Este
año disfrutaría de asignaturas pendientes entre ellas, una era quedarme horas mirando la obra de Velázquez
para empezar.
Me
dirigí al Prado y allí comencé a disfrutar de cada pincelada, cada trazo y
color, hasta que delante de “La Adoración de los Reyes Magos”, las manos de la
virgen se desplazan y me entrega al niño. Incrédulo me quito las gafas, me
restriego los ojos, miro a todos lados y cuando fijo otra vez la mirada en la
pintura, ella me sonríe, me guiña un ojo y me desmayo.
En
el hospital dice el doctor que estoy agotado.
Nani. Diciembre 2017
querida gracias por regalrnos una guiñada de la vida con tu bello texto
ResponderEliminarun abrazo enorme
Pues eso nos queda. Guiñar a la vida es importante.
EliminarBesicos muchos.
Genial!!!
ResponderEliminarEl doctor vive en otro mundo que no es tan maravilloso.
Besos.
Así es Toro, en otro mundo vive sin magia.
EliminarBesicos muchos.
¡¡Muy bueno Nany!!
ResponderEliminarMe pareció muy original tu cuento y la nota de magia me gustó.
Te dejo el link de un autor argentino al que le sucedió algo fantástico con el mismo cuadro:
http://ciudadseva.com/texto/la-adoracion-de-los-reyes-magos/
Espero te guste.
maiarosa
Muchas gracias por el enlace María Rosa, muy bonito. Y sí, la magia nos salva.
EliminarBesicos muchos.
Muy genial texto y original. Que pases un buen 2018 :), saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarMuchas gracias Boris. Igualmente para ti y los tuyos.Pasaré por tu blog.
EliminarBesicos muchos.