Basado en la propuesta de Fernando Vicente, inspirado en el dibujo a bolígrafo de
Plasmaste
tu ciudad, pero te faltaba lo que siempre decías era el culmen. Por eso y sin
perder un segundo de inspiración, cogiste el rotulador de los prodigios (siempre
lo llamaste así) y la grandeza la fuiste creando, quedando esas piernas soñadas
entre tu pequeñez. Lo que nunca imaginaste a pesar de tu enorme inventiva, es
que resaltas.
Nani. Agosto 2013
Y cómo resalta!!!
ResponderEliminarBesos.
El ego y la creatividad no son enemigos, es más, son indivisibles aunque uno resalte sobre el otro. Me hace pensar tu relato, Nani.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Bienvenida de nuevo a la blogosfera, hacía tiempo que no te veíamos.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, sí, resalta y se nota a pesar de su pequeñez. Sobre unas piernas tan grandes no hay nada que pueda disimularse.
ResponderEliminarEs un relato encantador, Nani.
¿Qué sería e la Humanidad sin creatividad?
ResponderEliminarUn abrazo, Nani, voy llegando de nuevo.
Qué original, me gusta ese tono íntimo, complice, que le has dado. Un abrazo, Nani
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