martes, 21 de enero de 2025

AGUA

 


Foto de mi autoría


Me ha despertado algo que parece choca contra los cristales de mi ventana.  Como el extraño ruido persiste, me levanto para ver si alguna rama roza, ya que me está desvelando y me produce un cierto malestar.

Con cautela me aproximo a la reja que hay en mi habitación, y miro a través del cristal.

Está mojado y empañado, ya que ha llovido. El agua ha sido la que ha producido ese tintinear en el cristal y la causante de mi despertar.

Hacía mucho tiempo que no llovía y al ver los cristales llenos de goterones, me ha dado un vuelco el corazón de alegría. Hacía tanto tiempo que no escuchaba ese tenue repique y motivo de mi desvelo, que ni recordaba su soniquete.

A partir de ese instante, he imaginado como bajaría el agua calle abajo, limpiando de polvo el asfalto y los zigzags que a lo largo de los distintos callejones va surcando, hasta llegar al arroyo. 

He pensado en la alegría que tendrán las hojas blanquecinas por el polvo, de los olivares al sentir la tibia ducha que los limpia y los deja respirar, así como sus raíces sedientas que, si pudieran, bailarían al son de los valses más deliciosos. ¿He dicho si pudieran? ¿Quién podría afirmar tal cosa? La naturaleza es tan mágica, que igual nos sorprenderíamos si realmente supiéramos que bailan, que lo mismo y a su manera lo hacen, sus raíces al menos se conectan.

He agudizado el oído para escuchar el tamborileo de la gotera enorme que hace el canalón roto, al chocar contra el macetón que hay a la derecha de la puerta de entrada. Seguro que mañana cuando salga para el trabajo, estará radiante la palmera que se secaba por días sin remedio.

También se habrá mojado la ropa que tenía tendida, pero bendito chaparrón que le ha caído. No hay prisa. A Dios gracias, hay otras mudas y la mojada ya tendrá tiempo de secarse, hasta la colada tendida lo va agradecer, como lo estarán celebrando los veneros, ríos, manantiales, fuentes y nacimientos fluviales. ¡Hasta los escasos lavaderos que aún quedan, darían saltos de alegría al verse rebozar!

Ya no me importaba el desvelo, porque era hora de celebrar y ver caer el agua o la vida que nos ofrece el ambiente.

Después de estar un buen rato viendo caer el maná líquido de manera acompasada, sacar las manos para que la belleza hecha fluido me las limpiara de tanta mugre que a lo largo de la vida vamos acumulando, decidí volver a la cama, pero por supuesto, sin cerrar la ventana. Deseaba escuchar su sonido en el silencio de la noche y me acunara con su hermosa nana. Esperaba quedarme dormido, sabiendo que el agua nos estaba ofreciendo su poder de auto abrillantado, para que siguiéramos reluciendo y respirando con la pureza del aire limpio.

Agradecía de antemano, la ducha que al levantarme iba a recibir. El vaso de agua que iba a beber junto al desayuno y el paraguas que iba a sacar, para ir al trabajo o quizá, ni lo abriría.

Y pensando en la belleza del agua, su delicadeza y la grandeza tan inmensa que tiene, a pesar de ser tan humilde a veces, debí quedarme dormido.

Al despertar en la mañana, he tenido la sensación de haber soñado que bajo la lluvia me mojaba como a mí me gusta, aunque he tenido que tirarme de la cama como un poseso, ya que o iba al váter o me pasaría lo que al bebé de la vecina cuando se queda sin pañal. ¡Es lo que tiene soñar con agua!

Más tarde, cuando me he aseado y me he ido al cotidiano trabajo, no he cogido nada para protegerme, deseaba recibir el chisporroteo en las mejillas. No me ha importado llegar mojado, porque hoy era la alegría y la vida la que me envolvía. El agua es la fuente de vida y por ello, siempre la celebro como lo único verdaderamente necesario. Sin el agua se nos terminaría todo, sin ser lo suficientemente conscientes de que es lo más vital, bello y natural que nos rodea.



Relato publicado en el Nº 36 de la revista Pansélinos. Os dejo el enlace para que podáis disfrutarla. 

 

Nani, Enero 2025

5 comentarios:

  1. Te lo he estado leyendo con sumo interés, amiga Lali. Qué maravilloso recorrido por las sensaciones que el agua puede causar en una persona atenta al maravilloso hecho de llover. Indudablemente que tenemos que ser conscientes de lo que se juega el planeta y con él el hombre si no hacemos nada para detener el mal uso de nuestros recursos.
    Excelente, amiga. Un fuerte abrazo.

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  2. Me ha encantado, Nani. Es cierto que la escasez de agua que caiga en su debida medida es muy grave.Besos

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  3. El.agua es el elixir que hace que nuestra vida continúe, sin él pocas posibilidades tenemos.
    Es cierto que oír el tintineo de las gotas sobre los cristales de las ventanas hace que prestemos atención y más cuando hacia tiempo que no nos acompañaba.
    Muy bonito relato y mensaje.
    Te felicito. Un besote con sabor a lluvia.

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  4. Nani, he leído tu fresco, espontáneo y ameno relato sobre la lluvia, que nos cae y no la valoramos lo suficiente...Muy bello, amiga...Te he buscado en la revista cultural que nos dejas y he vuelto a leerte en la página 21-22...Enhorabuena por esa narración, que nos llena el cuerpo y el alma de vida...El agua simboliza al espíritu que mantiene a la tierra...Ojalá no nos falte nunca, amiga.
    Mi abrazo entrañable, Nani.

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    1. Tan simple y tan vital. Me encantó el relato Nani😘

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