El dibujo se lo he cogido prestado a María Pan
Últimamente me he inquietado bastante a partir de escuchar en los informativos que hubo un tráfico enorme de bebés en los hospitales españoles.
A mi hija la tuve en 1977 y cuando llegué a la exploración médica, me dijeron que tenía casi seis cm de dilatación. Para ser primeriza me comentaron que todo iba muy bien y que pariría rápidamente puesto que estaba casi todo hecho, pero cuando llegué al paritorio y sin más, me dijeron que tenían que anestesiarme, que las cosas no iban muy bien y que había que hacerlo. Entonces si me asusté porque en esos momentos si que me sentí primeriza e indefensa. Si unos momentos antes todo iba bien, a ¿que se debía ese cambio tan brusco ya que todo había seguido el mismo ritmo, que era lo que pasaba? Mi primera reacción fue decir que no, que no quería que me durmieran, que quería ver nacer a mi hijo o hija, (entonces no nos lo decían todavía), pero no me dio tiempo a nada más, porque lo último que recuerdo es eso precisamente, ya me estaban cogiendo la venas y no recuerdo nada más. Después cuando desperté, mi marido me dijo que lo hice moviendo la cabeza de un lado a otro y diciendo: “No, no quiero” y además gritaba y me dieron unos cuantos guantazos para que despertara del todo. No recuerdo nada de todo esto, como digo es lo que él me contó, tan sólo recuerdo a mi marido diciéndome que habíamos tenido una niña muy bonita y ya solo pensé en quererla ver. La niña nació a las ocho de la tarde de un sábado, pero no la vi hasta las doce de la noche. Tenía la cabecita cubierta y según me dijo el recién estrenado papá (mi marido), que era para que no me impresionara ya que la debieron sacar con ayuda de ventosa y tenía abombada la cabecita. Y a partir de ahí todo siguió su curso normal, aparte de que yo estuve molida, me dolía todo el cuerpo como si me hubiera pasado un elefante por encima, sangré muchísimo, tuve anemia y unos puntos que me dolieron enormemente y que tardaron en curar, pero gracias a Dios y lo más importante, es que mi niña seguía su crecimiento normal (con todas las cosas normales que les pasa a los niños recién nacidos, pero normal), todo así hasta el día de hoy que es una mujer preciosa, responsable y posiblemente, mamá algún día si así lo decide ella y su pareja. Después cuando iba a las revisiones, preguntaba el motivo por el cual me robaron el nacimiento de mi hija, “¡PORQUE ME LO ROBARON! Nunca me dieron una respuesta convincente y ahora cuando escucho las noticias que comentaba al principio, pienso: ¿Y si pretendían quitármela? ¿Y si habían decidido darla y decirme como a muchos padres que nació muerta? Siento un frío enorme nada más pensarlo, por lo que hubiera pasado si hubiera sido el caso y me muero de espanto por las personas que hoy denuncian este hecho y se quedaron sin sus hijos.
Lo cierto es que todo esto me marcó mucho y siempre pensé que si tenía un nuevo hijo, no permitiría que ocurriera lo mismo. Por entonces solo pensaba que me robaban el hecho de vivir el nacimiento de mis hijos, así que a los dos años quedé de nuevo en estado y mi fijación era hacer lo posible para que no volviera a suceder lo mismo que con mi hija y cuando llegó el momento, debieron controlar las contracciones y me dejaron inmovilizada con esas espantosas correas que nos ponen y que no nos dejan casi respirar. Esta vez el niño (porque fue un niño), decidió nacer antes de lo que preveían los doctores, así que hubo que trotar por pasillos y llegar al paritorio casi con el niño fuera, pero mientras tanto, pedía y suplicaba que por favor no me anestesiaran y tanto debí decirlo, que las dos personas que me atendían (dos mujeres encantadoras), me pidieron que me tranquilizara, que si de algo me servía, sería yo misma si me apetecía la que tirara de mi hijo cuando empezara a asomar a este mundo. Ellas cumplieron y con dos empujones mi hijo ya asomaba la cabeza, me pusieron unos guantes y cuando el músico (porque hoy es músico) empezó a dar su primera nota, me ayudaron a incorporarme y tiré de un precioso niño que se acurrucó contra mi cuerpo y fue lo más bonito que me ha pasado nunca. Esta experiencia me llenó de ternura, borró en parte el dolor que tenía guardado por no haber podido ver nacer a mi hija y puedo garantizar, que no me dolió nada mi cuerpo como la vez anterior, no sangré, no tuve anemia, no hubo puntos y me hizo la mujer más feliz del mundo, pero no me quitó del todo esa parte de mi vida que me robaron y que me dolerá siempre y ahora además surge esa duda que me hace pensar que de no haber estado protegida por Dios y mi suerte, hoy podía ser una madre de esas que buscan desesperadas a sus hijos.
Nani. Mayo 2011.
:-(
ResponderEliminarPuede haber algo más horrible que robar un recién nacido?
ResponderEliminarBesos.
El día en que ví en el telediario la noticia no me lo podía creer, simple y llanamente me parecía imposible que seres humanos, médicos, enfermeras, abogados...estuviesen metidos en algo tan terrible.
ResponderEliminarNo soy madre y por lo tanto no puedo comprender al 100% lo que una mujer debe sentir al sospechar o saber que tuvo un hijo al que nunca llegó a ver y que hoy en día tiene una vida, lejos de ella...
Absolutamente terrible...
qué testimonio el tuyo!
ResponderEliminarmis mellizos nacieron en el 79 y mi hija en el 84, así que tenemos experiencias parecidas.
pero lo peor, lo terrible, es que en una maternidad de aquí, muy cerca de mi casa, hace unos diez años, una mamá denunció el robo de su bebé.después de tantos años, la causa judicial continúa, la mamá ha tenido más hijos y sigue luchando, y la clínica y los médicos acusados...siguen libres y orondos por la calle.
un beso*
Una experiencia preciosa.
ResponderEliminarEs increíble que eso del robo de niños exista y sea tan fácil, según parece.
Un beso
En la Argentina, miles de niños fueron arrebatados a sus padres (prisioneros políticos) y entregados a parejas fieles al régimen.
ResponderEliminarLa práctica, en menor escala, pero no por ello menos reprobable, fue repetida a lo largo de toda Latinoamérica por las distintas dictaduras militares.
recién hoy y gracias a los esfuerzos de grupos como las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina y la organización HIJOS a nivel continental, estos niños (ya adultos) empiezan a recuperar su historia.
Puede que no lo parezca, pero viene muy a cuento...
He leído tu narración con el corazón en un puño.
ResponderEliminarno tengo hijos así que supongo que no puedo del todo acercarme a tus sentimientos aunque pretenda pensar que sí.
Pero lo que sí que me parece de novela de terror, de auténtica muestra de que la realidad supera la ficción, es esos casos de robo de niños. De miedo.
Un abracico enorme
Terrible... y más terrible también es vivirlo muy de cerca en la vida de amigos de la infancia, cercanos, cuyos destinos son firmes, pero los orígenes no son ciertos.
ResponderEliminarEl poder siempre ha arrebatado sin escrúpulos por eso llega hasta donde llega.
ResponderEliminarBonita historia la tuya Nani, y interesante la experiencia final.
Un abrazo
Holla su espacio online es muy hermoso,es la tercera vez que hay visitado su pagina, buen espacio!
ResponderEliminarAdios
Hola :
ResponderEliminarMe llamo Roxana Quinteros soy administradora de un sitio web. Tengo que decir que me ha gustado su página y le felicito por hacer un buen trabajo. Por ello me encantaria contar con tu sitio en mi directorio, consiguiendo que mis visitantes entren tambien en su web.
Si estas de acuerdo hazmelo saber enviando un mail a roxana.quinteros@hotmail.com
Roxana Quinteros
Muy bonito, Nani.
ResponderEliminarUn beso
Tuve la inmensa fortuna de asistir al parto de mi hija, de acompañar a la madre, que parió despierta y con dolor y que lloró apenas la tuvo en el pecho, unida aún a ella. Si en una sociedad calase la sospecha de que los recien nacidos puedieran ser robados, simplemente entraríamos en una pesadilla colectiva, en un horror que desgraciadamente no le es ajeno a ciertos países. Gracias por compartir tu emotiva experiencia. Un abrazo.
ResponderEliminarTerribles momentos los que pasaste imaginando lo peor. Hoy sabemos que es posible. saludos
ResponderEliminarPreciosa experiencia, no entiendo como puede haber gente tan desalmada para poder hacer eso
ResponderEliminarBueno, perla, bueno, eso es una conjetura. En realidá eres la madre de una mujer-artista mu-bonica y mu-graciosa. Así que ENHORABUENA.
ResponderEliminarAhora vamos a mirar esto:
http://www.youtube.com/watch?v=kPKVC4nAgI8&feature=youtube_gdata_player
Es que he leído 'ternura' y, claro, lo he relacionado enseguida.
Beso-te.
El instinto maternal de una mujer te mueve a vigilar con mayor atención y cautela cualquier movimiento y suceso de los hijos. Tengo un hijo de dieciséis años y a pesar de que su nacimiento fue siendo yo muy joven, desde el primer instante que lo tuve entre mis brazos, sentí miedo y desconfianza de los demás, de que realmente lo cuidara bien... por tanto, entiendo del pánico y la obsesión ante esa la noticia de que hayan robado a las madres sus bebés. Es algo tremendo.
ResponderEliminarun saludo
Esos casos son terribles, y pensar que han tardado tantos años en salir a la luz, y es más, que se dieron en los años 70, 80, 90, incluso el 2000, pone los pelos de punta. Tiene que ser terrible que te roben el hijo, pero también descubrir que tus padres te compraron. Besos, Nani. Terrible historia.
ResponderEliminarBueno Nani, leerte ha sido como leer mi propia historia. Debo ser una copiona porque los dos partos han sido exactamente iguales a los tuyos, y tambien me hago las mismas preguntas sobre el primero, si tal vez pensaban quitármelo (nació en 1979), pero paradojas de la vida y en aquel momento desgraciadamente para mí,mi hijo tragó liquido amniótico al nacer y precisó ser ingresado en neonatal. Muchas veces pienso si no fue éso lo que evitó una hipotética separación. Talvez éso lo ha conservado a mi lado.
ResponderEliminarUn abrazo
Últimamente he pensado en lo mismo, quizá sea por lo que sucede en tu país. Gracias a Dios somos afortunadas.
ResponderEliminarGracias por compartir los nacimientos de tu vientre.
Besos.
Buenos días Nani querida.
ResponderEliminarParece que ya tenemos algunas dificultades técnicas en vía de solución.
A pesar de lo perturbador del temor ,lógico,es un texto maravilloso,tu hijo con creces alivio el recuerdo que no puedes guardar,dos hijos maravillosos; Las dudas quedan atrás para ti un final feliz para otras una experiencia que nadie quisiera vivir.
Besicos a montón guapa.