Ya recogerían la mesa
mañana y meterían todo en el lavavajillas antes de ir
a hacer la compra de la semana. Ahora era mucho más urgente terminar el trabajo
que interrumpieron en aquel jardín.
Cuando llegaron habían terminado los de
criminología. Destaparon el cuerpo cubierto con una sábana, lo metieron en la
bolsa impermeable, lo posaron sobre la parihuela con la facilidad del que
repite el gesto con asiduidad, lo colocaron dentro del furgón y se dirigieron
al depósito donde le practicarían la autopsia.
Nani.
Enero 2018
Bueno, al menos no se lo comieron...
ResponderEliminarBesos.
Jajajaj. Por dio, comérselo nooooooooooooo!!
EliminarBesicos muchos.
Me has dejado con ganas de más. 😙😙😙
ResponderEliminarTere, pues por ahora en eso se quedó!!
EliminarBesicos muchos.
Me has dejado con ganas de más. 😙😙😙
ResponderEliminarTiene su utilidad , pero qué poca vocación tendría yo para hacer ese trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno Amapola, hay profesiones de todo tipo...
EliminarBesicos muchos.
Qué ocurre después....?
ResponderEliminarJorge,vamos a echarle imaginación y si algo se me ocurre, puede que haya segunda parte, jejeje
EliminarBesicos muchos.
Un gusto leerte ...espero que continúes el relato...aunque no me gustan los cadáveres.....saludos
ResponderEliminarEl gusto es mío Sandra. Un placer recibirte y que conste que no tendría tampoco esa profesión.
EliminarBesicos muchos.
Y que pasó? solo lo sabe tu cabeza...
ResponderEliminarSaludos