Toc, toc. Toc, toc.¡Holaaaaaaaaaa! ¿Me escuchas?
¡Sí, así estaba llamando!
¿Qué te parece una forma muy poca original de llamar?
Pues mira que quieres que te diga, todo el mundo cuando intenta ser escuchado y llama, a no ser que lo haga a través del timbre de la puerta o el teléfono que entonces sonaría ¡Riiing!, ¡Riiing!, lo hace del mismo modo y cuando él lo hacía, no tenía posibilidad de utilizar ni lo uno, ni lo otro.
Mira que si, no me quieras convencer, que cuando empezó a llamar lo hizo de este modo… ¡Toc, toc. Toc, toc! Y así lo escuché durante todo el tiempo que intentó contarme sus cositas.
Al principio eran cosas muy insignificantes, muy diminutas, acorde con sus diminutas fuerzas, pero a la vez, muy importantes.
¡Mira, si quieres que te lo cuente, escucha, pero no arrugues tanto la boca y el entrecejo, que parece que estás estreñido!
Después fueron creciendo las llamadas ¡Síiiiiiii creciendo, ufffffff, o me escuchas, o…!, y la llamada incluso había días que me hacía dar un blinco, estuviera donde estuviera, no tenía miramientos, ni a mí me importaba que no los tuviera, al contrario, me gustaba esa forma de llamar la atención.
Mira como empieces con tus celos y tus tonterías dejo de contarte. ¿No te estoy mirando a ti a y ahora a los ojos y eres tú exclusivamente mi centro de atención, no te lo estoy contando a ti, a que vienen esas caras, todos esos espavientos y tonterías? ¡Eres la caraba, si te cuento porque te cuento, si no te cuento, porque no te cuento! ¿Pues sabes que te digo? ¡Que me voy con la música a otra parte, y de música se trataba lo que te estaba relatando!
¡Ahhhh, que tratándose de música si quieres escuchar, de verdad, me haces perder la pacienciiiiiiiiiaaaa!
Lo que te estaba diciendo es que después empezó a llamar con más fuerza y a veces parecía que estuviera galopando, como si de un potrillo se tratara.
¡Que siiiiiiiii, que parecía que galopara o que trotara! Y es que tenía un montón de energías. Tenía un don especial y le encantaba que pusiera música, le gustaba escuchar a mi laito, to pegaito a mí, como si en ese momento fuéramos una sola persona. Era bonito saberle cerca y a mí como me gustaba, adrede ponía aquel disco de vinilo que me regaló el abuelo y una y otra vez, posaba la aguja encima, haciéndole girar y girar, (tan solo tenía que alargar la mano), hasta repetirlo muchas veces, y acabar rendidos y dormidos apaciblemente. ¿Sabes una cosa que nunca te conté?, a ti también te gustaba que te pusiera ese disco y además, cuando estuviste en las misma circunstancias, te gustaba (a él también) que posara mi mano suavemente y la mantuviera de esa manera durante aquellos largos ratos que nos regalábamos mutuamente.
Todas esas energías que derrochaba como te decía, se hicieron cada día más notorias. Era como si tuviese prisa por ir a todas partes, como si le faltase tiempo para desarrollar todo lo que su pensamiento y sus juegos imaginaban.
Cuando pasó algún tiempo y crecieron sus llamadas de atención, sin más ni más, empezó a empujar con tanta energía, que por pocas en el mismo pasillo, irrumpe interpretando la sinfonía de sus notas inventadas y armoniosamente colocadas, que se hicieron presentes en un paritorio cualquiera de un hospital cualquiera, de una ciudad cualquiera. Allí irrumpió con un impulso que dejó atónito al médico, a la enfermera y a mi misma que no daba crédito a aquella sinfonía de llantos y cantos bien sincronizados y melodiosamente cantados, haciendo de todo aquello, los conciertos más deseados de esa época, los recitales de la temporada y el éxito de mi vida. Por aquellos días, no tuve tiempo de escuchar los cuarenta principales, ni de volver al palacio de la música. Vuestros conciertos “fueron la música de mi vida”.
¡Sí, así estaba llamando!
¿Qué te parece una forma muy poca original de llamar?
Pues mira que quieres que te diga, todo el mundo cuando intenta ser escuchado y llama, a no ser que lo haga a través del timbre de la puerta o el teléfono que entonces sonaría ¡Riiing!, ¡Riiing!, lo hace del mismo modo y cuando él lo hacía, no tenía posibilidad de utilizar ni lo uno, ni lo otro.
Mira que si, no me quieras convencer, que cuando empezó a llamar lo hizo de este modo… ¡Toc, toc. Toc, toc! Y así lo escuché durante todo el tiempo que intentó contarme sus cositas.
Al principio eran cosas muy insignificantes, muy diminutas, acorde con sus diminutas fuerzas, pero a la vez, muy importantes.
¡Mira, si quieres que te lo cuente, escucha, pero no arrugues tanto la boca y el entrecejo, que parece que estás estreñido!
Después fueron creciendo las llamadas ¡Síiiiiiii creciendo, ufffffff, o me escuchas, o…!, y la llamada incluso había días que me hacía dar un blinco, estuviera donde estuviera, no tenía miramientos, ni a mí me importaba que no los tuviera, al contrario, me gustaba esa forma de llamar la atención.
Mira como empieces con tus celos y tus tonterías dejo de contarte. ¿No te estoy mirando a ti a y ahora a los ojos y eres tú exclusivamente mi centro de atención, no te lo estoy contando a ti, a que vienen esas caras, todos esos espavientos y tonterías? ¡Eres la caraba, si te cuento porque te cuento, si no te cuento, porque no te cuento! ¿Pues sabes que te digo? ¡Que me voy con la música a otra parte, y de música se trataba lo que te estaba relatando!
¡Ahhhh, que tratándose de música si quieres escuchar, de verdad, me haces perder la pacienciiiiiiiiiaaaa!
Lo que te estaba diciendo es que después empezó a llamar con más fuerza y a veces parecía que estuviera galopando, como si de un potrillo se tratara.
¡Que siiiiiiiii, que parecía que galopara o que trotara! Y es que tenía un montón de energías. Tenía un don especial y le encantaba que pusiera música, le gustaba escuchar a mi laito, to pegaito a mí, como si en ese momento fuéramos una sola persona. Era bonito saberle cerca y a mí como me gustaba, adrede ponía aquel disco de vinilo que me regaló el abuelo y una y otra vez, posaba la aguja encima, haciéndole girar y girar, (tan solo tenía que alargar la mano), hasta repetirlo muchas veces, y acabar rendidos y dormidos apaciblemente. ¿Sabes una cosa que nunca te conté?, a ti también te gustaba que te pusiera ese disco y además, cuando estuviste en las misma circunstancias, te gustaba (a él también) que posara mi mano suavemente y la mantuviera de esa manera durante aquellos largos ratos que nos regalábamos mutuamente.
Todas esas energías que derrochaba como te decía, se hicieron cada día más notorias. Era como si tuviese prisa por ir a todas partes, como si le faltase tiempo para desarrollar todo lo que su pensamiento y sus juegos imaginaban.
Cuando pasó algún tiempo y crecieron sus llamadas de atención, sin más ni más, empezó a empujar con tanta energía, que por pocas en el mismo pasillo, irrumpe interpretando la sinfonía de sus notas inventadas y armoniosamente colocadas, que se hicieron presentes en un paritorio cualquiera de un hospital cualquiera, de una ciudad cualquiera. Allí irrumpió con un impulso que dejó atónito al médico, a la enfermera y a mi misma que no daba crédito a aquella sinfonía de llantos y cantos bien sincronizados y melodiosamente cantados, haciendo de todo aquello, los conciertos más deseados de esa época, los recitales de la temporada y el éxito de mi vida. Por aquellos días, no tuve tiempo de escuchar los cuarenta principales, ni de volver al palacio de la música. Vuestros conciertos “fueron la música de mi vida”.
nani. 0ctubre 2007.
Que bonitooo!!!
ResponderEliminarSeguro que eres una mama genial!!!
Un besitooo
lo es lo es... te lo digo yo que soy uno de los que lloraban... claro que lo segundo que hice en mi vida despues de llorar fue hacerme pipi en la enfermera jajaja.
ResponderEliminarole!mi madre!!! de mayor quiero ser como tu.
Hay llantos que son música... Y hay vidas que son una sinfonía... Tus letras, nani, son la orquesta completa, con director y compositor incluidos.
ResponderEliminarole, ole y ole. Así se escribe. Besos
ResponderEliminarAy, por dios, cómo me ha gustado.
ResponderEliminarNunca había leído el relato de un parto, contado por la madre, de forma tan magistral. Enhorabuena por el escrito, y enhorabuena también, estoy seguro, por ser una madre excelente.
ResponderEliminarPlas, plas, plas.... increible!!!
ResponderEliminarEscribes muy muy bonito!
Estás invitada a pasear por mi blog siempre que quieras; gracias por dejar tu comentario.
Yo, si me lo permites, pasearé por aquí a menudo... porque me ha encantado leerte!
Saluditos.
¡¡me gusto ummm siii me gustó!! y ratifico lo que ha dicho Antonio, porque yo también soy una de las que lloraba y si esta mujer es buena escribiendo, lo es muuuuuucho más como madre.
ResponderEliminarMuy bueno, mamá, aunque ya te lo he dicho por teléfono jejeje...
¿Es que hay música más bella que esa? Si la hay yo aún no la he descubierto.
ResponderEliminarBesos
¡Oh!
ResponderEliminarQué tierno, Nani :)
Mi madre siempre dice que al amor de madre no es comparable a ningún otro... Quizá algún día lo conozca, ¡ojalá!
que bonito... me acabo de quedar fascinada.
ResponderEliminarVoy a releerlo de nuevo...
Me alegro de no ser el único que piense así. Yo recuerdo muy bien el parto de mi hija. Se me suelen olvidar muchas cosas, pero esa es una de las que permanecerán en mi mente toda la vida. Es uno de mis recuerdos más bellos.
ResponderEliminarMe ha parecido precioso, y me encanta tu forma de escribir. Me pasaré por aqui para seguir leyendote. un beso
ResponderEliminarSorprendida me hallo!!!! Nunca se me hubiera ocurrido comparar la gestación de un bebe hasta su parto con una BSO..jejejeje!!!
ResponderEliminarComo me ha gustado leerte!
Te salió con caracter y con esa fuerza con la que hay que afrontar la vida desde el primer dia que pisamos en este mundo de locos!
Muchas gracias por visitar mi casa y por permitir conocer la tuya..
Saludos a esta familia sinfónica! para que nos sigas relagando historias en clave de sol, jeje!
Saudinesssssss
Qué bonito en todos los sentidos: se disfruta leyéndolo en la pantalla, en voz alta e imaginándolo. Es un cuento que ojalá leyeran y oyeran miles de personas. Digno de ser publicado, sin duda, celebrado. Un saludo.
ResponderEliminarQue tal, disculpa que entre a tu blog sin ser invitada pero vi tu comentario en el blog de David(certeza.wordpress.com) y sabes me dejaste con una impresión especial... sobre los cubanos ojala muchos pensaran como TU... te digo esto porque yo amo a ese pueblo por como son... y sin duda porque mi novio es de alla y me da muestras de grandeza que muchos no tenemos, te saludo desde mi blog(marely.blogspot.com) ese articulo se lo comparti a David por lo especial que es, verdad?
ResponderEliminarQué bonito y original Nani! Nunca se me hubiera ocurrido describirlo así.
ResponderEliminarMe ha encantado leerlo.
Besos mamaíta
Muchas gracias a todos. Os puedo asegurar que ser madre ha sido mi mejor experiencia y lo mejor que me ha pasado en todo este recorrido que llevo hecho.
ResponderEliminarBesitos muchos, para todos/as.
nani