© Paisaje de La Hortichuela. Foto hecha el 9 de junio de 2010.
Desde la ventana vio asomar a lo lejos el coche blanco y ya no supo como reaccionar. Sabía que en cualquier momento podía ocurrir y por eso se asomaba continuamente. De volver, aparecería por donde le estaba viendo llegar, pero hasta que no fue real la escena, no dio crédito al hecho. Notaba como le bombeaba la sangre en las sienes, en las muñecas, en las corvas, en la garganta y el corazón aceleraba los latidos de manera que de haber estado alguien en la misma habitación, hubiera escuchado el “tic-tac” casi como el del carrillón del despacho del tío Honorio. Quería apartarse de la ventana, quería salir corriendo, quería gritar, pero ni las piernas, la garganta, ni el cuerpo entero respondía a sus deseos. En este instante ya no admiraba el paisaje, ya no veía la casita de la abuela Manuela al frente, ni los olivos, tampoco reconocía el baile acompasado de las hojas en la copa del álamo que tanto le gustaba mirar. Ni el cerro del fondo, ni las nubes del día lluvioso que se había presentado, no, ya tan solo tenía ojos para el vehículo que parsimoniosamente se aproximaba al mirador. Tuvo un ligero vahído y se agarró con fuerza a la silla que tenía al lado. Duró tan solo un segundo, se irguió con fuerza, aspiró una fuerte bocanada de aire y sin premura se retiró de la ventana. Bajó las escaleras muy despacio, fue a la salida de la casa y antes de abrir la puerta, ya se escuchaba el ruido de un motor cerca. Supo que a partir de aquel instante, su vida daría un giro de noventa grados. Supo que la vida volvería a tener sentido, supo que dentro de aquel coche llegaba la vida que se había detenido hacía ya dos inviernos.
Nani. Junio 2010.
Joer...que capacidad de descripción que tienes. Siempre me dejas alucinadica! Es que leerte es como estar viéndolo!
ResponderEliminarMuy bueno!
1 besazo!
O regresos...
ResponderEliminarHas hecho que me meta dentro de su piel y hesentido todo lo que sentía. Me ha quedado conocer quien se bajaba del coche.
ResponderEliminarNani, tienes una capacidad increible para transmitir a través de tus letras. Dejas en pañales a Almudena Grandes.
Un abrazo
¡Qué emocionante! Es que cuando se acerca el amor, nada es igual...
ResponderEliminar¿No podrías seguir?
Nunca es tarde para regresar a lo que alguna vez nos dio felicidad.
ResponderEliminarEspero que sigas con la historia.
Abrazos linda.
Linda historia nani; y la hago mía también, pues con el verano me llega también una nueva vida. Abrazos.
ResponderEliminarQué bien Nani. Escrito con el alma... Contigo es fácil volverse el protagonista de tus relatos.
ResponderEliminarUn beso enorme!
¡Dios que nervios! dos inviernos son mucho tiempo.
ResponderEliminarTu relato es tan vivo que se puede cabalgar en cada frase y sentir en cada palabra
Un abrazo con un puñado de rosas
Nos provocaste “Urgencia”…necesidad inmediata, expectativa…
ResponderEliminarOhhh sí, acompañamos a esa “Ella” (porque es femenina sin dudas) sensación a sensación, latido a latido y hasta ese vahído fue nuestro!
La espera Nani mía, en asuntos del corazón, es extraña en términos de tiempo. Los instantes previos hasta que el auto se detiene, pueden ser más largos que esos dos inviernos!
Muchas Gracias cielo mío por el recorrido de emociones! Cafecito dominguero mediante, estuvimos juntas!
Que tengas un bello día Querida Amiga! Desde esta soleada -aunque helada mañana invernal- te mando una montaña de besicos y abrazotes!!!
PD: Puedo ver que fuiste a La Hortichuela (qué bella luce esa aldea!) cámara en mano! Excelente idea!
Desde la primera palabra he sentido el relato en primera persona, no sé, me ha atrapado.
ResponderEliminarPrecioso.
Un beso
Dos inviernos de espera son muchos si mientras la vida se ha detenido.
ResponderEliminarHe bajado la escalera al mismo tiempo que la/el protagonista de la historia, con el corazón palpitando a galope.
Más que precioso ¡maestra!
Muchos besicos fuertes y achuchaos.
Hola querida Nani, se me altera hasta el pulso con ese torbellino de sensaciones,me has llevado al limite de la espera,la emoción y hasta del desasosiego!...Tu capacidad para trasmitir emociones se acerca mucho a los latidos del corazón realmente magistral.
ResponderEliminarUn honor leerla artista!
Un beso,un abrazo enorrrmeeeee!
Sin duda era el verdadero sentido de su vida.
ResponderEliminarMuy bonito
Dos inviernos es mucho tiempo. Como digo a veces en broma:"¡qué momento!"... Pero esta vez lo digo en serio.
ResponderEliminarYo desearía que, ya que se tiene que parar la vida, lo haga en Primavera...
ResponderEliminarBesicos
Me quedo asombrado por la capacidad de sugerencia que tiene una imagen. Enhorabuena
ResponderEliminarA veces una espera tanto un cambio, un giro, que cuando llega hasta cuesta reaccionar, incluso alegrarse…
ResponderEliminarAunque comente poco sigo disfrutando de lo bien que escribes.
Kisses
Prosa robusta. Hábil recreación del ambiente. Final de gran hondura poética. La historia proviene que algo que intuimos y se derrama hacia algo que no podemos imaginar.
ResponderEliminarMi enhorabuena,
PABLO GONZ
Ay, Nani. Qué bonita es la Hortichuela, un lugar para esperar.
ResponderEliminarBesos
Siempre vengo a tu blog a "descansar", a sentir la tierra y volver a arrancar el vuelo. ¿Lo sabías?
ResponderEliminarQué pasada de relaro.
ResponderEliminarCómo te envidio, saber expresarse así.
Es genial!! Me ha encantado!!!
Un besazo.
Los regresos son de esas cosas que siempre esperas, así sean malas esperas que vengan para que puedas valorarte a tí mismo o a tu alrededor, y si son buenas, pues, tú ya sabrás ;)
ResponderEliminarBesos Nani :)
Tu suspense, otra vez. Siempre me gusta cómo nos dejas espacio para meter mano en tus relatos, siempre puertas abiertas... La foto es...
ResponderEliminarQué bien lo haces Nani. La forma de relatar que tienes es tal como más me gusta, transmites cercanía.
ResponderEliminarTendrá continuación? O no.. está perfecto así.
Un besazo y buen verano.
Que de esperanzas en ese regreso inesperado...
ResponderEliminarBesos
Qué cosa más hermosa has escrito, Nani.
ResponderEliminarQue la vida vuelva a tener sentido eso es...
Mil besos.