Llamo con ayuda del aldabón de bronce. Me
gusta ese sonido ronco y ancestral. Imagino que soy una de esas señoras con
guantes hasta el codo, sombrilla de encaje y traje de miriñaque. No es necesario porque hay timbre, pero
cuando voy a casa de la abuela me gusta hacerlo así, es mi contraseña, sabe que
llego con mi trozo de tarta de
batata y de paso, se prepara para los achuchones y besos que le caen seguro.
Nani.
Noviembre 2018