Foto Nani ©
Me quedé mirando como brillaban las ardientes llamas y como intentaban alcanzar la cima cada una de ellas. Hacían peticiones, súplicas fervorosas, desesperadas, anhelantes, pero todas y cada una de ellas, llegaban por algún motivo. Las menos ardían para agradecer, aunque sí para cumplir una promesa de fe. Allí no llegaban por casualidad. Muchas veces se trataba de costumbre, superstición y otras miedo, mucho miedo. Cuando se presentaba una enfermedad, un inconveniente o una mala racha, era cuando pensaban en ir a cumplir la promesa u ofrecer un sacrificio. A veces les escuché decir que había que tenerles contentos para que no se enojaran, que ellos eran vengativos, pero nunca pensaron que la vida era un cúmulo de casualidades, causalidades, costumbres, tradiciones y que los seres humanos, nos movemos por miles de impulsos.
Me quedé mirando como brillaban las ardientes llamas y como intentaban alcanzar la cima cada una de ellas. Hacían peticiones, súplicas fervorosas, desesperadas, anhelantes, pero todas y cada una de ellas, llegaban por algún motivo. Las menos ardían para agradecer, aunque sí para cumplir una promesa de fe. Allí no llegaban por casualidad. Muchas veces se trataba de costumbre, superstición y otras miedo, mucho miedo. Cuando se presentaba una enfermedad, un inconveniente o una mala racha, era cuando pensaban en ir a cumplir la promesa u ofrecer un sacrificio. A veces les escuché decir que había que tenerles contentos para que no se enojaran, que ellos eran vengativos, pero nunca pensaron que la vida era un cúmulo de casualidades, causalidades, costumbres, tradiciones y que los seres humanos, nos movemos por miles de impulsos.
Nani. enero de 2012.
muy buena reflexión final, nani.
ResponderEliminarmil besos*
Me has recordado cuando tenía 14 años, le pedí a la Virgen del Pilar que aprobara un examen...¡¡Y todavía se lo debo!!
ResponderEliminarBesicos
La verdad es que no hemos evolucionado mucho en cuanto a supersticiones.
ResponderEliminarBesos.
Todos necesitamos sentirnos seguros, aunque a veces tengamos que recurrir a alguna creencia más bien estúpida
ResponderEliminarEs la devoción
ResponderEliminarque suele apoyar las decisiones
de nuestras actos,
es normal creer en algo,
un besito
...bueno, pues dentro de las supersticiones y costumbres (que cada día SIENTO menos)la de encender llamas...ME GUSTA. Es una representación perfecta de lo que intento hacer a diario: ENCENDER-ME LA LLAMA.
ResponderEliminarY como las velas son luz... ¡cómo no amarlas! jejeje
Los IMPULSOS...jejeje... somos purito impulso, voy a pensarlo...
Beeeeeeeesos
Cada uno tiene sus propios ritos para compensar la dureza de la vida.
ResponderEliminarHe tenido que madurar mucho para verlo así, querida Nani.
Muchos besos.
Exacto, nadie a quien tengamos que ofrendar velas o rezos, maneja nuestros hilos. Besos preciosa.
ResponderEliminarPues sí, en eso también cociste ser humano, en hacer ofrendas a la inexistencia...
ResponderEliminar".....nunca pensaron que la vida era un cúmulo de casualidades, causalidades, costumbres, tradiciones y que los seres humanos, nos movemos por miles de impulsos."
ResponderEliminarMe has conmovido profundamente, Nani.
Te doy mi abrazo.
Y también tradición. Mucha tradición, que se convierte en sentimiento y fe.
ResponderEliminarUn beso fuerte, querida Nani.
Más que una supertición, es una acto de Fe. Interesante reflexión.
ResponderEliminarMe haces pensar en el fuego, en todo lo que nos puede dar. Y ahì està Dios.
ResponderEliminarAbrazos preciosa.
Además de enganchada a tu reflexión, me has dejado clavada a esa fotografía la mirada y, me ha subido una cálida sensación a la garganta...
ResponderEliminarMuchos besicos y feliz año para ti y los tuyos desde mi corazón.
Cuando te iba leyendo, me ha venido a la mente la siguiente imagen:
ResponderEliminarUn hierro candente con el que nos marcan y eso generación tras generación. Marcados para el miedo....
Un abrazo querida Nani
Yo amo encender velas con una intención en el corazón, pero intento no hacer promesas por miedo a quebrarlas. No me animo a llamarlo superstición. Sé que la llama encendida siempre evoca algo superior que en el plano sensible si no estamos atentos, escapa.
ResponderEliminarMe acomodo por aquí, si me dejas.
Un beso
Buena reflexión.....que no nos falte la luz nunca. Besos Maria José
ResponderEliminar