Siempre
hablaban de capacidades. Fulanito era capaz y el otro no tanto.
Un
día al que juzgaban de incapaz, tras la cortina había escuchado aquellos
comentarios y se sintió muy triste. Qué sabrían ellos, los que ponían etiquetas
y se sentaban en el pódium poniendo un apelativo a cada cual, como si fueran
prendas puestas a un maniquí o la mortadela de aceitunas.
Hacía
tiempo que lloraba por la noche. No decía nada para no apenar a los suyos,
porque son una generación que les ha costado asumir las deficiencias por llamarlas
de alguna manera. A ellos no los educaron para asumir que, en la caja de galletas
las hay de varios sabores y distintas formas, pero todas son galletas.
Se
cree normal, solo que a veces le cuesta un poquito más hacer ciertas cosas,
aunque a algunos de los que consideran normales en la escuela, por ejemplo,
también les cuesta hacer o no quieren realizar lo que deben y al final, los
resultados son normalmente de los que han trabajado.
Y
cuando recogen las notas, se obtiene lo producido, como le explica su padre
cuando van a ver los olivos o a recolectar la aceituna. Siempre le explica cuando
le ayuda, que, si cortan las varetas, remueven la tierra y dejan durante el
verano el terreno preparado y en reposo para la cosecha, al llegar la recolecta
tendrán aceite para el año, de lo contrario, solo tendrían lamentaciones, ya
que no solo se puede culpar a la lluvia o al sol del resultado, sino del cariño
y el abono personal que se le da al trabajo a realizar. La naturaleza es muy
sabia, pero si no le ayudamos y lo que hacemos es poner impedimentos, como es
de esperar, los resultados serán negativos. Luego terminaba diciendo que, cada
uno de nosotros, somos como un olivo, por eso el abuelo siempre decía que: “Hace
más el que quiere, que el que puede”.
Nani.
Diciembre 2022
Que emotiva entrada nos dejas, estoy totalmente de acuerdo con tu abuelo , eso lo oía tan bien en casa de ellos , y a ese le sumaria que querer es poder..Unas muy Felices Fiestas.
ResponderEliminarUna hermosa y emotiva entrada. Gracias!
ResponderEliminarFeliz Navidad!
Los abuelos siempre son una caja de sorpresas y su experiencia les lleva a tener siempre razón.
ResponderEliminarCon interés, decisión y constancia, se llega más lejos que otros que carecen de ello.
Muy agradecida por tus letras y yo también te deseo de corazón una muy FELIZ NAVIDAD con los tuyos.
Cariños.
Kasioles
Una entrada excelente nani, y claro, como no voy a estar de acuerdo con tu abuelo. Los abuelos son sábios. ¡¡¡FELICES FIERTAS!!! Un beso
ResponderEliminarEncantador relato, es esfuerzo personal hace mucho.
ResponderEliminarBesos.
Qué pena me ha dado imaginar a esa persona llorando por la noche para no apenar a los suyos...
ResponderEliminarBesos.
Conmovedor relato. Deja su enseñanza...
ResponderEliminarAbrazo hasta allá.
Coincido con Carlos, me ha parecido muy conmovedor, me ha gustado y me ha parecido encantador ,saludos y felices navidades para ti y los tuyos.
ResponderEliminarLa sabiduría del abuelo :)
ResponderEliminarEste micro es la vivencia de una generación que lo tuvo muy difícil, y a pesar de, no claudicaron y siempre se mantenían en pie. Eso sí, los llantos en soledad, silencio, y a seguir. Procuraban un ambiente "alejado" de preocupaciones y problemas. Cargaban con ello.
Besos, Nani.
Tremenda enseñanza encierras en tus letras. Bravo!!! 👏👏👏👏❤
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