El lápiz se movía sobre el papel igual que una bailarina de ballet se desliza en un escenario.
Los trazos que iba dejando, casi siempre empezaban por figuras geométricas que poco a poco se convertían en paisajes, retratos, tiestos con plantas preciosas, niños jugando yendo tras un aro o saltando a la comba, mares con veleros navegando o animales en su hábitat y terminando en verdaderas obras maestras.
Mientras, el chico que movía ese lápiz y conseguía tales proezas, pensaba en lo que su vida había sido y como llegó a aquella faceta que tanto le gustaba y que nunca pensó fuera su trabajo, su razón de vida y su sustento.
Fue su padre un pintor humilde que se limitaba a pasar los rodillos y brochas por las paredes y habitaciones de las personas que solicitaban sus servicios. Este trabajo era sencillo y muy rutinario, pero hubo ocasiones en que sobretodo aprovechando sus vacaciones escolares, le pedía que le acompañara y le ayudara en el trabajo más laborioso y entretenido. Consistía en trazar líneas (como las que le enseñó a hacer de pequeñín en el cuaderno de la escuela), para dejar el boceto de algún que otro zócalo o alguna cenefa sencillita que era a lo más que se atrevía el humilde pintor. Empezó a sentirse bien ayudando a su progenitor, primero porque le gustaba cada vez más ver en que se convertían sus trazos, pero al mismo tiempo le hacía sentir bien al ver en los ojos de su padre, la satisfacción y la admiración por su trabajo. Había empezado con sencillas grecas que se hicieron poco a poco más complicadas y laboriosas, llegando a ser requerido por la clientela cuando observaban los resultados obtenidos. Y esto fue el aprendizaje y el desarrollo de una afición que estaba escondida y que afloraba a cada paso dado, rellenando cuadernos con bocetos, pinturas realizadas y estantes llenos de proyectos. Así fue creciendo y creciendo su estilo y originalidad y cuando llegó a la universidad, todo fue surgiendo de manera lógica y natural y sin dificultad alguna, haciendo colaboraciones e ilustrando la revista universitaria, trabajos en grupo de donde surgieron cómic y revistas de las más leídas en el país y con auge en otros países, haciéndose preciso la traducción y distribuciones correspondientes.
Hoy mientras trabaja, llevando y trayendo lápices, acuarelas, carboncillos, óleos y plasmando murales, cómic o cuadros, y recuerda al viejecito que en la casita de campo riega los tomates y las lechugas, a su compañera ayudándole en esas cotidianeidades y los dos a pasitos cortos y con sus sombreros de paja para protegerse del sol, yendo y viniendo en la tenue y recién abierta mañana así como cuando el sol empieza a declinar, se sabe una persona afortunada, porque gracias a ellos ha conseguido un estatus y reconocimientos que sin las sencillas y humildes enseñanzas de sus progenitores, seguro que sería un “divo” (si es que hubiera llegado a descubrir su vocación) del mundo del arte, pero no sería la persona que en su interior existe y que agradece y reconoce, porque sabe que sus primeros trazos los hizo de la mano de ese humilde pintor de brocha gorda, que le protegió con los viejos monos que en casa había igual que la primera vez que se subió a un andamio, allí debajo estaba ese pintor mirando y sonriendo los colores y figuras que conseguía plasmar.
Los trazos que iba dejando, casi siempre empezaban por figuras geométricas que poco a poco se convertían en paisajes, retratos, tiestos con plantas preciosas, niños jugando yendo tras un aro o saltando a la comba, mares con veleros navegando o animales en su hábitat y terminando en verdaderas obras maestras.
Mientras, el chico que movía ese lápiz y conseguía tales proezas, pensaba en lo que su vida había sido y como llegó a aquella faceta que tanto le gustaba y que nunca pensó fuera su trabajo, su razón de vida y su sustento.
Fue su padre un pintor humilde que se limitaba a pasar los rodillos y brochas por las paredes y habitaciones de las personas que solicitaban sus servicios. Este trabajo era sencillo y muy rutinario, pero hubo ocasiones en que sobretodo aprovechando sus vacaciones escolares, le pedía que le acompañara y le ayudara en el trabajo más laborioso y entretenido. Consistía en trazar líneas (como las que le enseñó a hacer de pequeñín en el cuaderno de la escuela), para dejar el boceto de algún que otro zócalo o alguna cenefa sencillita que era a lo más que se atrevía el humilde pintor. Empezó a sentirse bien ayudando a su progenitor, primero porque le gustaba cada vez más ver en que se convertían sus trazos, pero al mismo tiempo le hacía sentir bien al ver en los ojos de su padre, la satisfacción y la admiración por su trabajo. Había empezado con sencillas grecas que se hicieron poco a poco más complicadas y laboriosas, llegando a ser requerido por la clientela cuando observaban los resultados obtenidos. Y esto fue el aprendizaje y el desarrollo de una afición que estaba escondida y que afloraba a cada paso dado, rellenando cuadernos con bocetos, pinturas realizadas y estantes llenos de proyectos. Así fue creciendo y creciendo su estilo y originalidad y cuando llegó a la universidad, todo fue surgiendo de manera lógica y natural y sin dificultad alguna, haciendo colaboraciones e ilustrando la revista universitaria, trabajos en grupo de donde surgieron cómic y revistas de las más leídas en el país y con auge en otros países, haciéndose preciso la traducción y distribuciones correspondientes.
Hoy mientras trabaja, llevando y trayendo lápices, acuarelas, carboncillos, óleos y plasmando murales, cómic o cuadros, y recuerda al viejecito que en la casita de campo riega los tomates y las lechugas, a su compañera ayudándole en esas cotidianeidades y los dos a pasitos cortos y con sus sombreros de paja para protegerse del sol, yendo y viniendo en la tenue y recién abierta mañana así como cuando el sol empieza a declinar, se sabe una persona afortunada, porque gracias a ellos ha conseguido un estatus y reconocimientos que sin las sencillas y humildes enseñanzas de sus progenitores, seguro que sería un “divo” (si es que hubiera llegado a descubrir su vocación) del mundo del arte, pero no sería la persona que en su interior existe y que agradece y reconoce, porque sabe que sus primeros trazos los hizo de la mano de ese humilde pintor de brocha gorda, que le protegió con los viejos monos que en casa había igual que la primera vez que se subió a un andamio, allí debajo estaba ese pintor mirando y sonriendo los colores y figuras que conseguía plasmar.
Nani. Abril 2008.
Agradezco a LA GATA ROMA el premio "Dardo" que me ha concedido y que yo entrego a mi vez y con todo mi cariño a todos los enlances que tengo a mi izquierda y todos los que os entretenéis en leerme. Gracias Mercedes y agracias a tod@s vosotr@s
Igualmente agradezco a TARNISHÍ, el premio "bombilla" que me ha concedido y que os dedico de igual manera a tod@s vosotr@s.
Muchos besos.
Es simplemente fascinante ver como alguien comienza con un lienzo en blanco y de pronto acaba con un gran proyecto, un hermoso cuadro, en fin..me gustaría tener esa habilidad , creo que por eso escribo, por sentir esa satisfacción de ir juntando letras en palabras , oraciones y sentimientos.
ResponderEliminarEs tan importante tener un referente de ese tipo en la vida que a parte de los inevitables "desequilibrios" te transmita sentimientos sanos y te ayude a configurar lo que serás... sabes que "mis niños" carecen de esto y...es tan triste...
ResponderEliminarYo me siento orgullosa de lo que soy porque casi todo es porque tuve unos progenitores que hicieron muy bien de padres...
Como siempre, buen relato, bien narrado y con moraleja...plas plas plas... ¡y quien no diga plas que se le seque la yerbawena!jajaajajaja
Bicos
Caramba Nani; te dejo de visitar unos días y te encuentro llena de premios. Merecidos sin duda alguna. Felicidades!!!!
ResponderEliminarEl tener la guía de los padres es vital en el desarrollo de nuestros hijos. Y el ejemplo también. Un texto lleno de recuerdos y añoranzas.
El otro día me regalaron un cuadro y mientras lo miraba pensaba cómo alguien podía plasmar algo así. al igual que mariapahn, he tenido buenos referentes en mi vida, cosa que es bastante importante. Muchos beos y Felicidades por tus premios.
ResponderEliminarMuaccc
Siempre es importante tener los pies bien clavados a la tierra, eso nos hace personas (que es lo primero y más importante).
ResponderEliminarQuizá, sin esa base, jamás podría haber sido tan grande en lo suyo.
Un besazooo y enhorabuena por tus premios... te los mereces todos!!!
FInalmente Nani, creo que lo escrito antes, somo también de donde venimos... Lo que fuimos nos marca en lo que somos, almenos tanto como lo que somos es parte innegable de lo que seremos.
ResponderEliminarFelicidades por tu nuevos premios.
Somos muchos lo q hemos encontrado el empujo de un padre obrero.
ResponderEliminarMi viejo por un lado me apoyo para que fuera a la facu, pero por otro él no cree mucho en lo que escribo o mis dibujos. Siempre me dice que tengo muchos pajaritos en la cabeza...
querida Nani, sabes que soy novel en tu página, y cómo la última vez, me ha encantado. Este texto me ha traído muchos recuerdos de mi padre, el cual ya no está conmigo, pero que ha sido el eje y el faro de todo lo que he llegado a hacer y ser en esta vida. Un referente es fundamental, y, yo al menos, eso intento con mis hijas...no sé si seré igual o mejor que mi padre, pero por mí no ha de quedar. Un saludo y perdoname por un comentario tan largo
ResponderEliminar¿Que te pensabas, que me había pasado algo? Simplemente quería desconectar un poco, por eso no he actualizado en tanto tiempo ;)
ResponderEliminarYo admiro muchísimo a la gente que, con un simple lápiz, es capaz de dibujar algo que parece real. Y es que yo, como soy super torpe, no sé hacer nada que se pueda considerar arte (que vida la mía...)
BESAZOS
Nunca sabemos lo que el futuro nos deparará ni lo que acabaremos haciendo...
ResponderEliminarSiempre he admirado a las personas que hacen de unos trazos una obra de arte...
Besicos
En mi blog te he dejado una preguntita (jijiji)...
ResponderEliminarBESAZOS
Un relato precioso,mis felicitaciones.Un beso!!Goroka.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarPero bueno! A qué velocidad pasa el tiempo! Si me he perdido tres premios tuyos y dos relatos!
ResponderEliminarLos relatos, como siempre, dulces. y los premios, merecidísimos!
Un besote lindura!
te merecés todos los premios del mundo No te pierdas
ResponderEliminarBesos
¿Qué nombre tiene esta personita que agradece a ese padre lo que él logró? no importa saberlo, simplemente es que en tus letras, hay recuerdos que no se deben de olvidar.
ResponderEliminarY es tan agradable leer estos sucesos.
Lindo lo que escribes.
Muchas felicidades por los premios.
Abrazos linda.
Enhorabuena otra vez por los premios y gracias por el trocito que me toca. Bonito lápiz el tuyo.
ResponderEliminarUn gran reto enfrentarse siempre al palel en blanco, pero si de niños ya hemos sido guiados ..nada hay mas fascinante y mejor aprendido que lo que nos enseñaron nuestros mayores.
ResponderEliminarUn besito niña, voy a ponerme al día que no veas lo fructífera que eres escribiendo, y yo ando con el pc medio agonizante que muchas veces me impide conectarme ni entrar en condiciones grrrrrrrr.
Pero no te olvido corasonnnn
4º intento de envio .....
Y la de años que pasan hasta que somos capaces de reconocer todo lo que debemos a esos "viejitos" (que no tienen nada que ver con la de mi post... ¿o sí? :D).
ResponderEliminarBesos y felicidades por tus más que merecidos premios (a este paso Mario tendrá que darte a ti también el Premio Repisa Reforzada).
Es que la familia, las raíces de uno, son la base de la persona, sin duda. Qué importante es tener un buen referente.
ResponderEliminarPrecioso Nani, qué maravilla leerte siempre y quedarse luego pensando un buen rato. Muchos besines :)
Desde siempre me ha gustado la pintura. Sin embargo nunca he sido capaz de plasmar nada en um papel. Tal vez sea mi vocacación frustrada, pero para ser artista, hay que nacer ya siéndolo.
ResponderEliminarMuy bello tu relato y sobre todo, hacer constar lo que influye la educación en las personas.
Besos
Hola, llego a ti a través de Clarice Baricco, me ha encantado el relato. Me ha traído algunos recuerdos. Tal vez,similitud en sentimientos.
ResponderEliminarSi me lo permites, espero volver.
Saludos
Llegue aqui por casuaalidad pero me encanto tu blog,me gusta la forma que tienes de escribir
ResponderEliminarSiempre he envidiado la posibilidad de crear...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato y estoy encantada de estar, de nuevo, por aquí.
un besazo!!!!
Qué "lápiz" Nani!
ResponderEliminarBella historia, delicada y profunda. Y misteriosos los designios del destino.
También pinto, por épocas. Sobre todo cuando me "retiro" del mundo, para encontrarme en alguna pincelada, en nuevo color, en una sombra. Es una de las actividades más gratificantes que existen, una especie de camino, en el que lo menos importante -al menos para mí- es el resultado final.
A veces, como en esta historia y en la mía, son nuestros mayores quiénes ponen a nuestro alcance las herramientas.
Fue tan agradable compartir este nuevo cuento con Vos!
Y veo que estás muy premiada y mimada! Felicitaciones Nani querida!
Mi beso y abrazo desde Argentina!
Te felicito por ese premio al esfuerzo tan noblemente merecido !!! y mientras leìa tu relato pensaba en los niños y los lapices y todas las cosas que pueden nacer desde ahi !!!
ResponderEliminarPrecioso !!!
Pues yo para que no se me seuqe la yerbawena digo plas, plas, plas, plas,jajajjaja.
ResponderEliminarSiempre es un placer pasarse por aquí.;).
Ah enhorabuena por los premios, ¿dónde los colocas? ¿En el baño como algunas estrellas de hollywood?, ajjajaja.
Besazos.