La ciudad del amor era como cualquier otra. Tenía
adoquines, balcones y macetas. Anuncios por doquier y mucha gente que caminaba
sin mirar o en todo caso, a sus manos ocupadas por los móviles. Me sentí
decepcionado de tanta publicidad en la revista de moda, aunque seguí el camino que indicaba donde se hallaba ese amor
que había obtenido tanta fama, yendo a parar a una calle con muchas banderolas, farolas iluminadas y multicolor. Al final una indicación me llevó a una
loseta que decía: “Lo que buscas está en ti, despierta un poquito y lo descubrirás”.
QUIMERA
En la ciudad del amor hay muchos mitos, muchas utopías y
mucho blablablá. En tiempos se corrió la voz y aquello atrajo a turistas,
peregrinos y gentes diversas, pero el amor se había perdido, lo guardaron los
lugareños para ellos, o igual se fue con Cupido, porque en vez de amor había
ruina, odio, miseria, mucho rencor y para colmo de males, los contenedores de
basura estaban rodeados de gente con hambre.
Nani. Septiembre de 2017
La bondad siempre empieza en uno mismo, es nuestra esencia o debería de serla. Un abrazo Nani, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarCuando muere el Amor todo muere con él y la desolación y la desgracia se dispersa por los lugares del mundo trayendo la desgracia y la escasez de misericordia.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo.