lunes, 23 de julio de 2018

ECHAR EN FALTA

Es la primera vez que asumo qué ocurrió aquel día de final de curso. Entré en los lavabos de chicos, quería ver qué pasaba allí y cogerles infraganti en aquellos hechos que en el patio se convertían en risotadas y cuchicheos. Encontré a los dos líderes abrazados y semidesnudos. No se dieron cuenta de la espectadora que les observaba atentamente. Pasados unos minutos, el calor que me embargó y los jugos que se derretían dentro de mí, hicieron que me uniera al grupo. Desde entonces aquello se convirtió en una constante y nuestro trío fue perdurando hasta que uno del grupo salió del país. El dúo no funcionó ya que la mala conciencia la sustituyó la apatía. Hoy me doy cuenta que nuestro matrimonio solo sirvió para procrear y echarle en falta.

Nani. 19 julio 2018