Hoy me han traído del campo una “jartá” de higos para que los ponga en la terraza a secar.
Después cuando estén totalmente secos, voy a intentar hacer un poquito “pan de higo”, que para quién no lo conozca es un postre o golosina a base de lo que he dicho, higos secos, almendras fritas, aceite, chocolate y algunas especias, que todo bien picado y pasado por la máquina y una vez mezclado, se hacen una especie de bollos (alargados en esta zona) que se dejan secar un poquito y quedan buenísimos como postre, tentempié, merienda o simplemente golosina como decía anteriormente. También se guarda para cuando llegue la recogida de la aceituna, que servirá como complemento alimenticio en el almuerzo que se hace al mediodía para recuperar fuerzas y seguir con el duro trabajo y hay personas que le ponen un poquito al remojón de naranja o en otros guisos (de la “nouvelle cousine”).
Pues a lo que iba. He puesto a secar los higos, todos abiertos y mirados para que no fuera ninguno picado y ahora a esperar que sequen tontamente, para hacer el alimento que antes explicaba, pero tenía que haber un “pero” (que no manzana) y el secado se ha visto interrumpido por una algarabía a medía tarde que ha parado en seco mi siesta. La siesta de los vecinos, la de los niños de los vecinos y la del lucero del alba, de haber andado deambulando por aquí.
¿Quienes os creéis que ha empezado con el alboroto?
los que la han liado!, pero tengo que reconocer que del todo, del todo, no han tenido la culpa. Esta vez ha habido un acontecimiento que ha ayudado a que se formara una algarabía y un jolgorio que por pocas tiene que intervenir la policía local si no hubiera sido porque convenzo a mis vecinos de que todo era una cosa normal y que ya en otro momento tendríamos más cuidado, pero claro, he quedado como una mala vecina que no se comporta como una ciudadana, ciudadana… y todo, ¡por los puñeteros higos!
Resulta que hoy cuando me trajeron los frutos, les llevé unos poquitos a “los dioses menores”, que por cierto les han encantado. ¡Ya sabía yo que nunca los habían probado y así tan maduritos y dulcecitos, pues que queréis que os diga, que se han puesto las botas!... y como les han gustado tanto, mientras ellos sabían que dormíamos la siesta, se han salido a la terraza dispuestos a darse otro gran atracón, pero claro, lo que ellos no podían sospechar es que a los gorriones y a los estorninos también les gustan los higos y cuando “los dioses” estaban todos entusiasmados con su nueva ración sin reparos algunos, llegaron los estorninos y los gorriones a proveerse ellos también y se ha liado, ¡vaya si se ha liado!
Los estorninos son unos pájaros muy glotones y muy golosos ¡les encantan las cerezas maduritas y como no, los higos dulcecitos!, pero a lo que iba. Han llegado a comer higos en el silencio de la tarde y han confundido a “los dioses menores con los frutos” y además de darles algún que otro picotazo, a uno de ellos se lo llevaba en el pico para proveer de alimento a los polluelos de su nido… y, ¿qué ha pasado?
Pues ea, ¡eso mismo que estáis pensando! Todo el alboroto, la interrumpida siesta y el consiguiente enfado de “tó quisqué” y cuando he llegado a la terraza, la consiguiente algarabía, el vocerío y el intentar por mi parte, que no fueran descubiertos por los vecinos, ocasionado por mis revoltosos amiguitos.
¿Os imagináis que puede pasar si los descubren? ¡Como no hay aprovechados en este mundo, seguro que alguno habría que los pasearía por esos “casting”, “operaciones triunfo”, “factor x” o como se llamen esos programitas, si les echaran el guante!, … ufff ¡de la que nos hemos librao!
Cuando he conseguido apaciguar al vecindario, me he metido a los pequeñajos en el bolsillo de la bata y hoy ya saben lo que les espera, ellos ya me conocen. Sin rechistar se han ido a su cajón desastre (porque mira que se lo acondicioné para que pareciera una habitación toda cómoda, pero ya es un desastre superlativo. ¡Si hasta se me ocurrió tapizarles las sillitas y el sofá todo compañero a la cortinita que le puse en la ventanita que les sirve para ventilar!).
Pero a lo que iba, han tenido que reflexionar mientras todos en casa acaban con la siesta y después, tendrán que ir a ordenar la despensa (tendré que ir yo primero a quitar de allí el chocolate, porque ya sabéis el efecto nocivo que es para ellos) y esperemos que no hagan de nuevo de las suyas, aunque no las tengo todas conmigo, son un verdadero remolino y aunque me estoy haciendo “la longui ” ya los estoy escuchando discutir y culpándose unos a otros de que les haya descubierto, pero es que después de todo lo que han formado y el susto que me han hecho pasar… ¡que queréis, pero la próxima vez les he dicho que los pongo a contar todas las lentejas una en una!
Ese pan se antoja riquísimo, así que comprendo el alboroto.¿No quedó algo por ahí para compartir? Mmmm
ResponderEliminarNunc ahe probado un higo... ni el pan de higo tampoco!!!
ResponderEliminarPero, visto lo visto... tendre que hacerlo, no??? Porque, si estos pequeñajos se han puesto asi por eso... sera que vale la pena!!
Un besoteee
Me encanta el pan de higo. Tanto, que cuando era pequeña y las mojas nos llevaban a misa y llegaba la hora de cantar "Tú eres Señor el Pan de Vida", una doble vocecilla interior me hacía querer responder "Tú eres Señor el Pan de Higo". Pero vamos que sin cachondeo alguno por mi parte. Me salía de lo más hondo. Suerte que nunca lo dije en voz alta.
ResponderEliminarY que mal asunto el del rapto de ese dios menor por el estornino. Afortunadamente todo quedó en buen puerto (en este caso en tu camisón).
Un abrazo
Estoy totalmente perdida, quienes son esos dioses menores?
ResponderEliminarBesos,
Enigmática
¡ Que pinta tiene el pan de higo!
ResponderEliminarY no me extraña nada que los "dioses menores", después de la ración que les distes se fueran a buscar más.
Mala pata la de los estorninos por allí, y ese pobre enganchado en el pico...aisss, si no le das con la escoba!
Sabes que la risa la he tenido asegurada. Y es que eres genial en tus relatos.
Pero nani, ¡por dios no los pongas a contar cinco kilos de lentejas!!
Un besico muy fuerte!!
jajaj,jo,eres el colmo! muy bien.
ResponderEliminarmuchos besos
Ay, si estuvieras en Huesca te quedarías asombrada de la cantidad de estorninos que abrazan la ciudad. Y no lo digo en broma.
ResponderEliminarLo de colocar comidita por aquí, hija, me produce jugos gástricos, cual perro de Paulov.
Que estoy a régimennnnnnnnnnn.
Besicos, siempre.
O sea, que la siesta del domingo se ha terminado pronto.
ResponderEliminarLos dioses menores me hacen mucha gracia Nani!! pueden ser terribles pero a mi me encantan!!! me los imagino a los gritos y siendo llevados en los picos por los estorninos y tu con tu camisón al viento y tu escoba cual bandera!!
ResponderEliminarUna siesta bien movida!!
Y ha quedado higos para los panes con tanto alboroto?
Besos
Mmmm!!!... ¡cómo me gustaría probar ese pan de higo!, conocer a esos "dioses menores" y ver a los estorninos!...
ResponderEliminarTe mando un beso.
qué bueno el pan de higo!!!!! a mí me gusta mucho, así que entiendo el revuelo de los dioses menores.
ResponderEliminarMuchos besos.
Miralos tu, tan cambiados que están...
ResponderEliminarLos dioses menores siguen haciendo de la suyas!!!!.pero ya los extrañaba,vaya alboroto,los relatos donde participan estos amigos tuyos siempre son deliciosos,tremendos son pero que esperabas con semejante tentación?
ResponderEliminarHicieron lo que debian en cuanto al encontronazo con los vecinos era de esperarse.
Con respecto a pan de higo un manjar.......
Dios mío ... pan de higos ...
ResponderEliminarEs mi punto débil. La comida en general ... cagüenlaleche!!! jejejeje. Soy un maldito glotón, y así no se puede mantener la línea maldita (que la mía es más curva que recta). Y es que peso un quintal!!!
Entiendo perfectamente a los dioses menores. Aun me acuerdo cuando ibamos de pequeños en el pueblo a robar higos ... jejejeje. Nos pegábamos unos atracones que vaya, vaya.
Besotes, Nani.
yo comía pan de higo cuando iba con mis yayos a la montaña de montserrat, allí lo venden en las tiendas que hay. Está mmmmmmmmmmmmmmmmm......
ResponderEliminarUn besico para ti.
ResponderEliminarYo sólo puedo decirte una cosa... ¿me invitas? :D
ResponderEliminarBesicos
¡Uixxxx Nani!los higos , me vuelven loca , es la fruta que más me gusta. Ya sabes en el jardin tengo una higuera y yo ando a la zaga con los mirlos, a ver quien llega antes .... Claro que solo me faltarian esos personajillos también para compartirEl pan de higo buenisimo y el helado de higo???
ResponderEliminarCon la boca hecha agua me has dejado
Un abrazo
Yo tengo una higuera en mi minúsculo jardín (un día derribará mi casa) y los pajarillos se ponen las botas mientras cotillean sobre sus cosas. Cuando abro la verja para salir, todos salen por alas soltando trinos de alerta: "Hey, muchachos, que viene el mastuerzo de la zapatilla!".
ResponderEliminarMira que no he probado el pan de higo y me han entrado ganas, ummm.
ResponderEliminar¿Se pueden manda por mail?, ajjajaja.
Besosss.
Eso te pasa por poner a secar los higos tontamente...
ResponderEliminarNo te quedará algún pan de esos que te sobre no?
Un besote muy grande... y sigo cenando...!
genial el relato, y bueno es que hay defender cada quien lo suyo no?...por cierto el dulce se me ha antojado tanto!!!
ResponderEliminargracias por tu comentario en mi blog..me hizo abrir aún más los ojos.
¡Se armó el higo! jajaja.
ResponderEliminarUm um um yo seré buena, esperaré que los hagas y me quedaré sentada para comérmelos tranquilamente con un té con menta, ¿puedo?
(Me llevaré uno en el bolsillo para dárselo a los estorninos, jejeje) ¡Uy! creo que he pensado en voz alta...
tin tin tin, me estoy yendo de puntillas para que no me pilles.
Me ha interesado y no he podido por menos que repasar la cadena de artículos sobre esos dioses menores hasta llegar al de hoy. De buena se libraron, pero me temo que la imprudencia no deja lección alguna en tan diminutos cerebros. Y eso que hay más de uno por ahí que pese a su metro ochenta y noventa kilos en canal, no ha dejado ni un maldito hueco para una simple neurona. En fin, a lo que iba, que vas a tener que ponerle alguna alarma (campanitas, por ejemplo) al cajón de marras, para enterarte de cuando abandonan el cubículo. Y es que me sé de más de un gato que se daría un buen festin a su costa. El de Gargamel, por ejemplo (Azrael se llamaba).
ResponderEliminarjajaja pues si que se armo, si jaja
ResponderEliminara mi no me hubiera pasado ves? jamas me han gustado los higos :( son super mega dulces, ¡¡ demasiado !!
besotes
Pues que quieres que te diga, nunca en mi vida he escuchado eso de pan de higo... pero no te enfades conmigo, ¡que no voy a contar lentejas! XD
ResponderEliminarBESAZOS
Nani!...me gusta tanto cuando escribes de tus aventuras con los traviesos Dioses menores...siempre tan divertido!..
ResponderEliminarQuiero pan de Higo!!!! jijiji
Un Besazo.
Definitivamente ¡yo quiero dioses menores! Pero vamos, anda que con lo desordenada que soy yo… y no podría darles la vida que tu les das, jejeje no estarían tan bien como contigo…
ResponderEliminarAlégrate que al menos no te aburres y ya sabes que te quieren mucho.
Kisses
El orgulloso pan de higos a terminado de unirme con mi recuerdos de niño de pueblo, de abuelos cosechadores de tabaco y apasionado rosco de garbanzos.
ResponderEliminarHoy tus susurros han terminado por hacerme felizmente melancólico.
Tú... supuesta vecina... has aludido a mi falta de originalidad... ¡pues ahora te vas a quedar con la taza de chocolate por la mitad, ea!...
ResponderEliminarBESAZOS... de refilón y con cara de ¬¬...
¿Pero eso no engorda una barbaridad?
ResponderEliminarSoy maaaala.
A mi los higos no me gustan,por eso el pan de higo nunca lo he probado
ResponderEliminarMujer, normal... si la culpa es tuya, les das a probar esas cosas y ellos que no están "civilizados" pues, hala, a pillar todo lo que pueden... si son como niños. No te enfades :D
ResponderEliminarBesos
Ando últimamente con una escasez de tiempo atroz (y ni siquiera sé en qué se me va, que es lo peor...) que siempre llego tarde a todos los posts... a ver si logro ponerme al día de todo...
jajaja...¡son mi idolos estos dioses menores tuyos!y lo de contar lentejas, espero que no se enteren que existe un sindicato de dioses menores que consideran esto como un maltrato...jejeje shhhhhhh no se lo diremos a nadie...a mi me parece una buena medida...jajaja
ResponderEliminar¡qué bien escrito! me imagino la terraza llena de bichitos, así cuando voy miro por tos laos por si, por una casualidad, los viese corretear...
Besos, me ha encantado para variar...
Lo que has provocado amiguita es que me dio hambre, ja!...y no hay higos en casa!!! Me guardaste? supongo que sì.
ResponderEliminarSiempre eres muy graciosa.
Besos.
Me ha encantado la historia, y claro habrán disfrutado con los higos un montón.
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