Caminaba pensativa con la cabeza en la mano (como siempre desde que cumplió trece años), algo no muy habitual pero las cosas eran así.
Siempre le decían los amigos que andaba de cabeza, pero ella creía más bien que andaba con los pies, otra cosa era que los pensamientos los llevara siempre entre las manos. No era normal pero eso era otra historia que no pensaba contar con pelos y señales, aunque para que se entienda algo, debería explicar que nació como todas las personas con la cabeza sobre los hombros, aunque a los trece años hizo un pacto con una hechicera que vivía en el monte y que a cambio de un favor que por aquellos días era muy relevante para su vida de trece años, debió dejarle la cabeza por una noche sobre la mesita de sus brebajes y el precio que pagaba ahora, era caminar con ella entre las manos y a veces, con dolor de cabeza ocasionado por su mala testa.
Cuando creció, entendió que nunca debió dejar la cabeza a nadie por muy importante que fuera el motivo. La cabeza debe permanecer siempre en el mismo sitio, así nunca hay confusiones de ideas, ni caras raras al mirar un cuerpo sin esa cosa que ahora debe llevar agarrada. Ni olvidos, porque a veces se olvida de ella y andar descabezada como un boquerón, es algo que confunde mucho e incluso, algún que otro respingo ocasiona.
Nani. Diciembre 2010.
ver, degustar, oler, pero no dejar la cabeza, ir y volver.
ResponderEliminarSin dudas, uno de tus trabajos más interesantes. Con el surrealismo como herramienta, pintaste la entrega, la claudicación, la pérdida.
ResponderEliminarEntregar la cabeza, negociarla y a temprana edad, es condenar la existencia. En tu narración hay consciencia del hecho, pero no siempre es así. Muchos marchan orgullosos y descabezados por el mundo. Otros ¿los hechiceros? piensan, eligen y ejecutan por ellos.
Muy bien Nani! Con ese toque de ternura (tan tuyo) y el aire distraído, nos dejás un mensaje y un motivo de reflexión tejido entre las letras.
Y que no falten mis cariños y besicos dulce Amiga mía! A puñaítos y a mogollón!
Bonito fin de semana guapa, con aroma a ¿castañas asadas? siempre las imagino cuando hace frío...para Vos! (hoy, 38º para mi)
Bravo, Nani, qué arte. El primer párrafo es ya un microrrelato. Y de premio.
ResponderEliminarBiquiños, artista y madre de artista.
El final de la historia me ha tranquilizado, pensaba en la pobre chica y en cómo le iba a dejar su cabeza a cualquier desaprensivo....
ResponderEliminarBesicos
"Siempre le decían los amigos que andaba de cabeza, pero ella creía más bien que andaba con los pies, otra cosa era que los pensamientos los llevara siempre entre las manos."
ResponderEliminarMe ha encantado este trocito hasta el punto de sonreir. El resto del cuerpo del relato me ha hecho reflexionar, y es que la cabeza no es para dejarsela a nadie.
Gracias!
Ains...pero qué identificada me he sentido...jijijiji... Tomar decisiones de ese tipo con 13 años puede traer cola para los restos...con respecto a lo de llevar la cabeza entre las manos, qué quieres que te diga, usemos el positivismo y admitamos que así, se ve todo desde otra perspectiva y, eso, según mi humilde opinión...es más que perfecto...
ResponderEliminarMe ha encantado, el texto es maravilloso y el dibujo...también... yeaaaaaaaah
Besos obesos!!!! de una des-cabezada...jijijiji
Eso pasa por dejar nuestro poder en manos de quien no debe tenerlo, ni siquiera por un segundo. ¡La cabeza en su sitio... y los pies también! Hermoso relato, hermosa Nani. Un abracico
ResponderEliminarA mí me pasó una vez... pensaba que la cabeza era de quita y pon.
ResponderEliminarAhora la llevo mejor.
Besos.
A ná que se descuide no sabrá dónde dejó la cabeza (literal), tendrá que soltarla alguna vez.
ResponderEliminarMe encantó y el dibujito genial. Muchos besos desde el sur.
Pero seguro que prestada o sin prestar tiene una buena cabeza.
ResponderEliminarUn beso para tí y otro para la susodicha descabezada, que me imagino quien es.
Y bueno, qué puedo decirte, yo es que la cabeza la pierdo con cierta facilidad, así que entiendo a la protagonista
ResponderEliminarhay que vivir, pero nunca olvidar o dejar la cabeza. Buen aprendizaje.
ResponderEliminarUn beso.
Este relato me ha dejado pensativa, creo que necesito volverlo a leer.
ResponderEliminarQué bueno, niña, que manera de expresar que debemos sentir y pensar por nosotros mismos, y no como quieren otros.
ResponderEliminar¡Qué buen relato, Nani!... ¡Qué bien escrito, niña!...
ResponderEliminarMe ha encantado...
Besicos. Muchos.
Me gusta. Anda que no me pregunto yo a veces dónde estará mi cabeza.
ResponderEliminarQué precioso el dibujo!!
ResponderEliminarPonlo en la cabecera del blog!
...yo es que...soy...una mala cabeza, mi Nani :)No se me había ocurrido lo de llevarla atada como un globo, muy buena idea.
Besos
Lo de dejar la cabeza a un lado creo que es más normal de lo que parece. El problema de esta linda chica (¡qué monada la imagen!) es que está condenada a llevarla así per saecula saeculorum.
ResponderEliminarUn abrazo bien grande.
A veces no sé yo si es necesario apartarse de ella por un rato ¿no crees?
ResponderEliminarUn beso
Pues de vez en cuando... no está mal eso de perder la cabeza un ratio, no?? Jaja!!!
ResponderEliminarPreciosa la ilustración.
Un besitooo
Holaaaaaa Mi Nani!!!!!...Una delicia de texto,hay cuestiones innegociables....Bajo ningún pretexto ni ferviente deseo o ambición, sólo ser consecuentes con nosotros mismos desde temprano nos evitara muchos dolores de cabeza y la posibilidad de perderla literalmente...Me ha encantado ese realismo mágico del que haces gala,la ilustración maravillosa...
ResponderEliminarBesicos a montón ,acumulados y directos!
una sonrisa a l@s j@venes creadores, podeis contagiar sonrisas por medio de http://sonriesmile.com/
ResponderEliminaruna sonrisa a l@s j@venes creadores, podeis contagiar sonrisas por medio de http://sonriesmile.com/
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ResponderEliminarPerderlaen algún momento no es malo...;))), pero eso de llevarla en la mano, "pos no", que luego viene los dolores de todo tipo.
ResponderEliminarComo siempre un texto másque bueno y el dibujo ¡precioso!
Muchos besicos, niña.
Nunca hay que perder la cabeza y menos darla por ahí.
ResponderEliminarRecibe una felicitación navideña y un Año Nuevo lleno de salud y amor.
Un abrazo