Estas humedades que me
están matando, son
una tortura. Me entumecen los huesos y no me dejan vivir. Me siento presa en mi
propio cuerpo. ¡Anda Federico, llévame a las Bahamas que allí estoy segura que
con un daiquiri en la mano bien fresquito, te voy a hacer el hombre más feliz
del mundo! Además, allí podré moverme con soltura y rectar como te gusta entre
sábanas, e incluso te provocaré esa risilla tonta que tanto te gusta.
Nani.
Diciembre 2020
¡Di que sí!
ResponderEliminarAbrazos.
Abrazos Alfred, y
EliminarBesicos muchos.
Me encanto este relato. Saludos amiga. Feliz Navidad.
ResponderEliminarMe alegro Sandra.
EliminarBesicos muchos.
Yo también soy más de secano.
ResponderEliminarUn saludo.
Jeje, no todo el mundo tiene que ir al mar o la playa, no?
EliminarBesicos muchos.
A Federico no sé si le conviene ir a las Bahamas, si la humedad no le va bien a su mujer. Seguro que luego todo son quejas y solo la comprende el animador del hotel, ese que la está poniendo la crema.
ResponderEliminarNani, muy bueno como siempre. Un saludo.
Uyyy ángel. NO había pensado en el animador, pero mira..., si a ella le gusta!! Jajajaj
EliminarBesicos muchos.
Con calorcito seguro que estarán mejor.
ResponderEliminarBesos.
Eso siempre Xavi. El calorcito es ideal!!
EliminarBesicos muchos.