miércoles, 20 de mayo de 2020

DE OTRA MANERA


Cuando salía del colegio solía entrar por la puerta a la que llamaba segunda. Encontraba la otra primero, pero allí había mucho bullicio y mi madre me pedía que invirtiera los términos. Esta era la del bar que tenían mis padres y la otra, la zapatería que regentaba mi tío. Además de que fuera la recomendada, a mí me gustaba entrar por esa segunda. Allí se respiraba paz, ya que mi tío estaba tranquilamente sentado remendando los zapatos o cosiendo las suelas a los cueros que había cortado anteriormente con una cuchilla especial para ello, muy afilada y con una curva muy pronunciada.  Él siempre me prestaba atención y yo me quedaba embelesada mirando como pasaba cera a los cabos para coser, que primero chupaba y después enceraba. Me atraía el olor del pegamento al que le llamaba engrudo, y disfrutaba su dulzura y cariño. Mi padre siempre estaba mucho más atareado con la clientela y a la vez, había siempre mucho ruido ya que el personal hablaba a  voz en  grito y al mismo tiempo, mi progenitor ni le daba tiempo de ver que yo pasaba,  pero sí algún personal bastante descarado; por esa misma razón el consejo de mi madre para que usara la otra puerta. Por entonces  no caía en esas cosas, pero fui siempre obediente y así lo hacía. A veces, mientras acompañaba a mi tío, pasaba el ganado de trashumancia por la calle y me sentía segura mirando a través de los  cristales a todos aquellos miuras y otras especies, era un placer y un gran desafío ver a los enormes toros que se paraban cuando se reflejaban en los cristales y yo al otro lado, comprobando que casi los podía tocar. Me sentía la heroína del cuento de ese día. Luego cuando merendaba pan con chocolate, me salía a la calle a jugar a la comba, a las estampitas (todavía no se llamaban cromos) en el tranco de la puerta, o a las chinas con alguna vecina o amiga, ya que por entonces todo se hacía en la calle, en los portales donde montábamos tenderetes o rifas o en la plaza más cercana. Todo era mucho más próximo. No había peligro. Los padres sabían que si nos daban una voz acudíamos al instante. La vida era muy distinta. Todo era de otra manera.

#52RetosLiterup

Nani. Mayo 2020

10 comentarios:

  1. La vida iba a otro ritmo.
    Besos.

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    1. Así es Alfred. Todo era distinto pero también había de todo, la historia lo demuestra.
      Besicos muchos.

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  2. Qué feo es el mundo de ahora...
    Estoy contento de haber vivido muchos años en el otro.

    Besos.

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    1. Supongo que alguien que es de esta época no diría lo mismo. Para todos, la época vivida de cada cual, es la mejor y como le decía a Alfred, la historia demuestra que de todo ha habido y si no, que nos lo cuentes quienes vivieron por ejemplo la guerra civil, par ano ir más lejos. Lo único que es muy feo, es la poca dignidad humana, el ego y creer que los otros son los culpables de todo, creo!!
      Besicos muchos Xavi

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  3. Es verdad, nos criamos más libres y sin temores...
    algún día aquello volverá.
    abrazos.

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    1. Meulen, la vida que vivimos fue la nuestra y siempre será la mejor. Lo que sí deberíamos es hacerla más bonita a los que la están empezando ahora, pero para ello tenemos todos que poner de nuestra parte.

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  4. Yo no termino de acoplarme en esa falta de libertad, lo que estoy viendo estos últimos años, es muy feo, ya lo creo que lo es amiga, echo en falta muchas cosas, por ejemplo los valores.
    Un placer siempre leerte nani.
    Un abrazo

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    1. Carmen, a nosotros nos ha cogido a contra pie, pero su`pongo que lo mismo les pasó a nuestros padres. ¿Te acuerdas cuando te pusiste la primera minifalda? Lo que si es verdad es que los que nos gobiernan, lo hacen todo pensando en ellos y todos pasamos a otro orden, pero no pasó siempre así? En fin, hagamos lo que debemos hacer y seamos conscientes, otra cosas no sé que decir.
      Besicos muchos.

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  5. NANI

    Que bonita sensación de presencia le sabes dar al relato, se estremecía mi piel al leerte, la emoción se apoderaba de mi, tu minucioso detalle atraía mas y mas mi atención, hasta tu punto final de vivencia, recuerdo, y evocación.

    Muchacha, me has embelesado el alma.

    Te dejo mi afecto, cuídate.

    LÚCAS

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    1. Lucas, me alegro que te haya proporcionado mi relato, esa bonita satisfacción, para mí es un verdadero estímulo. Muchas gracias y agradecida por tu comentario.
      Besicos muchos.

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