jueves, 27 de febrero de 2020

TODOS LOS RECUERDOS



Imagen recogida en la red

Paseando por las calles del pueblo, evitaba una en particular. Le gustaba ir a la plaza, donde de niña la mandaban a la mercería a comprar los encajitos que su abuela le ponía a las enaguas y en general, a toda la ropa interior de las mujeres y niñas de la casa. Estando allí recuerda cuando pusieron la figura de la persona más emblemática de la ciudad, allá por los años de Maricastaña. Primero figuró en la calle en que nació, pero con el tiempo y siendo ella pequeña, la pusieron en la plaza. Fue a ver el traslado con sus hermanos mayores y, se escondía entre sus piernas porque le daba miedo ver esa figura tan erguida y oscura. Además siempre le produjo mucho respeto los bigotes poblados y retorcidos, así como las cejas enormes, que aquella escultura tenía. Con el tiempo se fue habituando y ahora era un placer ir a visitarla. Las calles empinadas de piedra rústica la encandilan y subir al mirador a ver ponerse el sol, le proporciona una paz inmensa. Al volver, le encanta caminar por las distintas calles que le recuerdan a las compañeros del colegio, al resto de familia y le encanta saludar a los vecinos que sentados en las puertas, pasan las tardes-noches veraniegas tomando el fresco. Al lugar que nunca va y evita siempre, es donde conoció al primer chico que le hizo tener mariposas en la barriga. Después se fue con una beca a Suiza y además de que no volvió, tampoco le escribió para decirle que allí se quedaría. La calle del olvido no la pisó nunca más, para evitar que las mariposas se le salieran por la garganta y por las lágrimas que aún brotaban.

Nani. Febrero 2020