sábado, 28 de septiembre de 2019

BUENA SUERTE


Aquel beso que nos dimos en alta mar, fue tan fogoso y tan lleno de burbujas, que no sé si fue la tierra la que se dio la vuelta o fuimos nosotros. Lo cierto es que quedamos con las piernas fuera del agua y nosotros disfrutando por dentro. Por dentro del agua y por dentro de nosotros mismos. Fue el último placer que tuvimos, aunque intenso e irrepetible, puesto que cuando todo volvió a su lugar de origen, el agua no consiguió estabilizarse y se derramó sin encontrar su curso, quedando la tierra seca y desconcertada, con grandes cactus llorones y nosotros, arrugados como higos pasos, así que no quiero que me hablen de amores fogosos y burbujeantes ¡y no soy supersticioso, pero esto ya es mala suerte! Para una vez que siento cosquillas por dentro y algo más, cuando vuelvo a la realidad, todo se ha dado la vuelta y nada es como era. ¡Cómo para encontrar a estas alturas un trébol de cuatro hojas, lo piso y a la porra la buena suerte!

Nani. Septiembre 2019