La imagen es de la red
Se
ha perdido un osito de peluche muy semejante a Winnie Pooh por los alrededores
del paseo de los álamos de la ciudad. Se gratificará con una recompensa importante a quién lo entregue en
perfectas condiciones, ya que tiene un gran valor sentimental para una persona
muy querida. Es de color crudo y lleva
como un chalequito de color rosa fuerte, mide unos 35 centímetros y tiene una
orejita (la derecha concretamente) mordisqueada. Parece ser que fue extraviado
al subir al coche en la puerta del centro médico, donde esta mañana estuve con
mi familia. De nuevo hago un llamamiento a la persona que lo haya encontrado (llamar al teléfono 309845200),
seguramente a dicha persona no le llame la atención e incluso crea que mejor
estaría dentro de un contenedor de basura, pero para nosotros y en particular
para mi niña, tiene un valor incalculable, desde que lo ha echado de menos
esta mañana no ha dejado de llorar y ella es una niña que nunca llora, por su inocencia y su síndrome siempre sonríe y
se muestra feliz.
Nani. Junio 2013
volviendo de vacaciones, mi hija se dejó su osito azul en un área de servicio de la autopista. Llamamos allí y lo habían guardado, su abuelo lo recuperó a la semana siguiente en uno de sus viajes a Barcelona. Imagínate la gran alegría al saber que estaba sano y salvo y la fiesta que montamos cunado volvió a casa.
ResponderEliminarEsos niños que "siempre sonríen" también sufren. Por eso, cuando lloran, es por algo muy hondo.
ResponderEliminarMuy lindo, Nani.
Juan M.
Por favor, quien lo haya visto que lo comunique. Forzosamente tiene qu aparecer. Cien iguales no sería lo mismo...
ResponderEliminarHermoso...
ResponderEliminarDefinitivamente, hoy me rondan los ositos de peluche. Esta mañana, mientras dejaba ropa en la tintorería, la encargada me habló de un viejo osito que le habían dejado para limpieza. Al parecer, había pasado por varias generaciones en la misma familia y las costuras comenzaban a ceder y mostrar el relleno, de verdad, estaba prácticamente destruido. Sin embargo, una nueva personita lo estaba esperando con mucha ilusión y todos hacían un esfuerzo para dejar a ese “Winnie” lo más presentable posible y listo para otra temporada de abrazos, amor y sueños compartidos. ¿Cómo no imaginar a la protagonista de tu historia y sus lágrimas, mientras te leo?
ResponderEliminarUna vez más, GRACIAS, Nani, por la ternura que recorre tus letras y por hacer foco en las escenas cotidianas, por donde pasa lo más auténtico de la vida.
Te abrazo con enorme cariño.
Auténticamente conmovedor.
ResponderEliminarBesos.
Qué temblor me ha entrado por la niña.
ResponderEliminarComo cuando mi niña lanzó sus gafitas por el balcón y las vi tiradas en la calle.
Cuando llegué abajo ya no estaban.
Todavía lloro al recordarlas. Eran tan pequeñitas.
Ojalá aparezca, son objetos insustituibles que le dejan una huella imborrable.
ResponderEliminarMis mejores deseos, querida Nani.
Todos lo niños tiene ese síndrome de abandono cuando su compañero de juegos y de sueños nocturnos desaparece, es como si les arrancaran una parte de ellos y sin esa parte les es dificil concebir el día a día.
ResponderEliminarBesos amorosos.
¿Nadie piensa en el peluche?... pobrecito, el también tiene sentimientos :(
ResponderEliminarBesos
Los peluches de los niños son sus hijos, su pérdida es todo un drama. El que lo encuentre, que lo devuelva.
ResponderEliminarAbrazos de osa amorosa.
Un relato bellísimo. Eres demoledora en el final..., llegas directo, directo al centro de la diana del corazón,¡ madre mía!
ResponderEliminarOle y ole por cada una de tus letras, mi querida Nani.
Muchos besicos.