viernes, 12 de diciembre de 2025

NUESTRO RINCÓN

 



 

Imagen del fotógrafo británico «de lo cotidiano» Martin Parr.

 

Después de tanto tiempo, hemos vuelto a nuestro rincón favorito. Creí que no nos reconoceríamos, pero como siempre, tú Javi te has adelantado a lo que los demás pensáramos y has venido con tu atuendo de indio cheroqui, así no habría duda. Carlos y yo como siempre a nuestra bola y no hemos caído en venir con nuestros atuendos de correrías, siempre fuimos unos despistados. De todas maneras, tú Carlos procurabas salir con tu llavero de Bugs Bunny y por mi parte, con el abriguito rosa que lo dejé de lado hace mucho tiempo y ni me he acordado de ponerme, aunque fuera una bufanda de ese color, pero tampoco he creído que hiciera falta. Nos hemos sentado cada uno de nosotros en el mismo lugar y orden que lo hicimos siempre y hemos mirado al horizonte un buen rato antes de intercambiar impresiones, eso no ha cambiado. No os podéis imaginar lo feliz que me he sentido al pasar ese rato de reposo y luego intercambiar con vosotros bailando nuestras piernas en el vacío como siempre hicimos, mientras nos contábamos nuestras preocupaciones y las alegrías. ¿Recordáis el miedo que pasé cuando me suspendieron las matemáticas y tuve la osadía de borrar e imitar la nota de doña Manuela? Me cayó una buena en casa cuando se enteraron, que por cierto lo conté a la semana porque no conseguía dormir por los remordimientos. Sí, estuve castigada todo aquel mes de diciembre y los Reyes Magos me trajeron carbón de verdad, nada del dulce ni chuchería alguna. Aquello me hizo aprender que no todo vale en la vida y he intentado enseñarlo a mis hijos. Ellos tienen otras maneras de comportarse. Se pasan la vida mirando sus pantallas y no disfrutan como lo hicimos nosotros de las vistas de la naturaleza, las correrías por el barro y los baños en el río en verano. Son otros tiempos, aunque no todos están siempre solos en casa y quizá por ello se entretienen con lo que hay a mano. Es verdad que tenemos que trabajar fuera demasiado tiempo y los hijos están entretenidos con otras cosas. Creo que nosotros fuimos afortunados y esos valores que nos transmitieron nuestros padres, profesores y el entorno lo hemos aplicado y podemos sentirnos privilegiados, pero no todos han podido, ya os he hablado del primo Alex, lo deslumbró aquella vida que creyó la mejor y desde que cumplió los dieciocho dejó de estar, porque su cabeza voló a otro lugar y aunque está cuidado en la residencia la toxicomanía lo hizo polvo. Otra experiencia de la que aprendimos por entonces cuando estuvimos tonteando al filo de la navaja, como nos decía don Cosme en clase de ética. Bueno chicos, lo que quería deciros con este extenso whatsapp (fijaos, también nos hemos subido a este carro), es que me he sentido feliz de veros y de haber pasado el día más bonito de este año, porque, aunque no lo creáis, haber estado con vosotros me ha hecho rejuvenecer y saber que todo es posible cuando se pone de nuestra parte. Me habéis hecho feliz y aunque no lleve el abriguito rosa, me siento la niña de entonces y han vuelto las mariposas a mi estómago.

 

Nani, diciembre 2025

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