos calzones ajustados marcando formas! Papá puede ser el mejor que ha paseado circos y teatros, pero  he salido a mamá y solo quiero escribir poemas y declararle mi amor al chico que limpia los cristales de la oficina. No subiré más, allá los poemas se emborronan.



HOY URGE MÁS

Le faltarán, al menos, un par de centímetros para alcanzar la barra del trapecio y caerá una vez más a la red protectora. Tendrá que poner más empeño si quiere conseguir la barra; aunque está convencida que lo suyo no es volar, sino agarrarse con fuerza al suelo y empaparse del día a día, de los problemas que tienen sus compañeros e intentar construir un mundo más coherente y responsable. El trapecio y el patinaje son  hobbies y si no se hacen hoy, igual se retoman mañana.

Nani. Febrero 2015

lunes, 2 de febrero de 2015

ANUNCIOS POR PALABRAS (12)






No creo que pueda pedirse mucho más para ser un lunes por la tarde, además de agradecer al programa poder anunciar de nuevo, que por la zona de “Callejón del Mudo, esquina Calle Yedra”; se ha extraviado una pulsera de corazones incrustados y cada uno de un color. Corresponden a cada uno de los hijos que tuvimos. Ellos ya se independizaron pero esos corazones son los que la mantienen activa y consiguen que su ancianidad no avance tanto. Suele pasarse el día relacionando color con nombre y últimamente está como perdida y busca corazones sin parar de llorar. 



PLATO ESTRELLA



No creo que pueda pedirse mucho más para ser un lunes por la tarde. Se han servido todos los menús e incluso, faltó el plato estrella al llegar las dos treinta con el consecuente enfado de los comensales de la nueve. Hemos recogido la cocina, la zona de mesas del restaurante y la barra ha quedado pulcra y reluciente. Ahora nos queda meditar si debemos aumentar el personal de cocina para que no falte secretaria de pollo; o bien, dejar a nuestra clientela con la miel en los labios y terminar con la ilusión de que mañana será otro día.

Nani. Febrero 2014