Por la mañana haciendo la compra en el supermercado se ha encontrado con una compañera de colegio. Hacía siglos que no se veían, más o menos desde que estuvieron estudiando bachiller y le ha impresionado verla con sus patas de gallo, sus arruguitas en la comisura de los labios y una tristeza oculta en el fondo de las pupilas. Era alegre como unas castañuelas, carita redonda y preciosa, pelo lleno de luminosidad y una vitalidad increíble y observar tanto cambio así de repente la ha sacudido. Cuando se han despedido y mientras recogía la compra, pensaba que igual le habrá ocurrido a ella, que el paso del tiempo también le habrá dejado su huella, por lo tanto y en el momento que ha llegado a casa, lo primero que ha hecho y de una manera un tanto inconsciente, ha sido mirarse con atención en el espejo que tiene en el recibidor y ha pensado que la fuerza de la costumbre hace que no se vean esos cambios o no se quieran ver. “Nos hacemos amigos de esas patas de gallo y arrugas que nos salen – sigue pensando -, nos habituamos a esos progresivos cambios y nos sorprende verlos en los demás. Es curiosa la vida, la adaptamos a lo que queremos ver o percibir y así nos pasa con todo. Nos acomodamos – sigue pensando-, asimilamos lo que queremos asimilar, conscientemente o no y de alguna manera, nos engañamos creyendo que así sufrimos menos y la verdad y única realidad, es que nos ponemos una venda en los ojos y unos tapones en los oídos. Huimos de la realidad o nos dejamos llevar por las prisas, para no pensar que la valentía está en aceptarnos día a día y sabernos frágiles, vulnerables, no infalibles y seres normales que nos vamos haciendo mayores. Nos cubrimos con una capa de hormigón creyendo que así nos protegemos y la equivocación puede estar en esa misma protección que no nos deja ser seres humanos, amorosos, tiernos y con las manos abiertas para todo lo que se pueda dar y recoger…”
Sigue pensando mientras ordena la compra en el frigorífico, despensa y cuando lleva el detergente al lugar destinado a los utensilios de la lavadora, piensa que un objeto de estos gigantes debería inventarse para lavar los pensamientos erróneos que a veces se apoderan de las cabezas pensantes y hace infelices a muchas personas.
Nani. Marzo 2012
Los pensamientos tienen que ser así Nani, unas veces son malos y otras buenos y otras alegres y otras tristes, porque para eso está la vida llena de colores y de formas. Si fueran siempre iguales, aunque fueran alegres, acabarían aburriéndonos y no le sacaríamos partido a la vida.
ResponderEliminarEs lo que humildemente me parece.
Qué bien sabes contar historias.
Y mostrar los contrastes.
En cuanto al tiempo habrá que ponerle buena cara. Es así y así lo tenemos que aceptar.
Un abrazo, amiga.
Nani, el pensamiento muchas veces nos juega pasadas confusas.Tiene la capacidad de enrollar los buenos con los malos, los lindos con los feos, los tristes con los alegres. A veces nos confunde para bien y otras para mal. Lo bueno es estar atento y presente para poder seguir equilibrados.
ResponderEliminarMuchos besos
Detergente para lavar pensamientos nocivos?
ResponderEliminarDonde?
Voy corriendo a comprarlo.
Besos.
Mi lema es: que me arruge por fuera pero no por dentro.
ResponderEliminarHa sido un placer toparme con el blog y con arrugas y todo me pasaré por aquí por las ganas de vivir no saben de arrugas ni de nada, un saludo desde Tenerife y te dejo enlacae de mi blog por si quieres conocerlo.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
a mí me pasó! cuando vi a mi compañero (era varón) me dije: yo estaré igual? no sé, tal vez, pero me pasaron cosas, buenas y malas, y está bien que la cara las muestre.
ResponderEliminary dejemos fluir los pensamientos.
besos, nani*
Alguien me dijo una vez que las arrugas eran el mapa de la vida. Me gustó, ahora lo he vuelto a recordar.
ResponderEliminarBesos, querida Nani
ASi es. Mi más ni menos. Y lo único que nos queda es la humildad de aceptarlo...
ResponderEliminarEl tiempo pasa, Nani y nadie es inmune a sus efectos... El asunto es, entonces, si decidimos ignorarlos hasta que nos golpean o si nos hacemos sus amigos y aprendemos a utilizarlos...
ResponderEliminarQuerida Nani aleccionador,aceptarnos día a día y sabernos frágiles, vulnerables es una filosofía de vida.
ResponderEliminarEn cuanto a nuestros pensamientos a veces son indómitos,nos quieren ahogar y a veces hasta cedemos,pero vivir nos hace conocerlos.Lo triste son aquellos que hacen infelices a los demás como me gustaría lo del detergente de verdad jajajaja...Besicos guapa mía!
Reflexiones matutinas
ResponderEliminarque sientan bien
al espíritu,
gracias
y buen fin de semana,
besos
T.S. Eliot dijo alguna vez que los "seres humanos no estamos hechos para soportar demasiada realidad". Quizás, y quizás esa "capa de hormigón" tanto protege como levanta una barrera hacia los otros seres humanos y nos aísla.
ResponderEliminarComo fuere, a veces la realidad nos toma por asalto, se filtra entre las fisuras del hormigòn, un dìa cualquiera...y nos sacude.
Sàbado por la noche y con Vos, Nani Querida, entre tus letras, cariñosamente reflexivas, profundamente humanas. Una pausa cordial despuès de semanas muy agitadas. Te abrazo con muuuuuuuucho cariño guapa y te extrañooooo! Comencé a escribirte y prontito, te llegaràn mis letras! Mil besicos!!!
La vida no es más que una consecución de actos... y de pensamientos :)
ResponderEliminarBesicos
Me ha gustado mucho,Nani.
ResponderEliminarLo de las arrugas es lo de menos, lo grave es esa tristeza oculta en las pupilas
Besillos
No se si es mejor tomar conciencia de lo que somos o vivir la vida pensado que seremos eternos. No me convence ninguna de las dos opciones. ¿Hay alguna más?.
ResponderEliminarMe pillas en el momento justo para pensar en el tema
Un abrazo Nani