jueves, 28 de agosto de 2008

Día de recolección (Hemos hecho el Agosto)



He llegado a la huerta,

para mirar los frutos,

que me ofrece la tierra.

Están maduras las estrofas,

los versos.

y por lo tanto,

los poemas.

El riego fue perfecto,

el día de la tormenta.

Crecieron versos como tomates,

y poemas como sabrosas fresas.

Aunque hubiese algún viento maligno,

que perjudicó a las frases bellas.

A los relatos se los llevó la riada,

y los románticos sonetos,

se fueron tras de ella.

Hubo rimas y romances,

que se fijaron a las piedras.

De todas formas,

al final salió el arco iris

y feliz hizo,

a la pequeña cosecha.


Estoy un poco abrumada y muy agradecida a tod@s vosotr@s.

Me estáis mimando mucho y hoy vuelvo a agradeceros ese cariño mostrado cuando me regaláis vuestros trofeos.

Como os dije la vez anterior, sigo con mi norma y estos dos os los entrego a todos vosotros y vosotras, mis enlaces. ¡Por favor, que no os dé apuro cogerlo, para mí todos sois merecedores de ellos!

Besicos muchos.



Agradezco a Verdial "Verde Oscuro" el premio Blog de Oro. Gracias preciosa, es un honor recibirlo de tus manos.



Agradezco a Lucía este "Premio amigas blogueras". La mano que simboliza la amistad. En este caso es recíproca.






Nani. Agosto 2008

jueves, 21 de agosto de 2008

Una dama en la noche



En las noches de verano le gustaba desvestirse tras la cortina y con la luz de la mesita encendida.

Ella sabía que en el bloque de enfrente siempre había chicos jóvenes que compartían vivienda. Estudiantes, camareros y empleados de los chiringuitos playeros, que se esfumarían con los primeros días de octubre o quizá antes, para presentarse a los exámenes de septiembre o comenzar el nuevo curso.

Por esa misma razón no se privaba de esa pequeña provocación. Por esa misma razón todas las noches encendía la pequeña luz de la mesita y frente al balcón, posaba una pierna encima de la cama y con todo el ritual acostumbrado, se subía la falda y se bajaba el liguero con media incluida. Con el mismo ritual, volvía a repetir la operación con la otra pierna hasta quedar el pie desnudo y acto seguido, dejaba caer el vestido después de bajarse la cremallera de espaldas al edificio de enfrente quedando la mujer en body negro de encajes insinuando una silueta bien formada aunque ya no cumpliría los 39.

Pasados esos instantes, salía de la habitación un momento y volvía a entrar con un helado al que lamía sentada a los pies de la cama (quedando de perfil al público de enfrente), y disfrutando con mucha parsimonia lo que de su boca entraba y salía. Cuando acababa con el manjar volvía a ponerse en pie, apagaba la luz y unos instantes después, volvía a verse la dama embutida en una bata de seda blanca, se acercaba al balcón, descorría la cortina y bajaba la persiana con una sonrisa dirigida al respetable de enfrente.

Los chicos quedaban una noche más, con cara de bobos y desilusionados porque de nuevo había ganado la apuesta el más antiguo en la vivienda.

Todos creían que alguna noche, la dama se dejaría ver alguna cosita más por muy efímera que fuera.

Pero la dama de enfrente se sabía demasiado bien el papel a interpretar. Una noche más se terminaba la función con la caída del telón en el mismo punto y a la misma hora aproximadamente.

A la noche siguiente, el público alertó a la casera, la tenue luz no se encendió.


Nani. Agosto 2008.



Muchas gracias Mirian por este premio "Joyas para el alma". De seguir así voy a tener que pedir una estanteria nueva, ¿se ofrece un voluntari@ a hacerme una?. Me pides que lo entregue a cinco personas. Los que me leiis sabeis que no suelo hacerlo porque todos os lo mereceis y lo seguire haciendo, pero en esta ocasión voy cambiar mi norma, porque siempre que digo que es para todos os da apuro retirarlo, así que las joyitas son, (la próxima vez si me concedeis algo y desde aquí amenazo, es para todos como siempre:


lunes, 18 de agosto de 2008

Todos los días aprendemos algo



¿Es casualidad, la vida, el destino o Dios quién nos pone en nuestro sitio?

Después de tanto tiempo y hoy en tu funeral, recupero tantos y tantos recuerdos dormidos. Tantas y tantas lágrimas compartidas. Las tuyas por distintos motivos a las mías, pero al fin y a la postre, recuerdos y lágrimas que a las dos nos hacían daño y que compartíamos mientras ejecutábamos nuestra tarea. Tú recordabas a ese hombre que se fue sin decir adiós, para compartir su vida con alguien que le iba a proporcionar una vida más cómoda económicamente, y siempre terminabas con la frase siguiente: "¡Tienes una mujer que le jiede el aliento y has tenio dos hijos tan feos como tú, es lo que te mereces y ojalá ardas en los infiernos!"... y seguías llorando. ¡Nunca dejaste de llorar! Sólo te consoló el cariño de tus sobrinos y de su padre, porque siempre decías que tu hermana era una bruja. Como llorabas aquel día que llegaste a casa, toda morada. Tenías morados en los brazos, en las piernas, en la barriga, en la espalda, la cara era la de un Cristo, los ojos se salían de las órbitas de tanto llorar y de tanto dolor acumulado. ¡Cómo me impresionó aquel día tu cuerpo! Sí, tú llorabas por todo esto y por tu enorme soledad. Por aquel trabajo que necesitabas para comer, pero que no te permitía vivir dignamente, porque tus ahorros los cediste en casa de tu hermana, para hacer las reformas a la vivienda que compartíais y para poder pagar aquel seguro, que te solucionaría la paga de la vejez, esa vejez tuya llena de más dolor físico y no físico (que seguía incrustado en tu piel). Al final, hubo más dolor porque el sobrino al que adorabas, en uno de aquellos viajes le detuvo el destino y ya no volvió. Y te llevaron a la residencia, porque según me contaste aquel día frente al escaparate, te daban depresiones y seguías llorando y estoy segura que has llorado hasta el día de hoy en tu funeral, porque decían que estabas en coma estos últimos meses, pero yo creo que has querido dormir profundamente y meditar antes de volver con aquella madre de pelo blanco, dulce y primorosa, y con aquel hermano tuyo al que querías hasta lo indecible e incluso, creo que hasta has querido volver con mi madre, ella y tú teníais mucha complicidad, ¡cómo no la ibais a tener, si vuestras vidas fueron tan parecidas! Y hoy, he vuelto a llorar junto a ti, ya sin lágrimas porque debes saber, que yo ya no lloro con lágrimas como entonces, sino para dentro para no molestar al personal, porque además, hay lágrimas que no se entienden y es mejor derramarlas hacía dentro. Y debes saber que he estado muy pegada a ti, tú sabes que casi nos hemos cogido de la mano. Y he estado tranquila porque sabía que tú también lo estabas. Y he olido otra vez tu llanto, pero esta vez sereno y sosegado (aunque tu llanto siempre fue muy silencioso, mojado pero muy silencioso), y se que nunca has tenido en cuenta que no fuera a verte, ya sabes que las brujas siempre me dieron mucho miedo y fue superior a mí verla por la calle, tan altanera y orgullosa. Y fue superior a mí, decirle adiós por la calle o preguntarle por ti, porque veía tus morados, esos que ella te ocasionó y me dolían, me dolían mucho. Y hoy, cuando ya te llevaban, yo no quería acercarme porque seguían doliéndome, pero he ahí el destino. La bruja se ha dejado el abanico en el banco y como yo estaba allí, otra persona supuso que era parte de tu gente y me lo ha dado, y he tendido que llevárselo a la bruja e incluso darle un beso, ese beso que yo no quería. Y me ha dicho que has sufrido mucho, y le he contestado que ya lo sabía, y es que lo he sabido siempre. ¡Tú has sido otra de las personas, que en esta vida han sufrido mucho! Y yo, además, he tenido que besar a la bruja. ¡Y el destino, la vida o Dios, es el que nos pone a todos en nuestro lugar, nos guste, o no!

Hoy he querido recordarme a mí misma, que de nada sirve escabullirse.



Nani. Agosto 2008.


Tego que dar las gracias a LA GATA ROMA, por concederme el premio "Cadena". Muchísimas gracias niña. Ya mismo voy a tener que encargar una nueva vitrina, porque vosotr@s tod@s me la tenéis que se viene abajo. Si pudiera sonreír la vitrina como yo, tendría una sonsrisa de oreja a oreja, (que yo si la tengo).
Muchas gracias de nuevo

miércoles, 13 de agosto de 2008

Los Dioses Menores, en concierto


Ayer vino mi hijo todo entusiasmado con dos entradas para el concierto de música clásica formado por un grupo de nueve saxofonista “Ensemble saxofonista SQUILLANTE”, al que me invitaba. Así que hoy a las 22 horas estábamos los dos sentados en nuestros asientos de palcos (ya que cuando fue a sacar las entradas, las butacas estaban agotadas) y aplaudiendo la presentación. El programa incluía lo siguiente:

“Suite Holdberg” de E. Greig.

“Fantasia” de H. Villa-Lobos.

“Concerto Grosso nº 8” de A. Corelli.

“Tocata y Fuga” de J. S. Bach.

La Boda de Luís Alonso” de G. Gimenez.

La presentación ha corrido a cargo de uno de los nueve elegantes jóvenes (el que de todos ellos hablaba castellano), instrumentos en manos que según ha explicado, se trataba de saxofón soprano, barítono, alto, tenor y bajo alguno de ellos repetido (de estos instrumentos entiendo muy poquito, ¡con decir que creía que todos los saxofones eran como el que tenía al payaso del circo al que iba de niña y no había más!).

Pero bueno, vayamos a lo que nos interesa. Estoy sentada toda atenta pero con algo de calor. Abro mi bolso para buscar mi abanico y me llevo un susto de mil pares de narices. Tropiezo con algo tibio y tierno. ¡Me ha faltado “el canto de un pelo” para soltar un alarido que hubiera temblado el teatro, el personal, los asistentes al concierto y los músicos, al unísono! Cuando consigo sosegarme un poco y pensando que dentro de mi bolso hay un ratón o algo parecido, sale una carita pequeña de entre el pañuelo y el abanico, con el dedo delante de la boca mandándome callar: ¡Sifffff!, y si no me ha dado un yuyu, seguro que no me da nunca (sé que esto lo he dicho más veces, pero ¿que queréis? ¡Ya debería estar acostumbrada a estos sustos, pero lo que no es normal, no lo es, que carajo! ¡No es normal que de mi bolso y en un concierto, salga un dios menor mandándome callar encima de todo¡ y claro, en este sitio se supone que todo el mundo debe estar atento escuchando y en silencio, así que toda indignada y con mi voz lo más tenue que he sabido hacerlo, le he preguntado que qué demonios hacía dentro de mi bolso y el jodio poniendo esa cara de no haber roto un plato en su vida, me contesta: “Casi nada, ayer escuchamos que os veníais al concierto y a nosotros también nos apetece”





¿Qué os apeteceeee? – aquí el tono de mi voz se eleva un poco y cuando me doy cuenta, miro a derecha y a izquierda-, ¿entonces estáis todos aquí?

Mi hijo que me ve toda sofocada, me hace señas para que le diga que me pasa.

Yo por supuesto no quiero decir nada, ¡era lo que faltaba!

Me levanto y le digo que tengo que ir al servicio. Cojo el bolso y el revoltoso que el otro día se hizo la cresta (¡ya sabéis!), casi se sale. Se escucha un murmullo y es que parece discuten a ver quién sale después. Ya en el pasillo, meto mi cara dentro del bolso, no sin antes asegurarme de que no me ve nadie y empiezo a hacer preguntas incoherentes, porque estoy fuera de mí.

Al que le gusta meterse entre mi pelo, de un salto lo tengo dándome masajes, ¡para masajes está la Nani en este momento!, y le grito ordenando se baje de mi cabeza. Lo hace escalando por mi oreja y cuando llega a esta, me dice muy flojito: “¡no seas mala mama-nani, si solo hemos querido estar en el concierto, no hemos estado nunca en uno, danos permiso, nos estaremos quietecitos y no nos verá nadie, mira yo me meto en el bolsillo de tu camisa, y el resto entre tu pelo, sentados en esos pendientes que tienes tan chulos y en el escote, ya sabes que cuando queremos no estamos muy quietecitos!, y lechugas ¡me convencieron de nuevo!, y haya que vuelvo repleta de dioses menores por tos laos, ¡esto es la leche en tetrabrik! –pienso.

En fin, que de nuevo estos dioses están haciendo de las suyas y la cosa no se quedó ahí. Más o menos se han comportado durante todo el concierto, pero al terminar “La Boda de Luís Alonso” se han puesto a aplaudir y a gritar ¡”Bravo, bravo!” y las personas que había a mi lado me han mirado como si fuera un bicho raro y además habrán creído que tengo voz de pito. Eso es lo que menos me importa, pero no me da tan igual que crean soy una mal educada y que no me sé comportar.

En fin que en esas estamos, la gente aplaudiendo para que los músicos vuelvan a salir al escenario y de paso interpreten otra obra. Salen todo sonrientes y dispuestos a interpretar un pasodoble, “El Gato Montés” y ya el teatro se caía, somos españoles y andaluces, así que los pasodobles son nuestro fuerte (había mucho público de las aldeas que para colmo les chifla y familiares de uno de los concertistas, así que el teatro se venía abajo), pero la odisea no termina ahí. Los dioses menores todo entusiasmados y aplaudiendo se salen de sus escondites y de un salto uno de ellos, pasa de un sitio a otro hasta llegar al lateral más próximo al escenario y lo veo (no sé como las arreglan) metiendo su cabeza en el pabellón del barítono (que susto, creí que se metía para adentro), mientras se tapaba los iodos con las dos manos, estuvo a puntito de desaparecer dentro o fuera por el golpe de sonido y viento que salía al impulso del músico. ¡Menos mal, que todo el mundo estaba pendiente del grupo en general y el músico embebido en las notas que debían salir de sus pulmones, que de lo contrario, se podría haber formado la hecatombe si los descubren!, … y como parece que se dio cuenta del peligro que corría, del enfado que llegaría a coger mama-nani y de lo que podía esperar, se dio media vuelta y volvió por donde había saltado (¡que agilidad puñeta!) y sin más (bueno con carita de borreguito degollado), volvió a meterse entre mi pelo y para cuando terminó el pasodoble, todos estaban aplaudiendo pero de forma que tan solo era yo la que notaba dichos aplausos.

Salimos a los pasillos, comento lo bonito que ha estado todo con los amigos de mi hijo y sus padres que estaban al lado nuestro (un poco rara, por el susto que tengo a que los descubran), paso un momento al servicio y no tengo que decir nada, los ocho dioses se meten en el bolso, salgo (pensarán todos que tengo una incontinencia de las peores) y saludo a todos los conocidos.

Me despido de todos incluido mi hijo que va a ir a tomarse una cervecita y yo me dirijo a la casa, con una larga perorata dada a mi bolso (menos mal que vuelvo en el coche), de lo contrario me hubieran cogido y me llevan a ponerme la camisa de fuerza.

Los dioses menores se han limitado a asomar sus cabecitas y a pedir perdón. Son unos joíos y saben como derretirme, al final los he mandado a dormir a la terraza (ellos encantados, ¡hace más fresquito!) y yo me he puesto a leer un ratito hasta la hora de dormir.

¡A pesar de todo -pienso -, he disfrutado un concierto con gente muy popular en toda Europa!

¡Como veis queridos amigos, estos dioses menores me la hacen si no a la entrada es a la salida! No hay día que no tenga que pelear un poquito con ellos, pero a pesar de todo los quiero, eso os lo digo a vosotros, a ellos no se lo puedo decir porque sé que lo saben y si me ablando, ¡la cosa no tendría arreglo!




Tengo que dar las gracias a Miriam por el premio concedido “PREMIO ALAS DEL ARTE”. Muchísimas gracias guapa. A la vitrina de trofeos va directo.




Nani. Agosto 2008.

sábado, 9 de agosto de 2008

ASIGNATURAS PENDIENTES...

Ando un poco mal de tiempo estos últimos días, por eso os ruego me perdonéis si no paso a comentar. Prometo en unos días ponerme al día, pero como veo que tengo unos regalos que agradecer, lo voy a hacer inmediatamente y además colocar en la repisa dichos regalos que llevan algunos días esperando este momento.


PRIMERO DECIR QUE EL RELATO ANTERIOR ES PRODUCTO DE MI IMAGINACIÓN. ¡OJALÁ COMO COMENTAIS ALGUNOS, FUERA VERDAD!

DE CONTINUARLO COMO ALGUNOS ME HABEIS PEDIDO, EN UN PRINCIPIO NO ESTABA PREVISTO ¡YA SABEIS LOS QUE ME LEEIS QUE ME GUSTAN LOS FINALES “SORPRESA”!, POR ESO AHORA DEPENDE DE LA LUCECITA ESA QUE SE VA ENCENDIENDO EN LA CABECITA, EN FIN, LO CONSULTARÉ CON LA ALMOHADA, PERO ANTES DE NADA, DAROS LAS GRACIAS A TODOS PORQUE ESA LUCECITA SE ENCIENDE CUANDO SABE QUE AL OTRO LADO ESTAIS LEYENDO.

"GRACIAS DE CORAZON"


Y ahora agradecer a CECILIA ALARCON “EL BALCÓN DE CECILIA”, el premio “EL ÁRBOL DE LA VIDA”, como ves lo recojo y lo pongo en la repisa.







A Martha le doy las gracias por el premio "SAFIRO", eres una niña muy cariñosa y te lo agradezco de veras.

COMO SIEMPRE QUIERO DEJAR ESTOS REGALOS A TODOS MIS ENLACES, PERO COMO VEO QUE SOIS MUY TÍMIDOS Y NO ME HACEIS CASO, HOY Y SIN QUE SIRVA DE PRESEDENTE, OS NOMBRO A TODOS Y TANTO UNO COMO OTRO, LOS DEJO PARA QUE LOS RECOJAIS, SIMPLEMENTE PORQUE OS APRECIO Y OS TENGO CARIÑO...

"VA POR TODOS VOSOTROS"

sábado, 2 de agosto de 2008

LA BIBLIOTECA




Todo fue muy inesperado cuando abrió el buzón y encontró una carta con remite del pueblo de sus padres.

No había llegado a conocer a fondo el pueblecito aquel, puesto que sus padres comenzaron a vivir en la ciudad antes incluso de contraer matrimonio. Algunas vacaciones le llevaron, pero a pocas personas conoció profundamente y hoy, con desconcierto recibe noticias de tan lejano y desconocido lugar.

Muy perplejo, abre el sobre y extrae una extensa carta que comienza a leer con curiosidad. Le da una ojeada rápida para ver si le desvela algo, por último se dirige al final para observar la firma y ver si esta le desvela quién le escribe y calma su curiosidad. Hay un garabato ilegible, que no le aclara nada en absoluto, por lo que comprende que mejor será empezar por el principio y leer en su totalidad dicho escrito.

La carta comienza dirigida a él personalmente. En primer lugar se presenta diciendo que es un primo de su padre y que el motivo de dicha carta, es comunicarle que ha heredado de su tío (hermano de su abuelo), toda una biblioteca. No es una biblioteca cualquiera -le dice- , sino un patrimonio de gran valor histórico; por su contenido y por sus características artísticas, encuadernaciones e impresiones, en su mayoría manuales y antiquísimas, pero también libros salidos de las primeras imprentas que se conocen, siendo todos ellos autenticas obras de arte. Hay libros de la época de Carlos V, todos ellos como es natural, escritos e ilustrados a mano, con estilos góticos, barrocos y deslumbrantes, más aún para quienes no los han visto nunca. Entre ellos se encuentra un romancero, escrito sobre vitela, caligrafiado de tipo humanístico, iniciales y capiteles de colores sobre planchas de oro bruñido, con títulos en rojo, esmeradamente manuscrito e iluminado, de estilo renacentista, que muy bien podía atribuirse a la biblioteca del gramático Antonio de Lebrija o de su alumno D. Juan de Zúñiga y Pimentel, pero todo ello está aún incierto ya que hay firmas ilegibles y pendientes de estudios concienzudos y hechos adrede. Algunos fueron catalogados en rápidas sobremesas sin llegar a haberse hecho un estudio somero, -sigue contando- y las obras cobrarían mucho más valor en la época actual, si se terminara de hacer ese interrumpido estudio, puesto que la escritura y la publicación es muy parecida a la de Nebrija y alguna también podría atribuirse a una de las hijas habidas fuera del matrimonio y por lo tanto, poco considerada en la época, en la corte y ambientes donde su padre fue tan considerado. Es una preciosidad, - le sigue contando -, e incalculable su valor artístico y económico.

En general, le va relatando un número extenso de algunas de las piezas más valiosas del tesoro heredado.

Al llegar a este punto, se detiene porque no alcanza a comprender lo insólito del comunicado, la herencia y menos aún, no haber escuchado ni en un solo instante a su padre nombrar el tesoro acumulado por la familia, aunque haciendo memoria, si escuchó en alguna ocasión decir, que en todas las familias había injusticias y herencias que pertenecían a quienes no debían poséelas, pero claro, como iba a relacionar él una cosa así.

Pensando de nuevo en este regalo que parece pertenecerle, lo escondido que ha permanecido, lo bien conservado que parece estar, no debió ser un error, - se dice -, que lo retuviera y lo conservara el pariente del que le habla su comunicante.

Para finalizar - le dice -, que lo antes posible debe ponerse en contacto con él, ya que es un anciano y pronto le llegará su hora, por lo tanto cuanto antes se resuelvan todos los requisitos, mucho mejor para todos y además el se quedará mucho más tranquilo, ya que le inquieta bastante no tener finalizados todos sus deberes para con la familia. Ya para terminar le indica todos sus datos personales, dirección y teléfono a donde debe llamarle a la mayor brevedad posible.

No conseguía comprender todo este relato, ya que por sus padres (incluso lo comprobó cuando estuvo en el pueblo), allí vivían tíos y primos más cercanos en parentesco que el mismo para poder heredar aquel patrimonio y le vino de repente a la memoria, “los cabezas locas” como su padre nombró siempre a los parientes del pueblo.

Cuando se trasladó su padre a la ciudad, debió trabajar duro hasta obtener un puesto de trabajo estable, estudió por las noches consiguiendo una cultura bastante elevada que le ayudó a mejorar en su estabilidad económica y laboral, siendo algo envidiado por esos “cabezas locas” y que a él tanto le proporcionó en su niñez, juventud y ahora, cuando ya era una persona con cierta madurez y estabilidad, parecía influir con esta herencia inesperada y que ahora le producía cierta inquietud y a la vez curiosidad.

Era todo bastante abstracto y confuso, pero parecía que lo que le comunicaban tenía sentido, así que empezaría por llamar al pariente, ya que le adjuntaba direcciones y teléfono. Le llamaría y saldría cuanto antes de dudas.

Salió a la cocina y se preparó un humeante café, intentó mientras tanto serenarse y se dispuso a mantener la conversación que le daría algo de luz y le aclararía lo que parecía iba a cambiar su vida, porque no cabe duda, que una herencia tan inesperada y tan valiosa como parecía pertenecerle, le cambiaría su forma de actuar ante la vida.

Marcó los nueve dígitos, mientras sorbía y saboreaba un rico café y esperó con inquietud a la voz que le contestaría al otro lado del auricular. Muy pronto escuchó a una mujer que parecía joven y bastante agradable, que al saber que preguntaban por D. Alberto, le contesta que es el abuelo y que en ese momento se encuentra descansando. Le pide que le diga quién pregunta por él, para que en el momento que esté disponible, poder pasarle el recado.

Mientras,escucha a la persona que hay al otro lado, al fondo oye un ligero murmullo y… “¡Por favor espere un momento, el abuelo quiere hablar con usted, le paso con él!”

“Buenas tardes. ¿Es usted Álvaro Suárez de la Vega? Yo soy Alberto Suárez López, tío abuelo de usted. No se si me recuerdas, te tuteo ¿me lo permites? Estuviste en casa en 1975, eras muy pequeño y muy guapo. Un niño inteligente y bien educado me pareciste en aquellos momentos. Creo y por las referencias que tengo tuyas, no haberme equivocado. Pero bueno, dime si estoy hablando con la persona que busco”.

Se hace un ligero silencio y Álvaro intenta recuperarse de todo lo escuchado, por la impresionante voz y las alabanzas en su favor. Le ha parecido que el hombre que le habla, es un señor de mucha personalidad aunque ya se le nota algo cansado y con voz algo cascada por el paso de los años.

Inmediatamente responde. “Si señor, soy la persona que usted creé. He recibido hoy mismo su carta y me ha resultado muy extraño heredar esa maravilla que usted me narra. No había escuchado nunca hablar a mi padre de ese tesoro en poder de la familia, no podía tener idea siquiera de que alguien lo poseyera. No podré desplazarme hasta las vacaciones de Semana Santa. Supongo que sabe que soy docente, hasta entonces me será imposible ir a visitarle. Los fines de semana no me es posible hacerlo ya que en ir y volver se iría el tiempo, además estamos en época de exámenes y tengo que preparar y corregir, tarea algo laboriosa y costosa en tiempo, pero le prometo que el primer día de vacaciones salgo para ir a visitarle. Había pensado hacer una escapada al extranjero, pero ha logrado picar mi curiosidad, es todo lo que me cuenta tan tentador y a la vez tan inesperado que no sé que decir. Cuentan que a nadie le amarga un dulce, pero crea que no es el valor material el que me produce esta curiosidad, por lo pronto, no he tenido aún tiempo de plantearme nada en concreto, pero le aseguro que tengo una curiosidad y un deseo inmensos de ver esa biblioteca. Es mi gran amor a los libros lo que me impulsa. Sean como sean todos me gustan, históricos y antiguos es mi pasión. Sí, todo se hereda, debe correr por mis venas ese cariño por todo lo que se conserva impreso sobre papel, hojas, pastas unidas por lomos, letras de todo tipo y contenidos diversos. Crea que ya tengo ganas de visitarle y que me cuente toda esa historia tan maravillosa, que tan celosamente ha guardado para mí. Pero antes de seguir adelante, debe decirme porque yo y no alguno de sus hijos u otro cualquier pariente”.

Álvaro se interrumpe y espera respuesta al otro lado del teléfono, donde pasados unos instantes escuchar de nuevo la voz cascada pero llena de vitalidad: “Álvaro hijo, he seguido toda tu trayectoria. A mi se me confió el legado del que he disfrutado toda la vida, pero ahora debe pasar a manos de otro amante de los libros y como observarás no digo literatura, son dos cosas muy distintas; la literatura se ocupa de unas temáticas y estos libros, igual te relatan romances en verso, historias del ser humano, de la naturaleza y las costumbres de nuestros antepasados, como puedes encontrar los más curiosos problemas matemáticos, las ilustraciones de los descubrimientos de otros tiempos, y hasta suculentas recetas de los más variopintos platos de nuestros abuelos, bisabuelos y antepasados en general. Y ¿porqué a ti? Los parientes se han dedicado a labrar la tierra y dicen que los libros son para los refinados y por otro lado, mis hijos no han heredado esta afición nuestra. Son muy buenos chicos, tanto los que labran la tierra como mis hijos que se han dedicado a estudiar, pero todos ellos prefieren seguir con sus trabajos y dejarse de “antiguallas”, como ves, ni les llaman la atención, los vieron a lo largo de toda la vida y creo que no habrán cogido un solo tomo, ni tan solo por curiosidad. Me consta que tú cuando tengas el primer ejemplar en tus manos, te enamorarás de todo este esplendido tesoro y no por lo que valga materialmente, sino por lo que significa moralmente y por el valor sentimental y cultural que tiene. Lo que si te pido es que no lo divulgues para evitar quebraderos de cabeza, si estuvieran enteradas ciertas personas de que poseemos en la familia esta biblioteca, lloverían malos intencionados con caras de borreguitos, entidades culturales alegando que esto es patrimonio de la humanidad, e incluso ladrones de piezas valiosas, directores de museos y en general, un sin fin de buitres, ¿lo entiendes?”.

Un intervalo y Álvaro responde: “Lo entiendo perfectamente, puede quedar tranquilo, por mi no habrá inconveniente ya que los temores que usted tiene ya me están asaltando a mí también. Ahora que me ha hecho usted su confidente me ha trasladado sus inquietudes y comparto ese deseo de protegen tan valioso legado. Puede estar seguro que por mi parte solo encontrará apoyo y le aseguro que estoy deseando verle, que me cuente toda la historia de lo que debe pasar a mi cuidado y le aseguro que la curiosidad que tengo es enorme, esto que usted me comunica y que dice es para mí, es mucho más de lo que me podía imaginar poseer algún día, es más, en toda mi vida había imaginado nada igual. Le aseguro que el último día de clase, directamente del colegio salgo para su casa”.





Nani. Agosto 2008.