Los pasos cada vez se notaban más cercanos, y la inquietud fue en aumento. Había salido de casa para ir a terminar un trabajo con un compañero de facultad y cuando bajaba hacía el río, la niebla había crecido en espesura y humedad. Los latidos de su corazón se hicieron tan sonoros y la sangre se agolpaba en sus sienes y en su garganta de tal manera, que temía fuesen escuchados por el perseguidor. Pensó esconderse en los soportales, pero el sólo hecho de imaginarlo, le produjo un escalofrío que le erizó el bello. Con el frío producido por el clima nocturno y el que le proporcionaba su mente, caminaba por el centro de la calle, con las manos embutidas en los bolsillos y la cabeza metida entre las solapas del abrigo, intentando ocultar a sí mismo, su propio miedo. Al menos – pensó -, yendo por el centro de la calle y de ocurrir algo, sería más visible al ojo humano y era posible, que en algún balcón o ventana hubiera un ojo curioso y despierto.
Cuando salió no estaba la noche tan lúgubre y oscura. La niebla había crecido minuto a minuto, y cada vez se hacia más espesa y desoladora.
Al volver una esquina, miró de soslayo para intentar descubrir al dueño de las pisadas que le perseguían, pero la espesura que encontró a su espalda era tan opaca, que del propio sobresalto la inquietud aumentó.
Allí se encontraba en medio de aquella humedad espesa y perseguido. El desconsuelo y el pavor que se estaba adueñando de su ser era tal, que incluso estuvo tentado a dejarse caer contra la pared y esperar allí al que tan próximo se presumía. Pero un impulso sobrehumano le empujo a apresurar el paso cosa que también hizo el que le pisaba los talones. La carrera crecía en ritmo, así como el propio ritmo cardíaco se intensificaba. Cuando ya creía desfallecer por el miedo, el sudor frío que le empapaba todo el cuerpo y las piernas que casi no respondían a su impulso, una mano se posó sobre su hombro y escuchó una voz que decía: “Alberto por pocas te alcanzo, que prisa llevas. Quería saber si mañana podrías prestarme el portátil en la facultad. Tengo que hacer una presentación en clase de económicas y el mío se ha estropeado. Lo necesito para que el catedrático me pueda puntuar”.
NANI. Enero 2008.
NO hay nada como la sugestión para ver fantasmas donde no los hay. Pero no podemos negar que todos hubiéramos pensado algo parecido ante una noche así.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un besazooo
Nani, no hay nada más literario que la sugestión. No recuerdo qué escritor decía algo así como que un personaje puede escapar huyendo de un león que le persigue, pero el que escribió que su personaje huye de un león, cuando no hay león, ese inventó la Literatura.
ResponderEliminarY en cuanto a la pregunta que me hacías en mi blog, el libro se compra en este enlace, cópialo y pégalo, pincha a la derecha, donde pone "Mi libro" (que diría Umbral):
http://www.editorialgrupobuho.com/el-desguace/libro-el-desguace.html
En "El bandido doblemente armado" se han agotado, pero les he dicho a los de la editorial que lleven más ejemplares. Besos y gracias por tu interés.
Manu
La verdad es que la respuesta más lógica a veces es la correcta, y también la que más miedo da.
ResponderEliminarUn saludo aunque sólo te conozco a través de María.
¡NO veas mi madre y sus recursos literarios!
ResponderEliminarYa me veía yo por mitad de un pueblo, con una calle adoquinada y "cagaica" de miedo con el "flipao" ese que quería pedir el ordenador ¡pero, chiquillo, no tienes otra cosa que seguirme así! ¡deja tu complejo de Sherlock Holmes,hombre, y más alegría...!jejeje
En serio, consigues siempre lo que quieres ¡me encanta!
Besitos
El miedo es arbitrario y subjetivo. Como casi todo lo humano.
ResponderEliminarAy, eso me recuerda a cuando nos quedábamos las hermmanas solas en casa y teníamos que apagar la luz al final del pasillo... y volver hasta el fondo de la casa a oscuras!!!!!
ResponderEliminarpor culpa de eso, éramos estupendas corredoras de fondo XD
Coincido con María... que miedo!!! cagaica tol rato... menos mal que era el xico este con el portatil y yo al darme la vuelta y ver que era él menudo grito le pegao: ¡ pero no ves que me has asustaoooooo, ven silbando o algo hombre!
ResponderEliminarMe ha gustao Nani.
Besitos con miedito!
Siempre consigues que nos metamos dentro de lo que escribes, es genial, empiezas a leer y no puedes parar hasta llegar al final. Me gusta. Besos
ResponderEliminarY bueno, hablando de finales inesperados...
ResponderEliminarMe ha encantado, por cierto
Nani: el amigo Oscar Wilde decía que el escritor "inventó la niebla", antes de su descubrimiento, sencillamente no estaba ahí. Mucho menos las sensaciones que produce la niebla.
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato.
Si es que la sugestión es muy mala compañera. Menos mal que a mí me gusta la niebla :D
ResponderEliminarBesos
La realidad la empobrecemos - o agrandamos innecesariamente - muchas veces con nuestra desbocada imaginación, como bien cuentas en tu relato, y a veces creo que nos faltan emociones y le añadimos un poco de salsa necesaria. Pero vaya susto...
ResponderEliminar¡Jolín qué susto! ¡Yo le daba con el portátil en la cabeza!
ResponderEliminarHabia oido por ahi que eras buena escribiendo relatos, pero no es cierto, ere MÁS que BUENA, me gusta mucho tu blog, si Señora!!
ResponderEliminarUn Saludo
PD: Soy compañera de María, una de las futuras Intregradoras Sociales
Leñe,qué miedo he pasao,jajaja,total por un compañero de facultad!!
ResponderEliminarAy, por dios, qué paranoia. Creerte algo que sólo ocurre en la imaginación es horrible porque casi siempre pensamos en lo peor.
ResponderEliminarSi no nos metieran tanto miedo, a lo mejor veíamos las cosas de otro modo, claro que inmersos en la niebla, sin ver nada, es difícil pensar en algo positivo.
Un beso
Disfrutas haciéndonos sufrir, reconócelo,jajajja.
ResponderEliminarUn besazo, me encantan tus relatos.
joer que susto!!!! si me pasa a mi me da un de to!!!!! jajajajajajja
ResponderEliminarMuy buen relato y preciosa imagen
Un beso
Jejejeje, muy bien recreado. A veces nos montamos unas películas en la cabeza que no se corresponden para nada con la realidad, pero ... ¿quién puede asegurar que es capaz de controlar su cerebro y su pensamiento?
ResponderEliminarCuando menos es difícil.
Pero te has dejado lo más importante ... ¿le prestó el portatil? jejejejejeje.
Un besote. Pasa buen fin de semana.
Je,je, qué malas pasadas nos juega muchas veces nuestra propia imaginación.
ResponderEliminarjoooolin, yo le daba con el miedo en la cabeza eh!!
ResponderEliminarvaya historia, es una de las que mas me han gustado ;)
besos!
Dios mio Nani, vaya relato.
ResponderEliminarMe ha encantado.. has sabido y podido enfrascar en unas líneas todo el miedo que se puede sentir en una situación semejante.
Chapó, me quito el sombrero.
Jajajaja....¡¡¡Pa habernos matao!!!
ResponderEliminar"Me cagun en las muelas" del amigo.
Nani, no hay mejor cosa que estar en buena forma.....Vamos que si fuera hace unos años, no me pilla corriendo ni de coña...jajaja
¡¡Portatil!!....será cabrón, con el susto que le dió....tenia que meterle el portatil por donde yo dijera....jajaja
Muy bueno señorita Nani...como siempre, es grato leerte....
Un besazo del mar del norte, hacia los campos de olivos...Muacks
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ResponderEliminarLa niebla es para despejarla !!!!!
ResponderEliminarEste es un hermoso relato y de verdad te escribo desde el vereano chileno asoleado y seco !!!
Miles de cariños
Y no le dio cuatro gritos? Por dios, qué susto! Hubo una época que soñaba con que me perseguía alguien y daba unos saltos en la cama! Reconozco que soy bastante miedosa...
ResponderEliminarBesotes linda!
¿Conoces el relato ese en el que un hombre se encuentra en su casa un ataud? Ahora no recuerdo como se llama el relato, pero creo que lo puse en mi blog.
ResponderEliminarBueno, resulta que al final el ataúd estaba ahí porque... Ja, que te crees que te lo voy a decir!
BESAZOS
(Has visto como yo tambien se mantener el suspense? jijiji)
Vaya nervios, y miedo que logras contagiar, jaja...pero al menos respiro con el final.
ResponderEliminarAbrazos