Van a ir a comprarse un vestido nuevo y un helado como
cuando eran pequeñas y les acompañaban sus padres. Ahora han pasado los
años, ya no les acompañan ellos, ni sus
pasos son ágiles y sus cabellos dorados, ni sus pechos firmes como limones.
Pero siguen con la ilusión de un vestido recién estrenado y un cucurucho con
sabor a vainilla en sus manos. Lo peor de todo es que no saben si podrán pagar
el vestido o se tendrán que conformar con un helado para las dos. La pensión es
tan pequeña que ni uniéndolas llega para un extra.
Nani. Diciembre 2015
Se quedaron atrapadas en un tiempo, pero perdieron la partida. Muy buen relato, felicidades.
ResponderEliminarSe quedaron atrapadas en un tiempo, pero perdieron la partida. Muy buen relato, felicidades.
ResponderEliminarAbsolutamente conmovedor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besos.
Jo, admiro los que os da tiempo para preparar los relatos en cadena, yo tardo mucho en hacer un relato, por eso si acaso cuando dan dos semanas. He visto a esas dos hermanas caminar bastonadas una en la otra, e incluso las imagino solteras. Cierto, sabemos que las pensiones son escasas fundamentalmente porque se han quedado con el dinero. Ya sabes, no te equivoques al votar el domingo, jeje
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