La
foto de su boda fue en blanco y negro. Por entonces todavía no las había en color,
en todo caso sepia. Siempre contó con dolor que las jóvenes que eran
acompañadas de su familia se casaban de blanco, pero las que no tenían un padre
que las acompañara al altar (el suyo fue tiroteado y dejado en aquel barranco),
no se vestían como la novia pura. Y aunque todavía llevaba el luto prendido en
el corazón, decidió que fuera marrón su traje, así serviría para otros
momentos. Intentó que ese luto fuera cambiando de color con la llegada de los
hijos, pero no era fácil vivir con ese puñal hundido, con ese pesar y con las
desolaciones que siguieron. Cuando empezó a descubrir el verde manzana que
tanto le gustaba, aquel pecho que empezó a supurar después del último parto, la
fue apagando. Le hizo frente y aunque era muy doloroso, aguantó hasta que
aquellos hijos empezaron a respirar por si solos o eso creyó. Entonces comenzó
a perder la batalla y una tarde de finales de verano, divisó en el horizonte aquella
familia que la esperaba desde hacía tanto tiempo y, se dejó ir buscando paz.
Nani.
Octubre 2019
Muy conmovedor y doloroso a la vez. Mucha suerte en ENTC. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Rebeca. Doloroso es todo lo que hace a las personas llorar y en este caso así es!!
EliminarBesicos muchos.
Precioso y triste relato Nani, mucha suerte con él.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias Yashira.
EliminarBesicos muchos.
Que triste relato amiga. Te dejo saludos.
ResponderEliminarSí Sandra. Las guerras solo dejan tristeza y dolor.
EliminarBesicos muchos.
Bueno, ya te lo han dicho, aún en su tristeza, es un relato muy bueno.
ResponderEliminarFeliz día Nani.
Un beso
Muchas gracias Carmen, me alegra que así te parezca.
EliminarBesicos muchos.