Mientras se tira de la cama y se viste, un día más piensa:
“Al pantalón le falta tres sentimentros de sintura y la camisa está arrugá. Si es que la ropa está en el armario más apretá que las sardinas en lata y ahora seguro me hago un lamparón cuando me beba el colacao y me coma la tostá con aseite. Si es que no hago caso, tendría que comer antes de vestirme, pero como me levanto dormio, es que no tengo reparo, no hay forma de levantarse un solo día de güen humor y salir las escaleras abajo con una sevillanas en la boca. No, tos los días refunfuñando y ensima siempre acabo igual”.
Esto es lo que va despotricando el trabajador mientras corre escaleras abajo, dejando en la cama a su mujer medio adormilada y pensando:
“Güeno, voy a apagar la luz y dejar de pensar en tu pantalón, en tu prominente barriguita servesera, en tus manchas y en lo apretá que está la ropa en el armario. Voy a seguir durmiendo unos minutillos más, que yo también tengo que ir a ganarme las habichuelas, dejar al niño en la guarde y después a pregonar en el mercaillo, ¡bragas. calsoncillos, calcetines…!, hay que joderse, tos los días lo mismo y pa colmo, cuando llega la Angustias (que por sierto, y pa’ser honor a su nombre, ¡siempre va’ngustiá!), pues como digo, pa colmo la Angustias exigiendo si le he traio la bragas de su supertalla, ni que una fuera la máquina de tejer, pos que coma menos dulses mientras ve tos los telenovelones de la tele. Si hisiera lo que yo, seguro que tendría este cuerpo serrano que se me está queando, entre subir y bajar cosas a la furlboneta, haser que el día cumpla como dos y to lo demás, po estamos aviaos, güeno, po lo menos el bocata que me como de atún, me está más rico que na, me sienta como los propios ángeles y ni se me quea pegao a las nalgas, ni me duelen las piernas, ni me desvelo, ni na de na. Pos güeno, que ya es la hora de salir sumbando, que no me da tiempo de levantar al niño.
La mujer dice todo esto mientras se arregla y se dirige al dormitorio del crío, sin parar de hablarse a sí misma y gritarle al niño que se despereza con una sonrisa:
“Oye almojábana de quesito, que nos vamos pa la guarde. Eres el niño más bonico que ha pario madre, con esa carilla tan reonda y tan blanquita. Te comía si no jueras de carne y güeso, eres lo mejor que me ha pasao en esta puñetera via, y eres el único que hase que cante, pregone y busque bragas, calsoncillos supergrandotes, y to lo que se presente, pa que nos sienten súper-bien los bocatas, pa que podamos comprar un armario y deje de despotricar tu papa y yo pueda cantarme a la tarde unos fandanguillos mientras apaño mi casa. ¡Si me quejo de visio, si soy la mujer más feliz del mundo, con to lo que hay por'ahí! ¡Pos anda que no, ya estás más guapo que tu pae y ya es desir, así que vamos con la música pa otra parte, que tu empiesas tus faenas y yo las mías, como tos los días, pero que bien que to sea así, le pese a quién le pese, sobretó a la pesá de tu tía Mersedes, que pesa más que un quintar métrico y no lo digo por los kilos, porque se la lleva un soplo de aire, sino porque no está contenta con naica, en fin angelote, a Dios grasias tu toavia no entiendes, pronto tendré que dejar de despotricar delante tuya, porque de lo contrario empesarás a pensar que soy un coñaso como tos las mamas y yo pensaré que te estoy hasiendo un maleducao. ¡Pero que bonico que eres coño!”.
…y la trabajadora sigue gritando al niño, canta al mismo tiempo un fandanguillo, recoge el bolso, el cochecito con el crío y sale a la calle llena de vida.
“Al pantalón le falta tres sentimentros de sintura y la camisa está arrugá. Si es que la ropa está en el armario más apretá que las sardinas en lata y ahora seguro me hago un lamparón cuando me beba el colacao y me coma la tostá con aseite. Si es que no hago caso, tendría que comer antes de vestirme, pero como me levanto dormio, es que no tengo reparo, no hay forma de levantarse un solo día de güen humor y salir las escaleras abajo con una sevillanas en la boca. No, tos los días refunfuñando y ensima siempre acabo igual”.
Esto es lo que va despotricando el trabajador mientras corre escaleras abajo, dejando en la cama a su mujer medio adormilada y pensando:
“Güeno, voy a apagar la luz y dejar de pensar en tu pantalón, en tu prominente barriguita servesera, en tus manchas y en lo apretá que está la ropa en el armario. Voy a seguir durmiendo unos minutillos más, que yo también tengo que ir a ganarme las habichuelas, dejar al niño en la guarde y después a pregonar en el mercaillo, ¡bragas. calsoncillos, calcetines…!, hay que joderse, tos los días lo mismo y pa colmo, cuando llega la Angustias (que por sierto, y pa’ser honor a su nombre, ¡siempre va’ngustiá!), pues como digo, pa colmo la Angustias exigiendo si le he traio la bragas de su supertalla, ni que una fuera la máquina de tejer, pos que coma menos dulses mientras ve tos los telenovelones de la tele. Si hisiera lo que yo, seguro que tendría este cuerpo serrano que se me está queando, entre subir y bajar cosas a la furlboneta, haser que el día cumpla como dos y to lo demás, po estamos aviaos, güeno, po lo menos el bocata que me como de atún, me está más rico que na, me sienta como los propios ángeles y ni se me quea pegao a las nalgas, ni me duelen las piernas, ni me desvelo, ni na de na. Pos güeno, que ya es la hora de salir sumbando, que no me da tiempo de levantar al niño.
La mujer dice todo esto mientras se arregla y se dirige al dormitorio del crío, sin parar de hablarse a sí misma y gritarle al niño que se despereza con una sonrisa:
“Oye almojábana de quesito, que nos vamos pa la guarde. Eres el niño más bonico que ha pario madre, con esa carilla tan reonda y tan blanquita. Te comía si no jueras de carne y güeso, eres lo mejor que me ha pasao en esta puñetera via, y eres el único que hase que cante, pregone y busque bragas, calsoncillos supergrandotes, y to lo que se presente, pa que nos sienten súper-bien los bocatas, pa que podamos comprar un armario y deje de despotricar tu papa y yo pueda cantarme a la tarde unos fandanguillos mientras apaño mi casa. ¡Si me quejo de visio, si soy la mujer más feliz del mundo, con to lo que hay por'ahí! ¡Pos anda que no, ya estás más guapo que tu pae y ya es desir, así que vamos con la música pa otra parte, que tu empiesas tus faenas y yo las mías, como tos los días, pero que bien que to sea así, le pese a quién le pese, sobretó a la pesá de tu tía Mersedes, que pesa más que un quintar métrico y no lo digo por los kilos, porque se la lleva un soplo de aire, sino porque no está contenta con naica, en fin angelote, a Dios grasias tu toavia no entiendes, pronto tendré que dejar de despotricar delante tuya, porque de lo contrario empesarás a pensar que soy un coñaso como tos las mamas y yo pensaré que te estoy hasiendo un maleducao. ¡Pero que bonico que eres coño!”.
…y la trabajadora sigue gritando al niño, canta al mismo tiempo un fandanguillo, recoge el bolso, el cochecito con el crío y sale a la calle llena de vida.
Nani. Abril 2008.
Es una historia cotidiana... pero muy magica!!
ResponderEliminarSi es que, siempre hay algo porlo que estar feliz!!
Un besitooo
Y lleno de vida el relato. Qué bien recoges el habla de nuestra tierra, Nani, qué bien cuentas historias de la gente corriente, de aquí al lado,sociales (con lo que se atreven muy pocos ahora) que interesan porque las narras con una viveza total. Te dejo un abrazo.
ResponderEliminarJajajaja,no he podido contener la risa,es por el lenguaje empleado,excelente relato!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy bueno el realismo y la descripción de la gente corriente , que nunca sale en las novelas.
ResponderEliminarBesos.
Excelente relato y muy cotidiano de la vida real
ResponderEliminarMe ha encantado, qué bien escribes jodía...
ResponderEliminarBesazos.
Genial mañana de currante, con todas sus preocupaciones y sus ganas de luchar (aunque cueste levantarse de buen humor y salir cantando sevillanas).
ResponderEliminarBesos
Di que sí , mi niña, querque no se conforma es porque no quiere. La felisidad no es algo externo a nosotros, sino que la fabrcamos en nuestro propio interior en el día a día.
ResponderEliminarUn besicoooo
y es que las alegrías están en las pequeñas cosas :).
ResponderEliminarMuy bueno Nani, como todas las historia del día a día tienen su magia, y no es rosa, ni de fresa, y tal vez esa magia es aún más bella, y más especial, al menos para mí.
ResponderEliminarKisses
Genial, la rutina real de la gente real. Con su quejas, sus cosas, l esperanza, y el agradecimiento de tener lo que se tiene.
ResponderEliminarMe gustó mucho de verdad.
Un beso
Un sencillo pero bello relato de la gente olvidada, aquella que en lo bajo de la escala social vive su vida como estos personajes. El ritmo y la sonoridad del lenguaje popular todo un acierto.
ResponderEliminarSaludos
Bonito relato, el día a día de todas las familias españolas. Yo me identifico con el padre, me levanto dormida y hasta que no pasa un rato no tengo buen humor, jajajja.
ResponderEliminarBesos
Pues yo es que debo confesar que estuve a un pelo de dejar salir a ese, mi corrector de estilo interior, y comentar que Sintura se escribe Cintura y Servesa Cerveza y etcétera... Pero me dejo envolver por el habla y la cadencia, por las historias cotidianas y por lo maravilloso de lo cotidiano... Me pongo mi sombrero sólo para quitarmelo y con la sonrisa idota que ya te he contado (por las mismas razones que ya te he contado) te dejo un abrazo.
ResponderEliminarAcabo de llegar a tu blog, de rebote, y me ha encantado. Es tan cercano y natural...
ResponderEliminarTe invito a que te pases por mi rinconcito. Un saludo desde Sevilla, te seguiré leyendo.
Jeje, me ha hecho sonreir tu relato Nani, parecía que estaba escuchando a mi antiguo compañero de piso, que es andaluz. Buen ejercicio fonético. Besos quilla.
ResponderEliminarMuy divertido y muy original.
ResponderEliminar(Yo soy como el marido, con la ropa apretá en el armario hecha un higuillo, por supuesto, y los lamparones de complemento) jeje
Besotes
Pues, si, Nani.....puestos a ser sinceros....las mujeres sois el motor de la familia....sois las que realmente "tirais por el carro", como se suele decir...
ResponderEliminarMe gustan tus relatos....reales como la vida misma y en este caso, lleno de buen humor....Es bueno reir.
Un besazo.
historias claras quede tan cotidianas las pasamos por alto...gracias por traerlas de vuelta...
ResponderEliminar¡cuanto arte hija! si es que ... por algo te van dando premios por todos lados, te publican y un largo etcétera...
ResponderEliminarEste ya lo leí en su momento y me sigue pareciendo que tiene "to el arte" jejeje
te quiero guapa
Un virus en el ordenador?? En el blog??
ResponderEliminarNiñaaaaaaaaaa pa los virus bajate el antivirus avasti ...es muy eficaz y fácil quita los los bichejos..........o eso o le echas un chorrico de lejia a ver si se mueren ...pero me temo que el disco duro se te resentira con el acido .jejejjej.
ResponderEliminarEspero que lo soluciones prontito . un beso guapaaaaaaaaaaaaa
a ver si se soluciona tu problemilla, en el otro post no puedo comentar.
ResponderEliminarun saludito
vaya vaya, que esta gripe no se termina nunca. A ver, Dalsy para la fiebre, o Termalgín. Si tienes tos es bueno el Flumil, en sobres. Uno en cada comida y con bastante agua. Y para los mocos, pañuelos.
ResponderEliminarLinda, espero que lo arregles pronto que lo de los virus es un coñazo...
Un beso muy grande!
Nani, no sabes cómo siento lo de tu blog, menuda faena. Bueno, si abres otro avísame sin falta, o si curas este, claro, siento no poder ayudarte, soy malo con la informática. Un beso.
ResponderEliminarManu
No se si verás este comentario, pero es que en el post de arriba no me deja comentar...
ResponderEliminarSi no puedes solucionarlo me avisas con el blog nuevo. Siento no poder ayudarte yo, pero es que con la informatica soy nula...
Mil besos!!!