sábado, 30 de junio de 2007

DE "LA CASA ENCENDIDA"

Al día siguiente,
-hoy-
al llegar a mi casa -Altamirano, 34- era de noche,
y quién te cuida, ¿dime?; no llovía;
el cielo estaba limpio;
-«Buenas noches, don Luis» -dice el sereno,
y al mirar hacia arriba,
vi iluminadas, obradoras, radiantes, estelares,
las ventanas,
-sí, todas las ventanas-;
Gracias, Señor, la casa está encendida.
LUÍS ROSALES.
Has llegado a tu casa/ y, al entrar,/ has sentido la extrañeza de tus pasos/ que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,/ y encendiste la luz, para volver a comprobar/ que todas las cosas están exactamente colocadas como estarán dentro de un año.
La casa es donde se está, donde se vive. No hay más que una casa, como no hay más que un mundo, el de uno. Esto es lo que nos quiere decir Luís Rosales con este libro. Es un canto a lo cotidiano, a la amistad y al amor que va a influir en las generaciones posteriores de poetas. Vi iluminadas, obradoras, radiantes, estelares,/ las ventanas,/ -sí, todas las ventanas-,/ Gracias, Señor, la casa está encendida.

viernes, 29 de junio de 2007

LA PUERTA

Estaba acostumbrado a las miradas de todos. Lo había aceptardo desde hacía ya mucho tiempo. Me habitué o más bien, preferí ignorar a los que se limitaban a colocarme la etiqueta que creían debía llevar. Al principio pesó como una losa, pero ya ni lo notaba, aunque para ello debí luchar contra todo y contra todos, por eso cuando me dijo que me los presentaría, su ilusión me contagió.
En un principio, me causó pánico entrar por la puerta más pequeña, esa que les producía mi deformidad física, pero gracias a la ilusión y la lucha compartida, pudimos ganarnos al resto que nos importaba, y a pesar de haber entrado por aquella puerta, hoy salía y entraba a diario por la más grande y todo, se lo debía a ella y a mi rebeldía.

Nani. Junio 2007.

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jueves, 28 de junio de 2007

PARA TI QUE SABES APRECIAR ESOS BUENOS MOMENTOS

A veces, nos desesperamos buscando la FELICIDAD (así con mayúsculas), y no sabemos que nos acompaña día a día, simplemente, deberíamos cuidarla o hacerla tan habitual como el aire que respiramos, mirarla, sacarle brillo y colgárnosla del cuello cada mañana cuando nos levantamos y nos quitamos la primera legaña, igual que nos ponemos las gafas, o el colgante que hace juego con el vestido o el traje que nos ponemos. Por eso, una vez más me voy a recordar, lo que esta palabra significa para mí.
La FELICIDAD, es ese momento que te vuelves esponja y te empapas del instante.
La FELICIDAD, es dar de mamar a tu hijo.
La FELICIDAD, es mirar a los ojos a tu pareja y sentir cosquillitas por dentro.
La FELICIDAD, es disfrutar de una puesta de sol.
La FELICIDAD, es ver chispitas en los ojos de quien te mira.
La FELICIDAD, es notar pataditas en tu vientre y saber que tu hijo te reclama.
La FELICIDAD, es la sonrisa de cualquier niño.
La FELICIDAD, es empaparte bajo tu lluvia.
LA FELICIDAD, es mirar las estrellas y saber que te guiñan.
La FELICIDAD, por lo tanto son momentos, por eso hay que empaparlos, hay que disfrutarlos, hay que sorberlos, hay que tener siete ojos, diez oídos y veinte manos para no dejarlos escapar.

Nani. Junio 2007.

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BAJO EL SOL

Se adentra muy despacio por la tupida arboleda. Los rayos de sol, que se filtran por entre las hojas, le acarician el rostro y se mezclan con los destellos azulados, de su cabello suelto.
La templanza y serenidad que le proporcionan estos paseos, le recuerdan las caricias de la abuela, los arrumacos y achuchones que le daba, mientras le contaba aquellos cuentos de princesas, caballeros a la grupa de sus caballos y castillos escondidos entre la maleza.
La ternura de aquel cuerpo tibio y tierno, el pelo blanco y suave, los ojos llenos de ternura y los besos cargados de cariño, la llevan a una niñez llena de alegría y a la vez, a una nostálgica felicidad, que siempre acaba con una oración de agradecimiento.

Nani. Junio 2007.

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HOY ES UN DÍA ESPECIAL

Tú mi amigo singular
En una tarde de domingo
Una estrella saliste a buscar
Una luna, un camino,
O algo que no pudiste encontrar.

Tú mi amigo singular,
Quisiste agarrar un sueño,
Pero tu anhelo se desvaneció
Y se quedó a medias tu cielo.

Tú mi amigo singular,
Se te escaparon esos sueños
Creías que había rosas
Unos jardines con jazmines,
y algunos besos.

Tú mi amigo singular,
En una tarde de invierno,
Saliste a buscar...
Tu luna,
Tus jardines, tus jazmines
y tu cielo.

Tú mi amigo singular,
Te fuiste a buscar tu corazón
Y en el camino se quedaron
Tus rosas, tus jazmines,
Tus estrellas y tus anhelos.

lunes, 25 de junio de 2007

MIENTRAS DISCUTIMOS

Me estoy cansando de escuchar discursos de los que no entiendo nada, para mi que unos llevan, otros traen y al personal nos tienen un poco cabreados, porque todos quieren llevar razón y así se pasan los días. Mientras juegan a ser los protectores, la gente corriente y moliente, sigue yendo a la compra, lleva a sus hijos al colegio, hace miles de números para llegar a fin de mes, intenta formarse y buscar un currito que le de para empezar a pagar los vaqueros, y para colmo, cuando salimos de casa, no sabemos si volveremos, porque la protección de la que algunos hablan, está seguramente, en el entorno que ellos conocen.
Esta mañana cuando me levanté y escuché el informativo, lo primero que pude oír, fue que seis soldados españoles habían muerto en esa guerra cruenta que parece no va ha tener fin, y donde están muriendo centenares de seres del lugar, pero que tienen que ir, porque estos señores dicen llegan a procurar la paz.
No pude evitar pensar en mi hijo, hoy es su cumpleaños, y pensé que estos chicos no cumplirán más años y que también podía haber sido uno de ellos, mi hijo o el hijo de alguna amiga, pero “eso no importa”. Son los hijos de unos padres, hermanos y novios de sus hermanos y novias, y hacemos hasta una fiesta, porque han muerto como héroes y por la patria, eso será hasta un “orgullo”.
Pero y ¿si preguntamos a alguna de esas madres que esta madrugada se han enterado que ya sus hijos no viven, que nos contestarían? O ¿porque no le preguntamos a las madres de tantos y tantos que han muerto en el estrecho y que morirán este verano, de camino en esas pateras, en el mar o ya aquí en tierra o de vuelta, donde parece ser es peor el recorrido?
Hoy es el cumpleaños de mi hijo, y cuando escuché esta mañana el informativo, se me pusieron los bellos como escarpias, pensando en como nos pasamos la vida discutiendo y arreglando el mundo de otros.

Nani. Junio 2007.

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domingo, 24 de junio de 2007

SUCEDERÍA DE NUEVO

Todavía recuerdo el aroma de tu piel a mi lado, tus ojos de miel y tu respiración agitada.
Han transcurrido casi seis años desde al día que nos descubrimos y mis recuerdos, vuelven a estar tan candentes como aquel día.
Eras la guía de aquella húmeda gruta y yo, formaba parte del personal que nos dejábamos caer, a pasar una jornada de tantas.
Las excursiones y salidas en los fines de semana, se convirtieron en una escapada para un grupo de matrimonios que ya no sabíamos como pasar el tiempo libre. Mi mujer no se dio cuenta de nada. Nunca supo como recorrí tu cuerpo palmo a palmo. Como respondiste a mis caricias y como tu aroma, invadió de humedad gloriosa nuestros cuerpos. No hizo falta palparnos, no existió roce alguno y tampoco fue necesaria ninguna exhibición. Simplemente el intercambio de miradas bastó, para que tuviésemos unos momentos de pasión inolvidables y ahora, cuando vuelvo a verte en las visitas dirigidas en el museo donde trabajo, he sabido que estabas aquí para continuar aquel éxtasis interruptus, que devolverá a nuestras vidas, la pasión y el entusiasmo que dejamos aparcado, a la salida de la gruta de estalactitas y estalagmitas.
Esta va a ser la única misiva que te escribo, aunque creo que no es necesario, ya que tu mirada me dijo esta mañana, lo que sabía que volvería a suceder al vernos de nuevo.

Nani. Junio 2007.

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LA FICCIÓN SUPERA LA REALIDAD, O ¿ERA LA REALIDAD LA QUE SUPERABA LA FICCIÓN?

Va por ti FERRARA y muchas gracias guapo.

Tetuán 1939. Diecinueve años llenos de vida. Tres llevaba en aquella bonita ciudad de Marruecos. La llevaron sus tíos a pasar unas vacaciones cuando estalló aquella horrorosa guerra civil, que le impedía por el momento, volver a reunirse con sus seres más queridos. Su padre y hermanos, habían quedado al otro lado del Mediterráneo, en una Andalucía, mal trecha por el odio, el hambre, la miseria y todo lo que acarrea una guerra sin sentido, que enfrenta a los hermanos, a los padres e hijos, a los vecinos y compañeros, convirtiendo hasta la arena del camino, en odio, rencor y muerte.Las comunicaciones eran escasas, pero confiaba en la protección de Dios para toda la familia. Todo se reducía, a escuchar las emisoras de radio, donde a veces se podía hacer una idea, de los avances de tropas, derrotas de los que se consideraban los enemigos y movimientos de un lado y de otro. De todas maneras, sus tíos procuraban mantenerla distraída y la tranquilizaban, para que su inquietud no fuera en aumento.Un día, cuando todo parecía llegar a su fin, y al volver del mercado árabe, le pareció reconocer a una señorita que caminaba en dirección contraria a la suya. Al encontrarse de frente las dos jóvenes, la expresión de incredulidad y de asombro, pasando a la sorpresa y alegría, fue...¡Tú eres...., y tú....!. La sonrisa y el abrazo compartido, se volvió sorpresa de nuevo, en la expresión de la recién llegada de la península.¿Pero no llevas luto?. Las palabras salieron de la boca de la forastera, de forma incontrolada, porque pronto se dio cuenta, que había cometido el mayor error de su vida. La residente en Marruecos, no sabía que su padre había sido fusilado por el bando contrario y que el hijo pequeño, en este caso, hermano de la asustada joven, había ido a vengar la muerte de su padre. Se alistó con quince años, para luchar en las más infernales condiciones, enfermando a los pocos meses, para dejar su vida, detenida en una cuneta a dos kilómetros, de su ciudad y del resto de familia.Llegó destrozada a casa de sus tíos. Estos al verla entrar, no tuvieron que decir nada. Antes o después, sabían que se enteraría. Ellos no habían tenido valor para comunicárselo en su día. La joven, no les pudo perdonar, hasta pasados muchísimos años.A partir de aquel momento, fue pasando por casa de un hermano, después de otro e incluso otros familiares. Una ciudad, otra y alguna más. Conoció el amor de algunos buitres, que olían la pequeña fortuna que les había quedado. Más tarde, aunque tuvieron que pasar al menos, nueve o diez años, decidió volver a su lugar de origen y enfrentarse con la realidad, de una vez por todas. No le fue fácil. Salió de allí, siendo casi una niña y teniendo una familia. Ahora, era toda una mujer y apenas quedaba algo de lo que ella dejó allí. Sólo objetos, recuerdos, enseres bastante valiosos, que los buitres de turno, familiares o no, les tenían puesto el ojo, para en el menor descuido, apoderarse de todo cuanto les fuera posible.Deseaba ser querida y formó una familia con un señor, que en cierto modo, le recordaba aquel padre, pero que sólo resultó ser, un hombre de la época y un poco de vuelta de todo.Crió los hijos que tuvieron con bastantes apuros, pero consiguió que fueran personas civilizadas. Un poco tristes, porque hay sentimientos que van impregnados en la leche que se mama, pero al fin y a la postre, políticamente y por llamarles de alguna manera, coherentes, educados, relativamente cariñosos y porqué no, normales, ¡a Dios gracias!.De todas maneras, la pena y la tristeza, aquella joven que marchó de vacaciones a Marruecos, no la superó y cuentan sus vástagos, que la nostalgia la llevó a muy temprana edad, a reunirse con aquellos que vio por última vez, un día cualquiera de 1936.

Nani. Junio 2007.

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viernes, 22 de junio de 2007

MATINAL RADIOFÓNICO

Me restregué con fuerza los ojos. Toqué mi colcha y era la de siempre. Miré al frente, y no estaba el oso de peluche ni la estantería. El radio-despertador emitía unas palabras que no conseguía entender, aunque la voz del que daba la noticia era la de siempre, pero ¿qué decía? ¿Qué estaba pasando? De un salto me incorporé y el suelo me resultó extraño, como la puerta de mi habitación. Me acerqué a la ventana, miré apartando los visillos y allí estaban. Ya no se veía enfrente la farola, ni el columpio del parque. El sol no brillaba como siempre y el asfalto se veía rojo como los seres que organizaban lo que parecía la calle Eran los extraños del que hablaba el locutor y los que había visto en mis sueños.

Nani., Junio, 2007.

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QUITANDO BARRO

Parecía increíble pero allí estaba. Delante de las miradas atónitas.
Una vez más, el que dirigía la exploración, volvía a tener razón. Seguían quitando barro con sumo cuidado, puesto que para extraerle, tenían que ir con pies de plomo. No solo podían perjudicarle, sino que de la operación que realizaban, dependía el éxito de la empresa. Cuando al fin pudieron descubrir todo el cuerpo y le aplicaron el oxígeno, la alegría fue inmensa, ya que su corazón latía, asegurando el médico encargado que la vida del niño, no corría ningún peligro.

Nani. Junio 2007.

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LA ROSA

Le sorprendió con una rosa en la mano. Le miraba a los ojos, con una sonrisa tímida. El, que era inquieto, eficaz, todo un personaje y ahora, se mostraba ante ella, cortado, dudoso y con una mirada muy brillante e insegura. Le ofrecía la rosa que ella cogió y se llevó a los labios para besarla, aunque haciendo creer, que pretendía olerla.

Desde aquel día, y mientras hubo rosas u otras flores en el jardín, le llevó alguna. Solamente una. Era suficiente, para entrelazar sus miradas. Decirse cuanto había que decir, en esos momentos de éxtasis. Algún día, se atrevió a rozarle los dedos, y un escalofrío recorrió sus cuerpos. Después, cuando iniciaban sus tareas, estas se hacían menos monótonas, más alegres, más... y esperaban con ansiedad a la llegara del otro día, para sentir cada vez con más fuerza, la unión de aquellos sentimientos que surgían a raudales, y que poco a poco, iban madurando, dejando que fueran creciendo, esperando el día adecuado, para que sus labios hablaran, sus manos acariciaran, sus...

Pero llegó aquel día fatal, en que él se fue a la ciudad y ella acompañó a su familia al extranjero.

Hoy, en el jardín del instituto, donde acompaña a su hija para hablar con el tutor, se detiene delante del mismo rosal. Acaricia una rosa aterciopelada y al recordarle, le resbalan dos lágrimas de nostalgia, que al llegar a los labios, saben un poco agridulce.

Nani. Junio 2007.

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LA HORA ESPERADA

Le había llegado la hora. Casi no se lo creía. Eran muchos los días que habían pasado. Primero la sorpresa tan esperada. Después, había que habituarse. Más tarde los normales cambios exteriores y sobretodo, los trastornos matinales. Un día experimentó como, unas manos o algo similar, rozaban su cintura. Se estremeció de asombro, se encontraba a solas. Después, la alegría fue inmensa. Por primera vez, llamaba a su puerta. A partir de aquel día, solicitaba con más insistencia, una caricia, unas palabras, un abrazo, un..., como le anhelaba. Pasaban los días y todo lo compartían. Algunos de esos días, también se inquietaban e incluso sentían temor, pero confiaban en su amor compartido. Y de nuevo, pasaban los minutos, las horas y más días. Creciendo el amor compartido, como crece un globo cuando se va hinchando. Todo crecía. Y más caricias, y más palabras, y más deseos, y más anhelos, más compartir, más..., ya se acercaba la hora. Algunas noches no podían dormir, se las pasaban susurrándose ternuras aunque, hubo veces que incluso lloraron, no sabían a ciencia cierta porqué, lo que si sabían es que estaban llorando.

Ahora si que había llegado la hora. La alegría era más fuerte que el temor. Sabían que se tenían entre sí y si sirgía algún contratiempo, lo superarían.

El taxi corría por la ciudad esquivando la abundante circulación. Las contracciones erancada vez más fuertes. ¡Su hijo, no quería esperar más!

Nani. Junio 2007.

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jueves, 21 de junio de 2007

PASEO MATUTINO

Casas blancas,
Verdes pinos,
Sol radiante,
Río fresquito.
Mariposa blanca,
Bello trino,
blanca nube,
cielo limpio.
Agua clara,
Caño limpio,
Fresca hierba,
Canta un grillo.
Brisa fresca,
Mar tranquilo,
Infantil dulzura,
Duerme un niño.

Nani. Junio 2007.

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TODO ME SABE A TI

La nostalgia es demasiado fuerte, a veces casi insoportable, ya que cada rincón de nuestro refugio, me sabe a ti.
Me sabe a ti, el rosal que plantaste al pie de la escalinata del jardín. Me sabe a ti, el jazmín con el que me obsequiabas todas las noches, mientras permanecía en flor.
Me sabe a ti, la chimenea y los leños encendidos, en donde recorrimos palmo a palmo, los mapas de nuestros cuerpos, y de los que no nos fueron ajenos, ningún poro, mientras nuestras pieles se confundían y nuestras palpitaciones, llegaron a formar parte del chirriar del fuego encendido.
Me sabe a ti y se me hace imposible, volver a recostarme en aquella cama que los dos forjamos con tanta ilusión, a fuego, cincel, martillo, besos, caricias y comprensión.
Me sabe a ti, salir al porche y sentarme en el escalón, donde a la luz de las estrellas me hiciste estremecer tantas y tantas veces, como ahora me estremezco al mirar ese lucero tan nuestro, donde se que te has refugiado, después de marcharte aquel triste día. Tan solo eso me hace sentir bien y poder soportar esta soledad. Estar aquí mirándote mientras parpadeas, me hace volver a sentirte, olerte, saborearte y esperar estar algún día de nuevo a tu lado, porque todo, todo me sabe a ti.

Nani, Junio 2007.

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AL DESPERTAR

Fue al despertarse en la fría mañana de aquel crudo invierno. La calefacción seguía estropeada desde hacía ya tres días, y al pretender salir de la cama, un escalofrío le recorrió desde la nuca al coxis.
La casa se había enfriado, pero aquella temperatura no era la normal a pesar de la avería en la calefacción. Era un frío extraño que se metía en los huesos de una manera impresionante. Es por eso, que adivinó no encontrarse solo, a pesar de no verles. Estuvo seguro de que estaban allí, esperándole.

Nani, Junio 2007.

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CON UN ROTO POR COSER

Hoy me he levantado con un roto bastante grande, pero no se del todo en donde se encuentra. Hacía días que estaba notando que algo se estaba quebrando, porque se escapaba por algún resquicio un poco de fuerza, y la miopía estaba aumentada. Todo se estaba volviendo borroso, por lo que he decidido empezar por hacerme una revisión para no perder del todo esos ojos que me permiten ver donde cuesta escudriñar. Cuando me he puesto frente a algunas cosas, me he dado cuenta que lo que se estaba rompiendo estaba muy escondido, así que no me ha quedado más remedio que coger para empezar el sacudidor y empezar a quitar telarañas y cosas inservibles que andaban en los rincones (no se porque, tengo esta manía de guardarlo todo, al final, acabo haciendo una limpieza general de primavera, que encima me deja destrozada). Cuando he llegado al meollo de la cuestión, he cogido aguja e hilo y he zurcido ese roto que anda desgarrado. Ya se que podrá volver ha rasgarse en cualquier momento, pero estoy aprendiendo ha hacer buenos zurcidos y a veces, quedan hasta decorativos, porque para eso está la imaginación y se le puede dar hasta forma y color, quedando un adorno que a los ojos de otros, puede quedar un motivo de última moda, (así supongo empezaría Ágata Ruiz de la Prada), pero mi zurcido y yo sabemos, que por ahí se escapó en su día, un poquito de vida y otras cosas que hacen arrugas y que por mucha crema hidratarte que utilices, nada de nada, quedan ahí para recordarnos que los escalones hay que subirlos de uno en uno, y cuando te saltas alguno, haces fullería o andas demasiado a prisa, te salen rotos, desgarrones y sietes que parecen ochos.

Nani. 2007.

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