Cuando
era niño disfrutaba dibujando y anotando en una hoja en blanco, todas las cosas
que me gustaban o ilusionaban. Después cuando tenía esa hoja rellena, fabricaba
con ella un barco y lo dejaba navegar río abajo, para que directo llegara al
mar donde imaginaba que mis sueños se
convertirían en realidades. Al hacerme mayor seguía rellenando hojas pero tras
ver que las situaciones eran muy distintas a las deseadas, guardaba todo. Hoy cumplo
85 años y he decidido que debo hacer un nuevo barco antes de que sea tarde,
donde debo meter todas las hojas acumuladas e incluso ir personalmente a
acompañarlas rio abajo y llegar al océano, donde al menos veré descansar el sol
en la suavidad de los mares y acunar la luna en las noches limpias, dejándose y
a la vez dejándome mecer en los océanos serenos y llenos de sueños como los
míos. Después, volveré sabiendo que la puesta de sol definitiva será
majestuosa, serena y plácida como el vaivén de las aguas del océano.
Nani. Junio 2016
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ResponderEliminarSeguro que esta tarde de Sol será tranquila, limpia, espectacular entre el mar y el cielo, mientras cierro mis ojos y esta luz me sigue acompañando por dentro por los siglos de los siglos.
ResponderEliminarMagnífica entrada, Nani.
Un abrazo.
La vejez le colmó de sabiduría.
ResponderEliminarBesos.
Que lindooo! Majestuoso.
ResponderEliminarAlgunas de esas cosas habrá que hacerlas, aunque sea las más sencillas, así el atardecer nos encontrará esperando plácidamente.
ResponderEliminarBesitos, querida Nani