Foto de Lope
Caminaba sin apenas percibir el dulce masaje del agua
rozando mis tobillos. Mi objetivo era alcanzar la esfera luminosa que al frente
me llamaba, me subyugaba y me atraía de
tal manera; que no podía imaginar el
tiempo que llevaba pisando la húmeda alfombra, hasta que noté un suave roce en
mi hombro derecho. Me estremecí y miré
movida por un impulso incontrolado hacía
ese lado. Estaba tan absorta que lo que vi me dejó atónita. Me encontraba sola
en la playa, la puesta de sol era tan bonita, que embelesada había permanecido
andando hacía la esfera, como si no existiera nada más en el mundo y a mi
alrededor, como si de esa manera pudiera alcanzar la luminosa imagen, no podía
imaginar que una gaviota me sacara del embeleso y me dejara tan asustada por unos momentos. A
veces mi mundo se reduce a unas cuantas
emociones que pueden llenar los grandes momentos, aunque para apreciarlos
haya que tenido que parar por un sustito impresionante.
Nani. Septiembre 2012
existen objetos, personas, astros, planetas y estrellas que nos halan como hipnotizados y una caída de sol es de lo más hipnótico que he presenciado.
ResponderEliminarSaludos y bienvenida.
Hay “momentos” en que el alma, toma posesión de nuestro cuerpo y nos arrastra en sus aventuras amorosas. La esfera luminosa, una estrella, acaso la luna de verano…Cuando sucede, todo lo demás desaparece. Se me ocurre que nunca somos más libres que en esos instantes.
ResponderEliminar¡¡¡Bienvenida Nani!!! Me da mucha alegría encontrar La Casa con luces encendidas y tu invitación de siempre, a mirar por dentro de nosotros, hoy con “Momentos”, una bella manera de iniciar este nuevo ciclo.
Desde mi mañana lluviosa (sí, casi un milagro…) hasta tu rincón en el mundo, va mi abrazo enorme, con todo cariño y una montaña de besicos!
Bienvenida de nuevo, después de tus merecidas vacaciones que sin duda tuvieron el fín de una gaviota despidiéndote...
ResponderEliminarUn beso grande
Un atardecer de los que hipnotizan. Pocas veces estamos tan relajados, ¿sabes? a mí me cuesta, siempre suele ser a la orilla del mar. Pero llegar hasta lo que cuentas ya es un grado, mi niña.
ResponderEliminarUn abrazo grande, me encanta que estés de vuelta.
"A veces mi mundo se reduce a unas cuantas emociones que pueden llenar los grandes momentos"
ResponderEliminarPerfecto mundo el tuyo.
Un beso
tu mundo crece por las pequeñas cosas.
ResponderEliminarabrazos*
Lastima de no poseer dos alas.
ResponderEliminarSaludo
Las gaviotas asustan.
ResponderEliminarCada vez conquistan más terreno.
Besos.
Hola Nani, una fotografía y un texto llenos de paz y serenidad. Por un momento me he imaginado paseando por esa playa. Saludos.
ResponderEliminarComo me alegro de poder volver a teclear por tu espacio.
ResponderEliminarLa gaviota y la luz ¡menudos dos contrapuntos! Para no olvidar ni durante una pequeña ensoñación que lo real "sacude" para quitarnos enseguidita la idea de alcanzar el sol...
Beso gordo
Tal vez la gaviota quería esa bella imagen para ella sola, porque una visión así, es envidiable.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay momentos eternos, Nani. Momentos inmensos, momentos intensos.
ResponderEliminarTe felicito por ellos. Porque en todos te has sentido tan viva.
Me alegro de haberte encontrado nuevamente.
ResponderEliminarY escribir la emoción como si fuera una primera vez de vivir un gran momento.
Siempre es grato leerte, querida mía.
Abrazos.
G
Todos deberíamos vivir así la naturaleza.
ResponderEliminarEl gustoso gusto de gustar de lo simple y embelesarse en ello...
ResponderEliminarHay momentos tan especiales que ni un pequeño susto puede emsombrecer lo que nos ha hecho sentir. Precioso, he caminado junto a tí hipnotizada por la esfera.
ResponderEliminarBesos de gofio.
Veo que las vacaciones te han sentado bien y has tenido momentos mágicos. Podemos decir entonces que han cumplido su función: recargar pilas, no?
ResponderEliminarBienvenida de nuevo a la familia, Nani. Ya ves, poco a poco, hasta los perdidos vamos encontrando el camino a casa.