Solo puedo encogerme de hombros y esperar a que oscurezca, para salir vestido de travesti. Con lo que obtengo en el club a cambio del espectáculo, pago la habitación que he conseguido alquilar y comprar leche y galletas para el desayuno. El almuerzo lo hago en la fábrica de conservas, con los excedentes me hago un bocadillo a cambio de ser el vigilante en días alternos y las jornadas que no trabajo, aprovecho para repasar guiones y vestuario. Si me da hambre, voy a recoger la basura del restaurante de la esquina que me obsequia por el favor, algún menú que sobró el día anterior.
REPUDIADO
Solo
puedo encogerme de hombros y esperar a que oscurezca para solapadamente, acercarme a la casa
que me quita el sueño. Ellos están allí y han cenado. No tengo que verlos para
saberlo, ocurre todos los días y así era cuando estaba con ellos. Mis tripas hacen esos extraños ruidos, que si me acompañan a la cama no me dejan
dormir, por lo tanto, cuando estén todos en el sopor de la película, entraré y
al menos uno me servirá de alimento, si no encuentro otra cosa. Desde que me
acusaron, me da todo igual.
Nani,
septiembre 2024
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