Me
desperté con hambre de león y el llanto me ponía nervioso, sumándose a todo ello una gran inmovilidad. Me notaba apresado, encogido y muy mojado. Olía mal, quería salir
corriendo pero algo me lo impedía. Intenté relajarme pensando en unas tostadas
de tomate y jamón, un buen café y un paseo bajo los rayos del sol mañanero. De
pronto empecé a no entender nada. Mi madre que había fallecido hacía cinco
años, se acercaba y me besaba. Me susurraba cosas que no entendía, me
acariciaba y creí entender que debía cambiarme. Yo solo quería salir corriendo,
desayunar e irme al trabajo. Noté que me elevaba, me quitaba la humedad, me
limpiaba y se preparaba para darme de mamar. Me iba a volver loco, el llanto
era de un bebé hambriento y yo estaba dentro de él. Empecé a succionar su pecho
tibio y a sentir que me calmaba.
Nani.
Agosto 2018
Aun estaba soñando creo.....buen relato que me deja del reves.....saludos
ResponderEliminarBueno Sandra, puede ser una opción.
EliminarBesicos muchos.
¡Hola!
ResponderEliminarLo mismo digo, patidifusa me quedé jaja
Muy buen micro ^^
Acabo de encontrar tu espacio y me quedo por aquí ^^
¡Un besazo!
Sara, bienvenida a esta tu casa. Por estos lares te espero. Gracias por comentar.
EliminarBesicos muchos.
Regreso a la infancia y al cuidado materno. Me gustó cómo lo plasmaste.
ResponderEliminarAbrazos, varios.
Muchas gracias Lola. Viniendo de ti que eres una maestra , se agradece tu comentario.
EliminarBesicos muchos.
Genial!!!
ResponderEliminarMuy bien escrito y llevado.
Besos.
Gracias Toro. Me alegro que te haya gustado.
EliminarBesicos muchos.
QUE belleza de escrito. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Demian.
EliminarBesicos muchos.
Es como un sueño, pero es la libertad de escribir - escribiendo somos todos libres. Abrazos desde Brasil.
ResponderEliminarAsí es Ulises. Todo cabe cuando escribimos.
EliminarBienvenido a esta tu casa.
Besicos muchos.